Capítulo 25

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Conciliar el sueño resultó casi imposible ahora que lo sabía. En esos momentos un ser se estaba formando en el vientre de Clarke, uno que llevaba su ADN, su cerebro, medula espinal y corazón ya estarían en funcionamiento, a pesar de su tamaño ya tenía un corazón que latía. La rubia también tardó en conciliar el sueño, pero fue la primera en caer al mundo del sueño de Morfeo. Aprovechó que estaba boca arriba, intentó no hacer ruido para no despertarla acercó su oreja a su vientre, era consciente de que aún no tendría manos, ni pies, era un pequeño renacuajo y el cuerpo de Clarke estaba en pleno funcionamiento, nutriendo a su renacuajo, era lo único que podría disfrutar de él, dos días de su pequeño embrión. Cerró los ojos, su corazón se había dividido en dos, no quería que se deshiciera de él, pero también quería quedarse con la parte más grande y aferrarse a la madre rota por la tragedia, rota por el dolor, amaba a Clarke.

Silenciosa se levantó, se puso su ropa interior y su camisa. Necesitaba aire. Se sentó en el salón y dejó pasar las horas, abrazada a Digory. Que, con sus gestos de cariño, parecía percibir cuan desconcertada se hallaba su alma:

– Mi gozo en un pozo señor Digory– susurró mientras le acariciaba– mi ex prometida que no amo estaba dispuesta a endosarme un hijo que no es mío– pegó su mejilla a la cabeza del perro– y la mujer que amo, no quiere tener un hijo que sí es mío– se tumbó en la cheslong y Digory hizo lo propio– al menos te tenemos a ti.

Ojalá mi comprensión fuera lejos, puedo ponerme en el lugar de las otras personas, sin embargo, por mucho amor o muy comprensiva que sea, el "y sí hubiera..." existe y me carcome.

Se durmió abrazada al perro, un craso error, cuando Clarke abrió los ojos y no la encontró a su lado, lo supo. Se encontró a la morena profundamente dormida abrazada a Digory. No la quiso despertar así que procedió hacer lo de todas las mañanas con una única diferencia. Se duchó, se vistió y escribió una nota que dejó sobre en la mesita del café junto a una copia de las llaves de su piso y se marchó.

Lexa no tardó mucho en despertar, hallando la nota en la mesilla, el perro no se había movido de su lado. Al final estaba haciendo buenas migas con el cuadrúpedo. Se desperezó y aun con los ojos entrecerrados leyó la nota.

"Me he ido a la empresa, salí con prisa ¿puedes sacar al perro?

Clarke"

No se iba a engañar, sintió cierta decepción porque no la despertó. Un "buenos días" no hubiera estado mal y desayunar juntas antes de que se fuera a la empresa. Suspiró profundamente, fue a vestirse, ya se ducharía en el piso de Anya y sacó de paseo a Digory con tan mala suerte de encontrarse a Niylah en el ascensor:

– ¿Ahora te tiene a ti para cuidar de su perro?

Preguntó la muy zorra mientras reía entre dientes. Lexa no era de las que pegaba a una mujer, pero, entre sus comentarios venenosos y el hecho de que se acostó con su ex prometida, hizo una excepción, tal como hizo con Finn Collins le sacó del ascensor de un puñetazo, bueno, con Niylah se contuvo y el golpe fue con la mano abierta:

– Por cierto– dijo mientras movía la mano, pues su palma hormigueaba– te equivocabas, Clarke si se ha comprometido en una relación seria y otra cosa, eso te pasa también por meterte con prometidas ajenas.

– Estás loca.

Dijo alejándose mientras daba trompicones. Lexa ignoró ese comentario y siguió su camino. Durante un buen rato estuvo dando vueltas, Digory hizo sus cosas, pero el paseo le venía muy bien, se paró en un semáforo a la espera de que le diera paso y miró al perro obediente:

– Si viviera con Clarke esta sería nuestra relación, señor Digory– frunció el ceño– yo sacándote todas las mañanas y hablándote como la loca de los gatos ¿Sería correr demasiado si vivo con Clarke?

El diablo viste de Rojo (Clexa AU) (G!P)Where stories live. Discover now