Capítulo 1. Limusina

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—Los Bosh compraron una limusina— me dijo mi madre acomodando el broche que yo llevo en el cabello.

—No es por ser irrespetuosa pero, a diferencia de la mayoría del mundo, me da igual lo que compren.

—No si eso significa que dejaras de ir en el autobús. Tu hermano ya subió y te está esperando con...

—No, mamá...—, dije con cara de susto y sin querer escuchar lo que venía —no tienes que decirlo.

—Te está esperando afuera con Connor...

—¡No!— me llevé ambas manos a la frente.

—Algún día ambos superarán sus diferencias. Se ofreció a llevarte todos los días a la escuela...supongo que después de que lo obligaron.

Para lo único que me gustaría tener a ese arrogante cerca es para suicidarme clavando el filo de su ego en el corazón.

—Connor Bosh— dije recordando su conocida y horrible cara. —Estamos hablando con el estereotipo de adolescente idóneo con el que me has hecho pasar cada segundo de mi casi perfecta vida. Creo que ya sabríamos si algún día llegaríamos a llevarnos bien.

—¡Pues vayan a terapia, ese no es asunto mío! Vamos que se hace tarde— me empujó por la espalda y después de darme mi mochila, literalmente me lanzó fuera de la casa.

—¡Hola!— saludó a mi madre ese cretino quien había bajado del vehículo y nos sonreía junto a la puerta abierta.

—¡Hola, Connor! No la dejes escapar— le guiñó un ojo.

—Gracias, madre— dije sarcásticamente.

—Te ves hermosa esta mañana, ¿usas una crema para los granos nueva?— me susurró bajo abriéndome paso para que subiera.

—Lilipendo.

—Bruja— ahora se dirigió a mi madre de nuevo. —Ya nos vamos pero quería comentarle que esta noche hay una fiesta que organiza la escuela para recaudar dinero con la entrada y me preguntaba si dejaría a Nina acompañarme a...

—¡Claro!— respondió ansiosa mi madre y Connor soltó una de sus detestables risas.

—¿¡Qué!? ¡No!— grité yo.

—Ya te dieron permiso, no discutamos frente a tu madre.

—¿Qué haces? No quiero ir a ninguna... — le dije bajo para que no me escuchara mi madre.

—Será divertido, calla— susurró. —¡La traeré de vuelta por la noche!.

—Sabes que si va contigo la dejo ir a todos lados, cariño.

Dicho esto, Connor subió al auto. Mire al frente y el igual.
Mi hermano Ely ya estaba dentro esperándonos mientras sacaba su iPod.

—¿Sabes? No odio las fiestas— trataba de no explotar.

—Lo se— claramente a Connor no le importaba.

—Te odio a ti.

—También eso lo se.

—Te odio a ti junto a mí en una fiesta también.

—Me alegro de tener audífonos potentes— dijo Ely mientras se ponía los audífonos para no escucharnos.

El chofer arrancó y nos llevó directo a la escuela.
En todo el camino no hablé con Connor, sabía que más que hablar, quería asesinarlo.

—¿Sabes una cosa?...— me dijo.

Que Seas Mis OjosWhere stories live. Discover now