Capítulo 15

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   Lexa con el estómago oprimido observó a través del parabrisas como la rubia derrumbada en el suelo, tenía razones para seguir el camino hacia el hotel, pero es que no paraba de llover y sabía que se sentiría culpable si Clarke cogiese una neumonía. Apretó la mandíbula y miró al taxista:

– Me merezco dos buenas hostias por gilipollas– musitó antes de suspirar– pare y retroceda.

El taxista sin rechistar obedeció la petición de la morena. Salió corriendo del vehículo después de indicar al taxista que esperase, se quitó la chaqueta para taparse la cabeza con ella, aunque estaba igual de mojada, pero al menos haría algo. La ojiazul no dijo nada cuando la vaquera se acercó, sin embargo su mirada decía mucho, arrepentimiento y esperanza:

– Ni pienses que te he perdonado Clarke– dijo con frialdad– pero a diferencia de otros seres humanos yo no juego con los sentimientos de nadie, ni me regodeo con el sufrimiento ajeno, levanta y sube al coche que te vas a enfermar.

Clarke no dijo nada, cabizbaja se levantó del frío cemento, abrazándose a sí misma y tiritando. Lexa había vuelto, pero tanto su tono de voz como su distancia dieron a entender que no iba a querer escuchar nada. Así pues, entró en un estado ausente en el que solo era capaz de convulsionar por el frio, dentro del taxi, Lexa conociendo su manía por los cinturones de seguridad, le abrochó el cinturón aunque no se veía capaz de mirarla a la cara ni una vez y seguidamente se puso el suyo propio.

Ni tampoco la miró el resto del viaje al hotel, ni cuando cruzaron recepción, al menos tenía la certeza de que no había pedido otra habitación, puede que hubiera esperanza, pensó Clarke, pero ¿Cómo tenerlas? Ni siquiera le miró en el ascensor y cuando entraron a la suite tampoco fue cálida como era de costumbre, lo peor de todo es que ese comportamiento frío y distante ya lo había visto con anterioridad en otra persona lo que la desmoronaba por dentro aún más:

– Quítate esa ropa mojada– dijo la vaquera antes de entrar en el baño– te prepararé un baño caliente para que entres en calor– gritó a la vez que llenaba la bañera con agua caliente, dejó el chorro correr y salió del baño– pediré que suban algo, no sé, leche caliente tal vez.

Fue hasta el teléfono e iba a llamar a servició de habitaciones:

– Lexa...

Dijo con un hilo de voz la rubia en un intento de poder explicarse, pero la morena le señaló con el dedo índice y siguió con tono amenazante:

– Ni se te ocurra dirigirme la palabra.

Clarke frunció el ceño:

– ¿Por qué estás aquí entonces?– Dijo con voz temblorosa, aun no se había quitado la ropa mojada– si ni siquiera me dejas hablar.

– Te hice una promesa, por muy desagradable que me seas a la vista, siempre cumplo con mis promesas– bueno, reparó un detalle cuando iba a descolgar, dos anillos totalmente contradictorios, eso le hizo sentirse más dolida, enseñó su dedo anular donde estaba el anillo de castidad– cumplía– se quitó el anillo que le dio Clarke y lo tiró con saña, pasando por su lado y rebotando contra la pared– ve a la bañera Clarke, no pienso repetírtelo si te quieres enfermar tú misma.

Clarke apretó la mandíbula y se dispuso a ir al baño, no sin antes decir unas últimas palabras, ya lo había intentado y Lexa se negaba a escucharla:

– Me reclamas mi hipocresía, Lexa que juego con los sentimientos y que me regodeó con el sufrimiento de la gente, siempre te mostré con que pie cojeaba ¿tú? hablas con Costia de planes para vuestra boda cada día, le sonríes y le dices que le hechas de manos.

– Calla.

– NO– negó con voz elevada– no terminabas de colgar cuando ya te estabas retozando conmigo. No eres mejor que yo, ya te he pedido disculpas– un tupido velo transparente se interponía entre ambas– y por un momento me perdí, me humillé, bastante humillación he vivido para que aparezcas tú con tu cara de corderito inocente, si no me quieres perdonar ahí tienes la puta puerta, no pienso soportar más reproches– se dirigió hacia el baño entre tiritera y murmullos– bastante tengo con los míos propios, LARGO– gritó a la vez que se desnudaba– vete con tu prometida que ni en consideración te tiene.

El diablo viste de Rojo (Clexa AU) (G!P)Where stories live. Discover now