Capítulo 31. Hermanita...

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-Tranquila, nena. Si yo no estoy enfadado no lo estés tú- el comentario de Connor me tomó por sorpresa, pero sólo a mí, Ely parecía esperarlo.

-¿Qué?- pregunte cambiando mi expresión completamente. Me levanté y lo miré a la cara. -¿Qué cosa dijiste?.

-Yo sabía que vendrían los Baker.

-¡¿Qué?! ¡¿Tengo que recordarte que Ean en primer lugar fue quien ocasionó todo?! ¡Tu mismo dijiste que odiabas al doctor!.

-No te alteres- me dijo Ely. -Ya tuviste un ataque, no te voy a cargar si te desmayas.

-¡Tu también deberías estar alterado! ¿Qué les pasa? No puedo estar tan enojada sólo yo.

-No deberías estarlo.

1...2...3...1...2...3...1...2...3...1...2... Buenas Noches.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Después de haber estado inconsciente no se cuanto tiempo, comencé a abrir los ojos débilmente y poco a poco.

Estaba recostada en lo que parecía ser mi cama, lo noté por el techo con estrellas pintadas en el.

Decidí quedarme un poco a escuchar disimuladamente lo que decían a mi lado.

Connor estaba sentado en la silla de mi escritorio, Ely lo estába regañando.

-¡Ya estoy cansado de esto! Tengo un tic nervioso por culpa de ustedes dos y sus planes.

-Por eso llamé al doctor, para poder hablar aquí con él sin que pareciera raro. Le diré que debemos terminar con todo esto y simular la operación. -¿Dijo "Simular"?.

-¿Otra mentira? No, Connor, basta de eso.

-Así todo acabará y volverá a la normalidad.

-Tu no quieres eso, sabes que si todo vuelve a la normalidad y dejamos atrás las mentiras, también ella volverá a tratarte como lo había hecho desde que nacimos.

Connor se levantó de la silla y, sin ningún problema, caminó hacia el closed y sacó una manta sólo buscándola con la vista y después la puso sobre mí. La furia me invadía y tenía ganas de saltar de la cama y golpearlo.

-Espero que sólo nuestro noviazgo no cambie- dijo.

Me arropó y levantó su rostro hasta el mío, cuando se dio cuenta de que mis ojos están abiertos, palideció.

-Nena...

No hay duda, él me está viendo.

-¿Cómo?- pregunte en voz casi inaudible.

-Demonios- se lamento Ely.

Me incorporé y quité de un jalón la manta que me cubría.

-Son una basura.

-¡Nina!...- no los deje decir nada, porque sabía que sólo me harían enfadar más de lo que ya estaba y me lastimaría más saberlo.

-¡¿No estas ciego?!- grite y rápidamente Connor me cubrió la boca.

-No lo grites, los demas aún no lo saben- trate de irme pero me sostuvo quedando en mi espalda sosteniendo mi cintura y cubriendo aún mi boca.

-¡Sueltala, tiene derecho a enfadarse!- le gritó Ely.

-No conmigo- el bajo un poco la voz y me comenzó a hablar más calmado. -Nena, se que estás enojada, tanto que tengo miedo de que te desmayes de nuevo así que por favor respira y no te alteres...

Le dí un pisotón fuerte, él me soltó y le dí un codazo en el estómago para después darle un rodillazo en su zona baja aprovechando que estaba doblado por el golpe en el estómago.

-Mientras más me digas que me calme, más me voy a enfadar- le advertí señalándolo en el suelo.

-Pordoname- me dijo apenas con un hilo de voz.

Suspire.

-Yo...yo me sentía culpable por comenzar a llevarme mejor contigo sólo porque te veías muy mal...por que te tenía lástima pero...pero tú también tenías tus propios planes, ¿No?.

-Nena...

-¡Hice un plan para hacerte sentir mejor haciendote creer que te amaba y terminé enamorandome de verdad!- subí la voz y hablé con desdén. -¿¡Tienes una idea de lo que siento ahora, Connor!?.

Suspiró y se pasó una mano por el rostro.

-Ely me lo dijo. Lo sabía desde el principio...

-Entonces decidiste aprovecharte de eso, ¿Verdad? ¡Claro, es lo que haces siempre!.

-Tienes que calmarte, yo...

-¡¿Qué?! ¡¿Vas a decirme que lo puedes explicar como en los libros?! De acuerdo, te escucho...- me miró y en su cara ví que no lo haría.

-No puedo- se levantó lentamente.

-¡¿Por qué?!...

-¡Por qué no se como decírtelo sin que suene egoísta, Nina!.

Ah, no. A mi no me gritas, patán.

Cerre mi puño y con todas mis fuerzas, lo golpeé en el rostro, justo en la nariz.

-¡¿Estas loca?!- gritó Ely cubriéndose la boca.

-¡Callate! ¡Callense ambos! ¡Además de mentirme, te das el lujo de gritarme y ponerte a la defensiva por que te pido explicaciones, imbécil!- comencé a gritarle. -¡Pues no me expliques nada ahora!.

Connor se giró de nuevo a verme después de estar mirando a su costado por el golpe.

-Carajo- dijo viendo la sangre. -Nina, yo se que estás enfadada. Perdoname, no hay razón para que hagas esto...

-Creí que sabías que no soy la típica chica delicada que llora cuando le mienten...NO LO SOY- dije resaltando cada palabra. -Supongo que estarás feliz ahora que me recordaste por que no habíamos sido más que enemigos.

-No digas eso, jamás lo fuimos y aunque me rompas la nariz millones de veces no lo seremos jamás...

-Vale la pena intentarlo- me acerqué a él con mi puño cerrado en un costado pero él solo me miró a los ojos sin moverse.

No tenía caso volver a hacerlo y me partía el corazón ver su mirada y saber que todo este tiempo en realidad sólo fingió necesitarme.

Me giré con toda la furia acumulada y mire a mi mellizo en el marco de la puerta con cara de susto.

-No vas a golpearme, ¿Verdad, Nina?- dijo temeroso.

-No me tientes, Ely.

Su mirada se llenó de angustia. Acababa de ver que en realidad estaba destrozada.

-Hermanita...- no pude contener las lágrimas entonces.

Me cubrí la boca con ambas manos y comencé a llorar mientras salía lo más rápido que pude de esa habitación.

Que Seas Mis OjosWhere stories live. Discover now