Capítulo 34. Que seas mis ojos

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-¡¿Qué está pasando?!- gritaba mi madre y la de Connor.

-¡¡¡Nada!!!- gritaba Connor.

-¡¡¡Sueltame!!!- gritaba yo.

Si, todos estábamos gritando.

Connor me llevaba aún sobre su hombro por las escaleras de la casa Bosh. Yo trataba con todas mis fuerzas que me bajara.

-¡Deja de patearme!.

-¡Entonces bajame!.

-¿Para que puedas patearme otras cosas? No, nena, no soy tan estúpido.

-¡Pues lo pareces!- seguí pataleando hasta que Connor me bajó.

Pero me bajó en su habitación y cerró la puerta con él afuera. Trate de abrirla pero tenía llave por fuera.

-¡Dejame salir, grandísimo animal!- grité mientras pateaba y golpeaba la puerta.

-¡No vas a salir con Dereck!- me respondió enojado.

-¡¿Qué vas a inventar ahora?! ¡¿Me dejo plantada por su madre quizás?!.

-No usaría la misma dos veces. Usaría otra excusa pero ya que no estás dispuesta a escuchar... ¡¡¡Recurriré a encerrarte en mi habitación toda la noche para que no salgas con ese ex-amigo traidor roba chicas y oportunista!!!- me grito tan rápido que lo ultimo lo dijo con muy poco aire y muy rápido.

Solté un gritó de furia mirando el reloj en la pared de Connor y golpeé por última vez la puerta pensando en que, en una hora, Dereck estaría esperándome en la puerta de mi casa.

-¡Mierda!- e queje por el dolor en mi mano. La puerta tenía una marca y mis nudillos estaban rojos. -Esto es tu culpa.

-No hagas tonterias y quedate quieta, ¿Si? Te traeré algo de comida para que cenes ya que no saldrás.

Respiré y respiré pero no pude aguantar el coraje en mi interior y golpeé de nuevo la puerta causando que ahora me sangraran los nudillos.

Un par de lágrimas recorrieron mi cara, no sabía si eran por lo enfadada que estaba o por el dolor de mis manos.

No podía creer que me estuviera haciendo esto. Se supone que yo debería estar molestándolo a él y arruinandolo por mentirme, pero sólo quiero que me deje tranquila y poder seguir sin él.

Me senté en su cama y abracé mis manos. Poco a poco me dejé caer y me acosté.

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Connor POV:

Mis padres, los de Nina, Ely y Amy, querían que la dejara irse. Por mi cabeza pasaba un idea muy distinta.

No voy a permitir que, por despecho, ella salga con otro chico.

-No me cuestionen, ¿Si? Sólo necesito estar con ella un rato a solas y volveremos a...

-A pelear, eso volverán a hacer- me regañó mi madre -¡¿Por qué no la dejas tranquila?! ¡Que salga con otro chico! ¿Qué puede pasar...?

-¡Me moriré, madre!- grite girandome a verla -¡Jamás aceptaré que ella salga con alguien más que no sea yo! ¡Llamenme posesivo si quieren pero no voy a soportar que alguien más venga a decir que merece estar con ella cuando soy yo quien ha estado a su lado toda la vida y la a cuidado!.

-Hijo, le estás haciendo mal...

-¡¿No me escucharon?! ¡Le cuidé, la cuido y la cuidaré siempre! ¡Toda mi vida lo haré!- me calme un poco y respiré -Toda...

Tomé la bandeja con comida y me fuí de la cocina.

Subí las escaleras y cuando estaba por abrir la puerta, note que estaba algo dañada.
Demonios, Nina, ¿Por qué eres tan impulsiva?.

Antes de abrir, fuí por el botiquín y ahora sí entre a la habitación.

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Narrador omnisciente:

El corazón de Connor dio un vuelco cuando vio a la chica de sus sueños y pesadillas hecha una bolita humana en su cama.

-Nena- la llamó y ella, después de mirarlo, se sentó enojada y abrazó una almohada aún poniendo sus manos bajo sus brazos. -Traje comida, no puedes enfadarse por eso.

-Eres un idiota- Connor suspiró.

-Si, que linda, gracias- dijo con sarcasmo. -Enseñame esas manos.

-No.

-Por favor, Nina. Ví la puerta y escuche una maldicion proveniente de tu boca- se arrodilló frente a la cama donde Nina estaba sentada. -Dejame ver.

El orgullo de Nina por poco no la dejaba aceptar, pero el ardor de sus nudillos anteriormente sangrando, fue más fuerte.

Ella sacó sus manos de abajo de sus brazos y las puso sobre sus rodillas para que Connor la curara.
Él comenzó a limpiar la sangre con un algodón y alcohol mientras ella miraba la charola con comida.

-No vas a dejarme salir, ¿Verdad?- le preguntó ella.

-No- declaró serió.

-Connor, por favor.

-¿Acaso no lo entiendes?- le preguntó ahora él.

-¿Qué cosa?.

-Yo soy tu chico, no cualquier otro que se suba a las mesas de una cafetería sucia llena de adolescentes sudorosos y malolientes para decir que le gustas. A mi no me gustas, yo te amo y te lo he dicho muchas veces.

Nina también lo amaba, por primera vez, pudo reconocerlo por lo menos en su cabeza, pero eso no quitaba el hecho de sentirse muy dolida y enojada a la vez.

-Me has causado mucho dolor.

-En el amor y en la guerra, debes hacer daño para ganar.

El ardor de su mano la hizo pensar.

-Pues definitivamente esto me duele pero esa frase no va así- dijo. -Connor, hace días que no me sentía tan feliz como hoy cuando estuve con Dereck, sólo quiero seguir sintiéndome así.

-Yo te puedo hacer sentir mucho más feliz que ese tonto.

-Connor...

-Dime que no estuviste feliz cuando estábamos juntos como una pareja- se miraron a los ojos. -Dímelo.

Nina no podía hacerlo, no podía mentirle.

-Así es, no puedes decirlo porque sabes que te hice feliz aún con los ojos cerrados- eso sonaba como una frase ensayada, pero tenía razón. -Y tú también me hiciste feliz porque lo mejor que me ha pasado en la vida después de tí, es que seas mis ojos...

Connor puso una venda sobre los nudillos de Nina y llevó sus manos hasta su rostro. Plató un tierno beso sobre las manos de su amada y esto la conmovió.

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Este capítulo me encantó. La historia está por acabar.

3 comentarios y sigo.


Que Seas Mis OjosWhere stories live. Discover now