2

1K 85 10
                                    

Limpió algunas lágrimas de mis ojos, mientras observo por la ventana de mi habitación con la esperanza de que Isabel, Mauricio y Tony regresen por mi, por su nuevo hijo.

Creo que no debí hacerme ilusiones, solo fue una simple plática, aunque a mi me pareció que era parte de su familia. Pensé que me iría a vivir a su casa, Tony seria mi nuevo hermano, jugaríamos juntos, porque dudo mucho que Carlos pueda salir del centro de rehabilitación en el que está metido.

—Daniel... Daniel —escuchó esos horribles susurros, volteó hacia abajo de la cama, ahí se encuentra Progenito.

—¡Dejame solo! —le gritó, mientras me acerco a la cama.

Progenito se esfuma, ya que la puerta se abre, logró ver a Martha entrar, ella camina hasta sentarse en una silla junto a mi cama.

—Martha, quiero estar solo, ¿Es tan difícil de entender? —mencionó, acercándome a ella.

Ella asiente con la cabeza, me da un abrazo el cual yo rápido niego, pero a ella no le importa, me envuelve en sus brazos.

—Daniel, yo no quiero que sufras, es por eso que te tengo una sorpresa.

Me separo un poco de Martha y la miro a los ojos, ansioso de saber cual es la sorpresa que me tiene.

—¿Sorpresa?, ¿Qué sorpresa?

Ella me toma de la mano y me hace caminar hasta la puerta, pareciera como si Martha quisiera arrastrarme por el pasillo.

—Ya verás que te gustará —Martha dice, para luego taparme los ojos.

Siento que caminó por algunos minutos, siento que he salido al patio del orfanato, siento que Martha se ha detenido.

—No puedo traer de vuelta a tu familia, tampoco puedo traer a Carlos, pero si puedo traerte a tus amigos —Martha quita las manos de mis ojos y puedo ver con claridad mi sorpresa, mi increíble sorpresa.

Limpió algunas lágrimas de mis mejillas, mientras veo a Nadia, Grace, Sam y ¿Ángel? acercarse a darme un fuerte abrazo.

Nunca entable una buena amistad con Ángel, de hecho una vez Progenito lo uso para asustarme, aún así me alegró que esté aquí.

—¡Pequeño Daniel! Mira cuanto has crecido —dice Sam dándome un fuerte abrazo.

—Sam te extrañe demasiado, los extrañe a todos.

***

Veo que Ángel camina y observa muy detenidamente mi habitación, Nadia mira por la ventana, Grace se encuentra abrazándome y Sam me mira con lágrimas en los ojos.

—Cuando me enteré... No podía creerlo, no quería creerlo, extraño demasiado a Flor, a Carlos, a tus padres —Sam se acerca a mi y me da un enorme abrazo.

Puedo sentir que está llorando, igual que yo, siento algunas lágrimas resbalar por mis mejillas. Me separo de ella y veo a Progenito detrás de Nadia, está a punto de lanzarla por la ventana. Me levanto de prisa de la cama y corro hasta ella, en cuanto llegó Progenito desaparece.

—Daniel, ¿Estás bien? —me pregunta Nadia sonriendo.

—Si, es sólo que te extrañe mucho.

Le doy un abrazo a Nadia para que no sospeche,  suspiró profundamente, creo que las molestias de Progenito regresaron a mi vida.

Alguien toca la puerta de mi habitación, Ángel corre a abrirla, es Martha con un rostro de angustia.

—Chicos lo siento tanto, pero, ya se tienen que ir.

Todos se acercan a darme un fuerte abrazo para luego salir por la puerta, Martha me observa por algunos segundos, yo rápido corro a ella para darle un abrazo, ya que gracias a ella pude olvidarme un poco de querer una familia de nuevo.

—¡Muchas gracias Martha!

Ella cierra la puerta y yo caminó hacia mi cama, rápido noto que Progenito me observa desde la ventana.

—¡Lo siento mucho Daniel! Martha tiene que morir, ella te hace feliz, yo no puedo permitir que seas feliz, ¿Lo olvidas?

Me pongo de pié rápidamente, veo a Progenito, mientras mi respiración se acelera.

Progenito corre hasta a mi, caigo al suelo de golpe y comienzo a sentirme mareado, se que me esta pasando, Progenito me ha poseído. Me pongo de pie involuntariamente, caminó hasta la puerta, la cual abro y caminó por el largo pasillo.

—No hagas nada, te lo suplicó Progenito —digo un poco asustado.

Veo a Martha bajar las escaleras, es ahí a donde Progenito se dirige, no puedo permitir esto, no puedo asesinar a Martha. Trato de luchar por el control de mi cuerpo, pero no lo logró.

Un pequeño compañero del orfanato se interpone en mi camino, él sólo quiere darme un abrazo de buenas noches, en cambio yo, poseído por Progenito lo lanzó por las enormes escaleras.

Veo como rueda hasta llegar al final de las escaleras, siento que Progenito abandona mi cuerpo, asustado, aterrado de lo que acabo de hacer corro hasta mi habitación, donde cierro la puerta con seguro y entro al armario. Abrazo mis rodillas, lágrimas caen por mis mejillas, una y otra vez ese momento del pequeño cayendo por las escaleras llega a mi mente.

—Daniel eres un niño muy malo, ¿Como pudiste asesinar a ese pobre angelito?

Puedo ver qué Progenito se encuentra fuera del armario, me rehusó en salir, no voy a salir por nada del mundo.

Escuchó un fuerte gritó, creo que ya han encontrado a mi compañero, abro la puerta del armario y corro hasta la puerta donde Progenito aparece y me lanza al suelo.

—Esto es tan divertido, ¿Sabes? En este tiempo que estuve con Carlos, me di cuenta de lo aburrido que es, tu me caes mejor.

Progenito salta encima de mí y coloca sus manos alrededor de mi cuello, comienza a hacer presión y yo rápido siento la falta de aire.

—No lo hagas, por favor.

Comienzo a ver todo borroso, incluso he dejado de luchar contra Progenito, mis ojos se cierran lentamente, hasta que pierdo el conocimiento.

***

—¡Oh dios! Daniel —alguien grita junto a mi.

Siento que esa persona me mueve de un lado a otro, mientras yo abro los ojos lentamente, para encontrarme con Martha sonriendo un poco.

—¿Qué te pasó Daniel? —pregunta ella llena de confusión.

Me pongo de pie y miro que estoy en el suelo, justo en el lugar donde Progenito me ahorcó, toco mi cuello espero no tener marcas.

—Creo que caí al suelo, escuche un grito, quise ir a ver pero caí al suelo, ¿Quien gritó? —miró a Martha esperando una respuesta.

Me levanto, salgo de la habitación y corro hasta las escaleras, Martha me detiene y trata de llevarme a la habitación.

—Daniel, no tienes que ver, no lo hagas.

La miró con lágrimas en los ojos, aún así caminó a las escaleras, tengo que ver lo que hice, para no levantar sospechas. Me detengo justo en las escaleras, veo algunos enfermeros, policías y una manta encima de mi compañero.

—Te dije que no vieras —Martha llega hasta mi.

No mires bajo tu cama 2 - El regreso de Progenito.Where stories live. Discover now