Epilogo "Editado"

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Erik

Estoy en el trabajo cuando recibo la peor llamada de mi vida hasta ahora. Cuando Maria me llama para darme la noticia, toda la sangre de mi cuerpo desaparece y siento un frío en mi interior que me duele hasta el alma. Se me cae el teléfono de la mano haciendo un ruido seco contra la madera de la mesa de mi despacho y me quedo en shock mirando el ordenador como si ese aparato pudiera darme una solución. Mientras tanto, mi mente no para de repetir que "por favor, ella no".

-Tio que estas empanado.- me dice Pedro al verme parado, pero cuando levanto la cabeza para mirarle, su rostro cambia de guason a preocupación.- ¿Qué ocurre? Estas blanco.

-Han atropellado a Merida.- le digo intentando no vomitar por los nervios que se me han puesto en el estomago.

-¿¿Qué dices?? ¿¿Donde esta??

-En el Hospital General- me levanto corriendo y empiezo a recoger mi chaqueta y mis pertenencias lo más rápido posible.- Lo siento, pero me tengo que ir.

-Si si, lárgate. Espera.- me dice colocándome una mano en mi hombro. Lo miro cabreado por que no sé por que sigue reteniendome.- Yo te llevo, no estas para conducir.

-Gracias.

Salimos disparados con el coche de Pedro hacia el hospital. Mi corazón está a punto de salirse de mi pecho y el camino se me hace lento y tortuoso. Necesito verla, necesito saber que está bien, necesito tocarla, abrazarla y besarle. Siento que no le he dicho que la quería todas las veces que me habría gustado. Que no la he besado lo suficiente, ni abrazado, ni demostrado todo lo que siento.

-Tranquilízate, que seguro que se pondrá bien.- me dice Pedro intentando animarme.

-¿Y si la pierdo?- le pregunto intentando contener mis lagrimas. Siento que ha sido culpa mía, que no me he despedido esta mañana de ella porque no quería despertarla. Mis piernas se mueven de forma nerviosa y creo que me falta el aire.

Antes de que Pedro aparque, salgo del coche corriendo y sin esperar ningún segundo me planto delante de la recepcionista.

-¿Donde está Merida Roig Lopez?- le pregunto demasiado alto y con voz desesperada.

-Tranquilo señor, ¿quien es usted?

-Soy Erik, su novio.- noto como Pedro se coloca a mi lado pero no me fijo, necesito que la señora de enfrente me diga donde coño esta la puta habitación de Merida.

La recepcionista empieza a teclear algo en su ordenador, demasiado lento para mis nervios y eso hace que me frustre mas.

-En la habitación 318.- me dice y salgo disparado hacia el ascensor sin decirle gracias ni nada y sin saber si Pedro me está siguiendo. 

Hoy parece que todo va mas lento que de costumbre y me desespero por la llegada del ascensor, así que sin decir nada me encamino hacia las escaleras de emergencia y subo por ellas de dos en dos. Pedro me sigue como puede pero no tengo tiempo a parar para esperarle.

Encuentro la habitación a los dos minutos y abro la puerta como una exhalación, pero no encuentro a Merida tumbada en la cama y me asusto. Solo veo a Maria, Vega y a Cloe, sentadas en unas sillas llorando.

-¿¿Donde esta??- les pregunto a punto de que mi alma se rompa por temerme lo peor.

-Han ido a hacerle una resonancia de la cabeza y unas placas.- me explica Maria con voz rota. Escuchar eso hace que vuelva a respirar, creía que se había muerto y que no había llegado a tiempo.

En cuanto Pedro entra en la habitación, Cloe se lanza a sus brazos y comienza a llorar. Yo me siento solo, solo sin ella, sin la calidez de su cuerpo y acojonado a mas no poder. 

Que Empiece El Juego (1º bilogía Juego) COMPLETAWhere stories live. Discover now