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Narra Carlos.

Bloqueo la pantalla de mi celular y volteo a mis alrededores, no logro ver a Daniel por ningún lado, ¿Dónde se habrá metido?

Me pongo de pie y caminó por el pasillo, algo en el consultorio de la enfermera Kinney llama rápido mi atención, escuchó gritos de Daniel, mi respiración se acelera y corro rápidamente.

—Es por tu bien —menciona la enfermera Kinney terminando de inyectar a Daniel.

Abro la puerta de golpe y veo a Martha sosteniendo a Daniel sobre el suelo, miró a la enfermera Kinney con confusión en el rostro, también puedo ver una hoja rota en pedazos.

—¿Qué paso aquí? —preguntó un poco confundido.

La enfermera Kinney y Martha se observan entre si, luego regresan la vista hacia la puerta, por la cual entran algunos doctores con una camilla.

—Llevenlo a una habitación —añade la enfermera angustiada.

Los doctores colocan a Daniel en la camilla y luego salen del consultorio a paso veloz, creo que estoy preocupado.

—Tranquilo Carlos, Daniel esta bien —dice Martha, acercándose a darme un abrazo.

—¿Qué le paso?, ¿Por qué la enfermera Kinney lo inyecto? —le preguntó confundido.

—Escucho nuestra conversación, la enfermera Kinney me decía que Isabel decidirá si Daniel es internado en un centro de rehabilitación o no —Martha me observa angustiada, luego recoge los trozos de hoja que están sobre el suelo.

—Tranquila Martha, traeré otra hoja —la enfermera Kinney sonríe y se dispone a salir del consultorio.

La sigo con la mirada hasta que esta fuera, me acerco a la puerta para ver que tan lejos esta, luego miro fijamente a Martha, mientras me acercó a ella.

—Los dos sabemos que Isabel firmara esa hoja, ella no quiere que Daniel este libre luego de lo que le hizo a Mauricio, ¿Qué vamos a hacer? —miró a Martha frunciendo el ceño.

Ella niega con la cabeza, sin responderme nada, luego la enfermera Kinney entra y le entrega otra hoja a Martha.

—Llevensela a Isabel, tengan por seguro que si ella acepta internar a Daniel, yo lo cuidaré —la enfermera Kinney toma asiento en su escritorio.

Martha me mira por algunos segundos, caminamos hacia la puerta y nos dirigimos a la puerta principal. Respiro hondo, tratando de pensar en la respuesta que nos dará Isabel.

***

Martha y yo bajamos del auto y caminamos hasta la puerta de la casa de Isabel, toco dos veces el timbre y comienzo a escuchar pasos dirigirse hacia nosotros.

La puerta se abre y por ella aparece Isabel, detrás de ella puedo ver a Tony y Pablo.

—¿Qué se les ofrece? —pregunta Isabel, mirando brevemente la hoja que Martha lleva en las manos.

—Tenemos que hablar Isabel, espero que el cariño que le tuviste algún día a Daniel, aparezca hoy al menos por ultima vez —comenta Martha angustiada.

Isabel se mueve un poco dejándonos pasar, puedo ver que Tony, Pablo, Carmen y Omar se acercan a mi a darme un fuerte abrazo, el cual yo recibo con mucho cariño.

—Niños vayan a la habitación de Tony —añade Isabel sonriendo.

Tony, Pablo, Omar y Carmen suben las escaleras alejándose de nosotros, Martha, Isabel y yo tomamos asiento en el sofá.

—Habla rápido ya que no me importa nada relacionado con Daniel —Isabel menciona un poco enojada.

Martha me observa por algunos segundos, luego regresa su vista hacia Isabel, quien nos observa con odio, resentimiento.

—Los doctores le han diagnosticado ansiedad a Daniel, la enfermera Kinney nos dijo que tu decides si recibe tratamiento en mi hogar o en un centro de rehabilitación... Piensalo muy bien Isabel, ¿No quieres ver sufrir a Daniel o si? —Martha le entrega la hoja a Isabel.

