Que Seas Mis Ojos

Capítulo 24. Besos

—Oye, nena...— Puse mi mirada en el chico sonriente a mi lado distrayéndome de la pantalla del televisor.

—¿Si?.

—¿Lo ves? Un punto más.

—¿De qué hablas ahora, tonto?.

—¡De los puntos! Ahora te llamo nena y me contestas sin decirme "Mi nombre es Nina"— contestó haciendo una mala imitación de mi voz. —Es un punto más a mi favor además de los otros puntos que ya tiene "Ninnor".

—¿"Ninnor"?.

—Nina y Connor.

—Connor— me reí.

Últimamente Connor se ha obsesionado con eso de "Los puntos".
Creo que en parte es mi culpa, yo lo besé y eso le levanto el ego.
Ahora cada cosa que yo hago, el la cuenta como un punto más para él y muchos puntos significan que lo amo.

—¿Y según tú cuales puntos tienes ahora?— le pregunte casi segura de que no serían muchos.

—1) Ya dormimos juntos una vez. 2) Me dejaste que recorriera todo tu vestido sin golpearme. 3)Me besaste. 4) Ahora te gusta que te llame nena. 5) Me besaste. 6)Me besaste y 7)...

—¿Te besé?.

—¡Si! ¿Lo repetimos?— se acerco más sonriendo pícaramente y yo lo empujé.

—Estamos en el salón. Nuestras madres están en la cocina— le susurré molesta.

—¿Entonces si nos vamos a un lugar más privado me besas de nuevo?.

—¡Connor!— lo regañe. —Estas hablando con la chica con la que compartiste cuna, soy como tu hermana.

—Eso no parecía importarte cuando me besaste...

—¡¿Te puedes callar?!.

—¡Lo lamento!— levanto las manos. —Pero si la chica con la que has soñado toda tu vida te besa, cualquiera se pone así de contento.

—Solo fue un beso y eso paso hace una semana, ¿No lo puedes superar? Has besado a millones de chicas millones de veces.

—¿Dijiste algo? Lo lamento, estaba pensando en tus labios— se recorrió un lugar hacia mi de nuevo y yo salte fuera del sofá.

—¡Ya basta! Tengo una semana siendo acosada por ti...

—Toda la vida te he acosado, no mientas.

—¡El punto es que debes dejar de hacerlo!— caminé lejos de la escena.

Me fui a mi cuarto mientras los demás cocinaban. No quería lidiar ni con ellos ni con Connor ahora que se ha vuelto todo un acosador profesional.

Abrí la puerta y me sobresalté al encontrarme con Ely besando a una chica sentado en mi cama.

—¡Ey!— les grité. —Ely, somos mellizos, te apoyo con la única chica además de mi y Amy que te soporta y está bien que nuestros padres piensen que están haciendo un trabajo de la escuela pero, por favor, besuqueala en tu habitación.

La chica se puso obviamente incomoda y nerviosa. Los había interrumpido claramente.

—Eh, ¿Lo terminamos en mi casa después?...— le dijo ella a Ely y yo aclaré la garganta a propósito. —Me refiero al trabajo de la escuela, claro.

Ely asintió y, después de darle otro corto beso, ella de fue.
Ely me miro y después sonrió tirándose en mi cama de espaldas.

—Ella es tan ardiente— suspire y me tire a su lado después de cerrar la puerta.