28 "Editado"

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Erik

Volver a sentir su calor después de estos dos días hace que me vuelva majareta. Sus labios me reciben gustosos y yo los saboreo sin dejarme nada. El haber dicho esas palabras ha hecho que mi corazón empezara a latir frenéticamente porque nunca lo había dicho en voz alta, es como si al decirlo toda la realidad me hubiera caído encima y comprendiera que en esa frase está la mayor verdad que he dicho nunca. Por que si, me estoy enamorando como un loco de ella. De su piel, de sus labios, de sus pecas, de sus imperfecciones que me parecen perfectas en ella. Todo, absolutamente todo, me tiene hipnotizado.

He pasado dos días sin dar señales de vida porque tenía miedo a todas las sensaciones que mi pecho experimentaba. Necesitaba pensar con claridad, y teniendo cerca a Merida sabía que no podría hacerlo. Un tiempo sin ningún contacto con ella hizo que me diera cuenta de muchas cosas. La primera que imaginármela con otro hombre despierta en mi una rabia que casi nunca había sentido. No podría soportar verla en brazos de otro tío. La segunda que me había convertido en un adicto a ella. Su piel, su olor y sus labios me llaman a gritos siempre que la tengo cerca, y cuando no estaba conmigo ese sentimiento aumentaba y me picaban los dedos por el deseo de tocarla. Y la tercera, que estar sin ella un día es peor que el miedo de sentir todos los nuevos sentimientos que me crea. 

Su mensaje me ha hecho darme cuenta que no podía pensar mas tiempo o la perdería. Sabía que tenía que decirle todo lo que siento, pero el echo de hacerlo me causaba terror a que ella no me correspondiera. Su vida ha sido mas dura que la mía, y con lo que hemos vivido, sé perfectamente que a ella le va a costar mas abrir su corazón que a mi. Pero yo se lo he dicho, y se me ha quitado un gran peso de encima. 

Las palabras "ha sido un placer conocerte" que me ha puesto en el final de su mensaje me ha dolido como ninguna otra cosa. No quiero perderla, no podría seguir viviendo sin la luz que desprende y sin la sensación cálida que me inunda el pecho cada vez que la abrazo. Su despedida me ha aterrorizado y su silencio a mis llamadas ha hecho que tome la decisión de decirle lo que siento. De perdidos al río, si ella no siente lo mismo prefiero haberlo intentado que pensar toda mi vida en lo estúpido que he sido por no habérselo dicho. 

Su beso de respuesta a mis palabras me han conseguido tranquilizar. La conozco y va a tardar mas que yo en decirme lo que siente por mí, porque aunque no me lo diga con palabras, sé que le gusto más que solo para pasar una noche. Y aunque hasta que no me lo diga, no me quedaré realmente tranquilo, estoy dispuesto a esperar lo que sea.

La beso y la abrazo como si llevara meses sin verla. El miedo y los nervios se evaporan en cuanto me rodea el cuello con sus brazos, y yo no puedo estar mas feliz al tenerla entre los míos. Nos fundimos en un beso tierno y cálido, nada comparado ha nuestra efusividad del principio. Me tomo mi tiempo en acariciar todo su cuerpo y aprendérmelo de memoria. Mi erección pide a gritos estar dentro de ella, y la deseo mas que ha nada, pero quiero ir lento, quiero recorrerme cada centímetro de su piel y adorarla como se merece.  Hoy no voy a follar, hoy quiero hacerle el amor. Demostrarle con mi cuerpo todas las palabras que se me atascan en la garganta al tenerla cerca. 

-Te quiero.- le digo apartando mis labios de los suyos y colocando una mano en su pecho, encima de su corazón. Sus ojos se abren de par en par pero no dice nada. Noto su corazón a mil por hora y el mio tiene que seguir su mismo ritmo, porque noto como se me va a salir del pecho.

-Erik, yo...- me dice en un susurro y la vuelvo a callar con un beso por miedo a lo que me tenga que decir.

No sé en que momento esto se convirtió en algo mas emocional que físico. Me siento vulnerable; tengo miedo y sin embargo la ilusión inunda mi pecho como nunca lo había hecho. No puedo evitar la tentación y hundo mi nariz en su pelo aspirando su aroma. Huele a vainilla y se me hace la boca agua. El beso que le sigue a eso me deja la mente en blanco. Saboreo su boca y cada segundo que pasa me vuelvo mas impaciente. Pero tengo que mantener la calma.

Que Empiece El Juego (1º bilogía Juego) COMPLETAWhere stories live. Discover now