9 "Editado"

3.4K 339 11
                                    

Erik

Estoy enfadado. A lo mejor no es esa la palabra adecuada, ¿sorprendido? ¿intrigado? ¿furioso?. No lo sé. Solo sé que quiero demostrarle a esa tía prepotente, presuntuosa y egocéntrica que no todos los tíos somos iguales.

¿Quien se cree que es ella para meterme en el mismo saco que todos los tíos sin conocerme? Bien, es cierto que yo, cuando he querido, no he tenido problema en conquistar a una tía, pero tampoco es que me vayan tirando sujetadores cada vez que me ven pasar. También es cierto que he tenido muchos líos de una noche y que luego no he querido saber nada de ellas, pero no he sido un gilipollas que ni si quiera se molesta en cortejarlas. Quitando una o dos, todas las tías que han tenido algo conmigo, nuestra "relación" (rollo de una noche (como mucho una semana)) ha acabado bien, como amigos.

Tengo que ceder en una cosa, eso sí. Ella tiene razón en que la primera vez que la vi si que quería algo con ella. Pero al ver que mi amigo fue primero a la barra en esa discoteca me eché para atrás. Cuando ya nos juntamos todos con sus amigas y empezamos con el concurso de chupitos vi que tenía una de las sonrisas más bonitas que había visto, aunque la viera un poco distorsionada por todo el alcohol en sangre que llevaba.

Lo que me pareció raro es que no me reconociera cuando entré el lunes siguiente por la puerta de la cafetería. Yo me sorprendí al verla trabajar ahí. Si ya en la discoteca me pareció guapa, al verla natural, con su melena pelirroja recogida en un moño despeinado y su cara blanca limpia de maquillaje donde se le podían ver algunas pequeñas pecas en la nariz, fue el empujón que necesite para intentar algo. Vale, puede que penséis que soy un bicho raro por decir lo de la cara sin maquillaje pero es que yo estoy a favor de que las mujeres al natural son más bellas. Son ellas mismas. No por esconderse detrás de tantas capas de maquillaje y potingues son más guapas. Eso es mentira, solo por UN momento parecen más bellas con todo lo que llevan en la cara. A mi una sonrisa sincera me gusta más. Ya me he llevado muchos sustos cuando me he levantado con una persona diferente que con la que me acosté la noche anterior.

Volviendo a lo que os estaba contando, cuando me preguntó que quería para tomar me fije que no era la misma sonrisa que cuando la conocí. Era diferente, forzada, como si intentará esconder algo y tuviera una máscara delante de sus ojos. No pude reprimir mi pregunta. Unas de mis cualidades o mis fallos es que soy muy sincero y directo. Por eso todas las chicas con las que he estado saben lo que iban a tener conmigo.

Cada día que iba a la cafetería estaba más descolocado y confuso. ¿Por qué no me quería decir su nombre? ¿Porqué tampoco se quería tomar un café conmigo? Por dios, por menos ya tendría a alguien para pasar la tarde. Y todas sus barbaridades que me soltaba solo me producían estar más intrigado en saberlo y seguir con ese juego que, no sé como, se había creado entre nosotros.

Me llevé otra sorpresa cuando la vi trabajando también en el local donde la conocí. Me pregunte ¿le faltaría el dinero?. Pero después de dos o tres copas cogí valor y acompañe a mis amigos hasta la barra como escusa (si lo se, no es de muy valientes, pero me acerqué). Me seguía dejando impresionado que me siguiera ignorando, dándome calabazas. No le había echo nada para que no me diera ni una oportunidad. Pero cuando vi a otro camarero pasarle el brazo por los hombros caí, ¿y si tiene novio?. No volví a acercarme a la barra en toda la noche cuando conseguí saber su nombre. De vez en cuando la miraba para saber que relación tenían pero no saqué nada en claro, solo que no se les veía como una pareja.

Aunque estaba enfadado por como me trataba, no podía dejar de intentarlo así que la esperé sentado en un portal al lado de la puerta. Y tengo que reconocer que esto no lo he hecho por nadie. Intenté hacerme el interesante subiéndome al taxi con ella sin decirle nada, en ese momento se ve que a mi cerebro le parecía una buena idea pero creo que lo único que conseguí es que pensara que estaba loco.

No sé por qué está muchacha se me ha metido en la cabeza, por qué siento la necesidad de demostrarle que yo no soy como todos los tíos con los que ella ha salido. Supongo que me molestó y me molesta que haya supuesto y dé por hecho que sabe como soy sin ni siquiera darme una oportunidad para conocernos mejor.

Supongo que le molestó mi actitud porque acabamos discutiendo, dejándome muy claro todo lo que piensa de los hombres. Estuve a punto de darle la razón, hasta que vi su cara de sabelotodo y de superioridad al conseguir dejarme con la boca abierta.

Y ahora estoy aquí, intentando saber como demostrarle que todos los hombres no somos iguales.

Estoy aquí intentando ganar el juego.

Que Empiece El Juego (1º bilogía Juego) COMPLETAWhere stories live. Discover now