Capítulo 11

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   El primer día en Nueva York lo pasaron de turismo. Clarke ya había estado antes, pero Lexa no y conociendo la curiosidad de la morena sabía que le gustaría. Como el teleférico Roosevelt island que se hallaba enganchado al puente Queensboro que unía el barrio de Queens con Manhattan. Qué nivel, estaba tan entusiasmada que llegaba a sacar fotos de todas las vistas que ofrecía Manhattan, el edificio de Naciones Unidas, el edificio Chrysler. Pasearon por Central Park y como había prometido, no hubo más reproches y extrañamente, no hubo más discusiones, su tiempo se redujo a trabajo, sexo y Clarke llevaba de turismo a Lexa:

– Soy tú y estaría viajando cada dos por tres.

Dijo Lexa caminando por el bordillo de una acera, con los brazos extendidos para hacer equilibrio:

– Pero si viajo casi todos los meses.

Respondió Clarke caminando a su lado con las manos guardadas en los bolsillos del grueso abrigo de color beige, Lexa puso los ojos en blanco:

– No me refiero ese tipo de viajes– pegó un salto y se puso a su lado– me refiero a esto, viajar por mero placer.

– Lexa, el dinero no llueve del cielo, que sea la presidenta de una empresa de éxito requiere atención.

– Dinero– hizo una pedorreta con la lengua, haciendo sonreír a la ojiazul– el dinero no da la felicidad.

Clarke carcajeó:

– No, pero la facilita mucho y quien diga que no, miente como un bellaco.

Lexa ladeó la cabeza pensativa, hasta que volvió debatirla:

– Era feliz y tenía una vida fácil hasta que tú apareciste– Clarke puso expresión seria y aceleró el paso, no habrían discutido, eso no quería decir que su carácter se hubiera amansado– quiero decir, hasta el momento nunca he tenido que replantearme nada– la ojiazul le miró con más interés– Costia siempre planea todo por mí, hasta mi madre me sigue comprando la ropa interior.

Clarke se llevó una mano a la frente a la vez que reía fuertemente, se mordió el labio, miró de reojo a Lexa antes de decir:

– No puede ser, eres una niña mimada.

– Por favor– Dijo haciendo un gesto con la mano para quitar importancia– ¿ahora te das cuenta?– amplió una sonrisa– mi viejita siempre ha sido muy familiar y le cuesta tenerme lejos, ¿Por qué quitarle esa ilusión?– Lexa podía llegar a ser muy parlanchina– a mi hermano igual eh, no solo a mi– rio entre dientes– le compite a mi cuñada en cuanto a malcriarlo.

A diferencia de Clarke, la morena era un auténtico libro abierto ya podía estar hablando de la primera vez que montó a caballo de su familia o de cuando le pillaron robando un instrumento en el colegio para cantarle una serenata a Costia, eso sin contar que no sabe tocar ni un instrumento, a pesar de que estuvo tocando el triángulo en la banda de música cuando Costia se apuntó. Eso le pareció gracioso a Clarke, cuando se lo contó incluso le pareció un buen detalle, Finn pudo llegar a ser meloso, pero no hasta ese nivel de romanticismo, la joven Lexa regalaba flores y su exmarido a esa edad gastaba el tiempo a tirarle huevos al director del colegio:

– ¿Hermano?

Lexa se colocó el sombrero y asintió con la cabeza:

– Mi hermano mellizo Luke, significa que aquel que es luminoso– esbozó una risita– y yo siempre le digo que no se pase al lado oscuro.

Clarke carcajeó y parecía tímida cuando la conoció:

– Y Lexa ¿Qué significa?

La morena se encogió de hombros:

El diablo viste de Rojo (Clexa AU) (G!P)जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें