Capítulo 12. No me sueltes

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Connor POV:

Acababa de despertar pero no tuve la fuerza para abrir los ojos.

Demonios, mi cuerpo arde como el infierno si es que no hay nada peor. Oh, esperen, algo que me duele más que mi sensual cuerpo, mi sensual orgullo.

¿Qué me pasó? Lo último que recuerdo es a Nina rompiendo mi corazón como yo rompí la ventana de mi Madre a los doce años.

No puede ser...eso si que duele más que mi cuerpo.
Debe estar enojada...muy enojada.
Pero ya choque el auto y me partí los huesos; no puede golpearme porque ya lo hice yo mismo.

Dejé de pensar en mí dolor cuando escuche una puerta abrirse.
Sea lo que sea que había entrado, no podía verlo porque no podía abrir mis ojos.

—Aun no despierta, Ely. ¿Por qué tarda tanto?— dijo una voz preocupada. —Sólo quiero verlo despertar para después patearle el trasero por hacer esta estupidez.

Oh, es Nina.

A ver, veamos que tan bueno soy para actuar.

—Entraste hace cinco minutos y dijiste lo mismo. Deja de preocuparte, ya lo hará despues, se está mejorando— viene a cada 5 minutos a verme.

Ay, nena.

—Quizá tengas razón pero...— suspiró —ya pasó un día entero, no puedo más.

—Si hubieras dormido o por lo menos comido algo, estarías bien.

—No es eso, tu sabes que no me quejo de estar aquí porque no...porque...— hizo una pausa.

—Solo dílo, Nina, no estás obligada a estar al pendiente del chico con quien has peleado toda tu vida.

—¡¿Qué?! ¡No!...Lo que quiero decir es que...no puedo verlo de esta manera.

Esa frase provocó una sensación en mi cuerpo rara de esas que sólo Nina me provoca, pero aguante las ganas de saltar de la cama.

—¿Qué?— pregunto Ely sorprendido.

—Que no puedo verlo así: débil, vendado, lastimado, roto y no quiero verlo así después de que me dijo que me amaba y yo lo trate tan mal. Hace un día entero que nadie me llama nena, ¡Te juro que me estoy volviendo loca!— Ely se rió y sentí el peso de alguien en mi camilla seguido de una mano sobre mi pierna derecha.

De acuerdo, ya no puedo fingir más, esto es demaciado para mí.

—Nena— la llamé débilmente pero sonriendo —¿Hablas enserio?— la mano en mi pierna desapareció y también el peso en la camilla.

—¡Esta despierto!— grito —¡Despertaste!.

—Si, Nina, hola— me reí.

—¡Genial! Ahora puedo matarte...

—¡No, Nina, no!— la detuvo Ely.

Ahí trate una vez más de abrir los ojos, pero aún no lograba ver más que un fondo negro.

—¿Qué le pasó a la ternura de hace un minuto?— pregunte en voz baja.

Hasta mover un poco el pecho para respirar me dolía.

—¿Qué le pasó al Connor callado?— contra atacó.

—Creí que ya no soportabas más verme así y querías que despertara— todos nos quedamos callados, hasta que sentí un abrazo...un cómodo y perfumado abrazo.

Era Nina quien se pegaba a mi con cuidado, creo que piensa que me romperé más.

—Carajo— solte.

—¿Qué pasa?.

—Me duele todo.

—Oh, lo lamento...

—No me sueltes, nena, te quiero cerca.

Lo único que pude hacer fue recostar mi cabeza sobre la que estaba en en mi hombro.

—Nos asustaste, hermano, que bueno que estás bien— se calló por un minuto. —Mmm...dame cinco— Se volvió a callar.

—¿Qué?— pregunté.

—Chocalas— sentí que me tomo de la muñeca mientras Nina me soltaba y después choco su palma con la mía.

—Lo lamento, no tengo aún las fuerzas para abrir los ojos, hermano— el cuarto se llenó de silencio...un muy incómodo silencio.

—Co...Connor, tus ojos están...están abiertos— me dijo nerviosa Nina.

—¿Abiertos? No, no puede ser, nena, no veo nada...— ahí es cuando caigo en cuenta de todo.

Puedo pestañear, eso lo siento, lo que no puedo es...es ver.

—¿Connor?— pregunto preocupada Nina.

—Chicos, no veo nada.

—¿Qué?...

—¡Que no veo nada!— grite olvidándose de mi dolor y me talle los ojos-.¡No los puedo ver!.

-Connor, calmate.

—¡¿No escuchan?! ¡No veo nada, maldicion!— entre en pánico y trate de levantarme.

—¡Te vas a lastimar, tienes una pierna rota!— gritaron entre los dos queriendo sostenerme en la camilla pero yo quería levantarme.

—¡Déjenme, caminaré con el yeso! ¡No quiero estar acostado!— logre quitármelos de encima y me levanté rápidamente.

Aún no veía nada y mi pierna pesaba por el lleso, así que no aguanté mucho y caí al suelo. Los chicos asustados trataron de levantarme pero me quedé ahí.

—Connor, ¿Estas...?

—Traiganme un doctor—, un par de manos tomaron mi rostro entre ellas—por favor, Nina, tengo miedo, quiero un doctor que me diga que me pasa...— mi voz está quebrada y creo que había comenzado a llorar.

—S...si, iré rápido por él, no te muevas.

.-.-.-.-.-.

Nina POV:

—¿Qué le pasó?— me preguntó la madre de Connor una vez que yo había llevado al doctor a la habitación y nos había sacado al pasillo con los demás a Ely y a mi.

No pude responderle por más que quería, sólo pensar en Connor tirado en el suelo diciéndome que tenía miedo me quebraba. Me recargue en la pared con las manos en la cara y me deslice hasta terminar en el suelo y abracé mis rodillas para ocultar mi cara roja y húmeda por el llanto que llevo derramando cada hora del maldito día.

—Nina...— me llamo Ely, yo solo moví mi cabeza sin dejar verlo. —Entiendo.

—Por Dios, chicos, ¿Qué le pasó a Connor?— preguntaron ahora mis padres.

Ely se los explicó mientras yo estaba tirada en el suelo. Cada palabra de mi hermano que repetía la situación me hacía sentirme más culpable y como la peor basura del mundo.

Ahora que todos sabían que pasó, sabían porque yo estaba así.

Nadie me dijo nada, sólo sentía como me miraban.

Los gritos desgarradores de Connor negando algo y repitiendo que no era verdad, llenaron nuestros oídos y posiblemente los de todos en éste piso.

Me levanté del suelo y salí corriendo del lugar. Ya no quería quedarme a escucharlo ni una vez más.

Que Seas Mis OjosWhere stories live. Discover now