Que Seas Mis Ojos

Capítulo 4. Castigo

De esas veces que escribes un capítulo genial pero se termina borrando.

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-Esto es tu culpa- dije seca y enojada.

-¿Mi culpa? Jamás escuche que te quejarás- protestó Connor.

-¡Te dije que te detuvieras, bruto!.

-Oh- gruñí por su poco interés y me cubrí los ojos.

-Estoy muerta, muy muerta. Si no me mato allá arriba mis padres van a matarme y se acabó mi vida. No voy a graduarme con honores en una universidad de Argentina y no me casaré con un lindo argentino o un colombiano que me diga "¿Cómo así, mami?"- dije imitando la voz de un colombiano -¿Y todo gracias a qué? ¡A mi primer reporte! Mi historial está marcado ahora...¡Me siento sucia!.

-¡¿Te puedes callar, dramática?!.

-¡Primero que nada!...- respire hondo y trate de calmarme -Dramática la abuela Stobbe quejándose de sus cinco ex esposos.

-Okay, ya entendí pero cálmate. No nos han dado ningún reporte, sólo cumplimos con el castigo, nos vamos y te juro que no le digo nada a nuestros padres.

-¡Claro, porque también a ti te castigarían!.

-¡¡¡Estoy esperando a que suban de una maldita vez!!!- nos grito el entrenador apuntando la soga que colgaba del techo.

¿Qué le ocurre? ¿Qué le hicimos nosotros para que nos castiguen así?... Oh es verdad, le caímos encima al entrenador cuando Connor me cargo en sus hombros.

-Nina, sólo sube y nos iremos- me susurró Connor.

El salón estaba vacío, no tenía vergüenza porque claramente me vale una miserable roca lo que Connor piense de mi pero...no creo que pueda subir hasta arriba y tengo miedo a caer.

Miré hacia arriba y tomé valor. Exhale por la boca y tome la soga entre mis manos.

-Yo iré detrás de ti...o mejor dicho abajo- me dijo Connor.

-Bien...pero pobre de ti si haces algún comentario fuera de lugar sobre mi trasero.

-Fuera de lugar ya tienes el trasero, no lo veo por ningún lado- le di un golpe en el hombro y subí los brazos en la soga.

Jale y levanté mi piernas para poder dar el siguiente paso y seguir subiendo.
Después de unos minutos...sentí una mano en mi trasero.

-¡ERES UN ASQUEROSO!.

-¡Perdón! ¡Sólo quería tomar la soga! Si subieras más rápido no hubiera pasado.

-¡¡¡Los estoy esperando, nenas!!!- gritó desde abajo el entrenador.

-Sólo yo puedo llamarte "nena", todo el mundo lo sabe- susurró Connor mientras subía. -Ya estaría en el suelo de no ser un profesor. Eso te lo aseguro.

Suspire y volví a jalar mi cuerpo en la soga.

-Debiste ir tu arriba.

-Oh, no. Tengo una linda vista, creo que ya encontré tu trasero.