Capítulo 24

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 – ¿Lo estás tú?

Clarke soltó su mano y se acercó primero a la que tenía el nombre de Alexander:

Cuando mis padres murieron apenas era una niña, me cerré en banda y me costó mucho en volver a confiar, me decían "tus padres te querían pero se tuvieron que ir al cielo" ¿qué piensa una niña de tres años? Mis padres no me querían lo suficiente porque no me llevaron con ellos, me dejaron con unos extraños. Pasó tiempo hasta que Wells llegó a la casa, él me apoyó desde un principio y me defendía, era como el hermano mayor que nunca llegué a tener, tenía complejo de súper héroe, como tú, él segundo en llegar a la pandilla de niños perdidos y sin causa fue Jason, él era tímido y un poco raro, solo por eso todos los demás le apartaban de su lado, por último llegó a la pandilla fue Finn Collins, era el rebelde, el que odiaba al mundo y el mundo tenía poca paciencia, vivíamos bajo el mismo techo y éramos inseparables, pasó lo que en su momento parecía inevitable para nosotros, dos adolescentes enamorados. Ni siquiera estaba planeado cuando todo sucedió, no usamos ningún tipo de precaución y a raíz de aquello, creamos la cosa más maravillosa y llena de mi vida. Alexander, fue una autentica lucha para salir adelante, reforzarnos como pareja, académica y económicamente, no queríamos que Abby y Jake pagaran todos los gastos.

Desde el primer instante que le sentí moverse en mis entrañas lo amé, era mío, mi sangre y cuando le di a luz y lo pude vi por primera vez ¿Cómo es posible que se pudiera querer tanto? aun después de haberse cortado el cordón umbilical prevalece invisible, ese tipo de amor que nunca muere- se quitó una lágrima con el reverso de la mano, Lexa iba a intentar convencerla que tomara su tiempo, pero Clarke hizo un gesto de stop para poder seguir con su relato– Me cambió la vida, ya no era una adolescente, era una madre y mi mentalidad cambió, de pensar solo en mí a querer darlo todo por proteger al niño. Tenía el pelo rubio como el mío y ojos castaños como los de su padre, era muy social, alegre y muy inteligente, le encantaba cantar, correr y se derretía cuando veía un animal, le apasionaban, como a ti. Cuando cumplí la mayoría de edad Finn y yo nos casamos. Llámalo obligación, aunque para nosotros era increíble, formábamos una familia y luchábamos por mantenerlo a flote, nos queríamos– se cambió de lado y se puso al lado de la lápida que contenía el nombre de Emer, ya no había velo invisible que les separara, ni máscara que ocultara tanto dolor, un dolor que se podía palpar, un dolor que traspasaba a cualquiera que estuviera cerca– Emer llegó también de forma inesperada, esa noche sí que usamos precaución pero el destino fue caprichoso y la precaución al parecer de mala calidad, el condón se rompió. Otro amor incondicional, con Alexander era todo miedo, pero Emer, lo amé desde el primer momento que vi ese positivo, cuando escuché el latido de su corazón, tan lleno de vida aun sin sostenerlo en mis brazos sentí cómo se nutría de mí y a cambio me alimentaba de amor. Cuando por fin mis manos pudieron tocarlo, mis brazos acunarlo y mis ojos adorar su carita redonda, su pelo rubio y ojos claros, era mi viva imagen en un niño sano, pensé "el día que muera dejaré al mundo con mi descendencia una buena herencia" El orgullo que se puede sentir cuando ves a tu retoño dar el primer paso, escucharle decir mamá.

Clarke no pudo más y cayó de rodillas entre sollozos, se tapó la cara con las manos, hacía tantos años que no se enfrentaba a eso justo por evitar aquello, por evitar ese dolor constante. Lexa se arrodilló a su lado y la rodeó con los brazos:

– Clarke no tienes que decírmelo de una vez, poco a poco cariño.

– Tengo que hacerlo para que me entiendas.

Se retiró las lágrimas y cogió aire intentando controlar su sofoco, el dolor que recorre su cuerpo por el bombeo de un corazón sufrido.

Terminé la carrera y nos mudamos, para ofrecerles una vida mejor, una muy diferente a la nuestra, conocerían el amor de un padre, un padre que cambió por completo, de un chico rebelde que odiaba al mundo, a servir al mundo con sus planos de arquitecto y yo, entré a trabajar para Ford Models, trabajos que nos consumían, el colegio y luego contratábamos a una niñera, los días que algún compañero de cole tenía cumpleaños, amablemente se encargaba la madre del cumpleañero.

El diablo viste de Rojo (Clexa AU) (G!P)Where stories live. Discover now