Isabel parece estar leyendo, mientras yo observo todo a mi alrededor pero observo algo en particular, el barandal de la escalera, recuerdo el momento cuando Mauricio cayo, creo que jamas lo podre olvidar.

—La respuesta es simple, después de lo que hizo Daniel lo menos que se merece es pasar su vida en un centro de rehabilitación, es lo justo —veo que Isabel firma la hoja.

En estos momentos quisiera quitarle la hoja a Isabel y colocar que reciba el tratamiento en su hogar, pero no puedo.

—Isabel piensalo, Daniel es sólo un niño, él no tiene la culpa de sufrir ansiedad.

Martha la mira fijamente, pero al parecer Isabel esta muy decidida en lo que acaba de hacer.

—Isabel no lo hagas, yo pase tres meses de mi vida en un centro de rehabilitación por una equivocación, no dejes que Daniel pase mas tiempo, por favor —le digo poniéndome de pie.

Ella niega con la cabeza, mientras le entrega la hoja firmada a Martha, yo tan sólo la observo con odio, ¿Cómo puede hacerle eso a Daniel?

—Esta bien, haz tomado tu decisión, solo recuerda Daniel esta en el hospital ahorita mismo, le afectó tanto la noticia que cayo inconsciente, pero creo que a ti no te importa, así que nos vamos —dice Martha enojada.

Ella camina hacia la puerta y yo detrás de ella, volteo brevemente hacia atrás y veo a Isabel sonriendo.

—Claro que no me importa.

—A ti no mamá, pero a mi si —comenta Tony desde las escaleras.

Veo que corre hasta Isabel y los dos comienzan a discutir, cierro la puerta de la casa para luego entrar al auto.

—Al menos lo intentamos —Martha me mira con lágrimas en los ojos.

—Si, al menos lo intentamos —le digo, limpiando algunas lágrimas que resbalan por mis mejillas.

Miró por la ventana deseando que todo esto sea una cruel pesadilla, de la cual despierte pronto para darme cuenta que todo fue una cruel y horrible pesadilla.

***

Martha le entrega la hoja a la enfermera Kinney, la cual rápido empieza a leer, para luego voltear a vernos con lágrimas en los ojos.

—Creo que lo mejor sera que Daniel despierte hasta que este en su habitación en el centro de rehabilitación infantil —la enfermera Kinney nos observa.

Martha y yo asentimos con la cabeza, cierro mis ojos evitando, tratando de no llorar en este triste momento.

—Lo mejor será que se despidan —añade la enfermera Kinney saliendo del consultorio.

Martha y yo la seguimos hasta la habitación de Daniel, abro la puerta y lo veo recostado en la cama inconsciente aun.

—Prepararé su trasladó —comenta la enfermera Kinney alejándose de la habitación.

Me acercó hasta la camilla y tomo su mano, lágrimas comienzan a caer por mis mejillas, sin yo poder evitarlo.

—Daniel ya veras que pronto saldrás, no te preocupes por nosotros, te visitaremos todos los días, si es posible —sonrió un poco.

La puerta de la habitación se abre y por ella entra Ángel y Nadia, yo les he avisado que vengan a ver a Daniel, antes de que sea trasladado al centro de rehabilitación.

Ellos se acercan rápidamente a Daniel y lo invaden con abrazos, Martha y yo tan sólo observamos los buenos amigos que tiene Daniel.

Después de algunos minutos de despedirnos, aunque creo que Daniel ni siquiera nos escucho, se siente bien haberse despedido. La enfermera Kinney entra a la habitación y nos mira fijamente a todos.

—Ya todo esta listo para su traslado —añade ella con algunas lágrimas en los ojos.

No mires bajo tu cama 2 - El regreso de Progenito.Where stories live. Discover now