Capítulo 2. Mi corazón

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Me senté en la mesa del comedor con Ely y devoré mi hamburguesa mientras él sólo le daba mordiscos a su carne.

—Comes como animal— me dijo.

—Y tu como insecto.

El plato de Ely estaba lleno aunque ya habían pasado más de diez minutos desde que comenzamos a comer.

—Oye, ¿por qué tardaste tanto? Los vestidores están en este mismo pasillo.

—Oh, Connor estaba ahí. Estaba haciendo cosas sucias con Scarlette— dije con mi mejor cara de miedo.

—Que asco.

—Lo sé. Él quiere que vaya a la fiesta con él, ¿quieres ir?— me comí una patata. —Yo no. Siento que si respiro cerca de ese ser promiscuo me va a dar sida.

—No, yo no, pero tu querrás hacerlo cuando te diga quien va a estar ahí.

—¿Julian Serrano*?— dije con cara de asombro.

—No, Dereck.

—Dereck...

—Si, el va a estar ahí.

—No tonto, viene para acá— en efecto...él venía hacia mí.

Es como si un dios griego se acercara a ti con sus geniales abdominales los cuales no podía ver pero si imaginar debajo de esa camiseta negra...negra, de mi color favorito.
Mi amor platónico desde la primaria hablaba muy poco conmigo, pero era amigo de Connor así que lo miraba algunas veces en nuestras casas.

—¡Hola, Nina!— me saludó.

—Hola— dije tratando de no sonar como una loca obsesionada con el chico...algo que por supuesto no era muy buena ocultando.

—Vas a ir a la fiesta de esta noche, ¿No?

—¡Claro! ¡Muero de ganas!, ¡Yey!.

Si, si. Yo amo las fiestas y la gente alcoholizada bailando como una foca con ataques epilépticos. Será divertido, tengo muchas ganas de una fiesta.

—¡Genial! ¿paso por ti?.

—Sabes donde vivo— fingí darle un golpe en el hombro.

Creo que me vi más patética de lo que pensé en un principio que sería

—Okay, nos vemos esta noche.

Él se fue dejando un rastro de corazones con alas detrás de él...No eran suyos, eran míos pero igual es lindo.

Por la noche cuando las clases habían terminado, yo fuí a mi casillero para dejar mis cosas del día siguiente.

—Los espero en la limusina— me dijo Ely y se fue.

Me quedé sola en el pasillo moviendo mis cosas en el casillero cuando...

—Tendrás sólo una hora para arreglarte y si no sales entraré por ti, ¿okay?- di un salto pequeñode sorpresa. -No me importa si estás desnuda. De hecho te agradecería que así fuera.

—No hay mucho de mí que no hayas visto— me dejé sobre la cabeza mi chaqueta.

Y era verdad. Viviendo tantos años con los Bosh cerca y siendo Connor tan molesto e irritante, muchas veces por molestarme se habían producido situaciones inesperadas donde me vio en ropa interior.

—Piensa lo del vestido o la falda, quizá esa roja que usaste el año pasado en el cumpleaños de tu tío...

—No iré contigo, ya te lo dije.

—¿Conmigo?— me miró a los ojos. —¿Con quién si irás?.

—Mmm...Dereck.

—¡¿Me vas a dejar por mi mejor amigo?!.

Que Seas Mis OjosWhere stories live. Discover now