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Caminó hacia la puerta de mi fea habitación, miro hacia la habitación de Marcos, por desgracia él no se encuentra ahí, la enfermera Kinney me dijo que esta en una habitación aislada, todo por mi culpa.

—Hola, ¿Cuál es tu nombre? —pregunta Evelyn acercándose a mi.

Mi rostro forma una pequeña sonrisa al verla feliz, cuanto quisiera yo tener perdida de memoria a corto plazo para no recordar todo lo que me pasa.

—Soy Daniel —le digo tratando de sonreír.

—Yo soy Evelyn, mucho gusto —menciona ella sonriendo.

Abro la puerta de mi habitación y veo fijamente a Evelyn, ella se aleja lentamente por el pasillo, caminando de un lado a otro.

—¡Evelyn espera! —gritó un poco fuerte.

Ella voltea a verme confundida, luego comienza a correr lejos de mi, creo que nuevamente se olvido de mi. Ella se asusta cuando alguien la llama por su nombre y no recuerda habérselo dicho.

—Lamento lo que te hizo Marcos —comentan junto a mi.

Volteo hacia la habitación de donde provino la voz, me acercó un poco y veo a Milena acostada sobre el suelo, algo que me parece realmente extraño.

—¿Qué haces ahí Milena? —le preguntó confundido.

—El suelo esta frío, me gusta el frío —menciona, mientras se levanta y camina a la puerta.

Ella abre la puerta y sale de su habitación, camina por el pasillo y yo tan sólo caminó detrás de ella.

—Es hora de comer, tengo hambre —dice Milena apresurando el paso.

Entramos al comedor y tomamos asiento junto a Evelyn, quien nos observa aterrada.

—Hola Evelyn —Milena le dice y ella rápido se pone de pie y comienza a correr.

La enfermera Kinney se acerca hacia nuestra mesa y toma asiento junto a Milena, quien frunce el ceño.

—¿Cuantas veces tendré que decirte que no asustes a Evelyn? —pregunta la enfermera Kinney mirando a Milena a los ojos.

—Lo siento, ya no lo volveré a hacer —susurra Milena agachando la mirada.

La enfermera Kinney sonríe, se pone de pie y se aleja a paso veloz de nuestra mesa y del comedor.

—No me gusta estar aquí, extraño a mi hermana —añade Milena frunciendo el ceño.

La observo fijamente, puedo notar que algunas lágrimas resbalan por sus mejillas.

—Tranquila, de seguro también ella te extraña —mencionó angustiado.

Ella fija su mirada hacia mi, comienza a llorar fuertemente y se pone de pie enojada.

—¡Mi hermana esta muerta, jamas la volveré ver! —grita Milena para luego comenzar a correr.

No sabia que decirle, le digo lo primero que se me ocurre y resulta ser algo equivocado, extraño a Tony.

La cocinera coloca un plato de sopa, un vaso de agua de jamaica y dos tortillas frente a mi, yo sonrió un poco y comienzo a comer.

***

La enfermera Kinney me entrega una pastilla y un vaso de agua, para luego salir de mi habitación.

—No la tomes, ellos intentan volverte loco en verdad —menciona Progenito sonriendo.

Trató de ignorarlo y coloco la pastilla en mi boca, doy un sorbo de agua y trago la pastilla, la cual me deja un extraño sabor en la boca.

—Ellos tratan de ayudarme, yo tan sólo quiero regresar a mi casa —susurró recostándome en la cama.

Miro el techo de la habitación fijamente, ya no escucho a Progenito hablar, suspiro hondo y me pongo de pie.

—¿Tu, Qué haces aquí? —preguntó asustado, aterrado por lo que estoy viendo.

—Vine a visitarte, tu eras mi mejor amigo antes de que me asesinarás —dice Luis acercándose a mi.

Lo miró con confusión en el rostro, luego empiezo a negar y cierro mis ojos intentando dejar de verlo.

Abro los ojos, Luis aun me observa, ahora se encuentra acompañado por Jack, el mejor amigo de Carlos.

—Ustedes están muertos, yo los vi morir —los señalo con mi mano.

—Si estamos muertos, tu nos mataste —comenta Jack comenzando a llorar.

Me alejo de ellos, me tiro al suelo y entro debajo de la cama, cierro los ojos, pero aun escucho sus pasos.

—Daniel yo te quería, tu eras mi mejor amigo, ¿Por qué lo hiciste? —escuchó la voz de Luis.

Abro los ojos y ya no logro verlos, salgo de abajo de la cama y miró a todos lados.

—Daniel, tienes que ver a mi nuevo amigo —comentan desde la puerta, logro reconocer que es la voz de Evelyn.

Me acercó lentamente hacia la puerta, ya que me parece muy extraño que Evelyn haya recordado mi nombre, desde que llegue aquí nunca lo ha podido recordar.

—¿Evelyn como recordaste mi nombre? —le preguntó lleno de confusión.

Abro la puerta y veo a Evelyn de pie junto a Progenito, mis ojos se abren demasiado al ver a Progenito junto a Evelyn.

—Evelyn corre —comentó, separandola de Progenito.

—No te vayas amiga, me pondré triste —menciona Progenito tomando la mano de Evelyn nuevamente.

Ella me observa con una gran sonrisa marcada en el rostro, en cambio yo la observo con terror.

—¿Qué quieres? —le preguntó a Progenito.

—Nada, yo tan sólo me divierto —sonríe Progenito, luego se esfuma.

Evelyn observa todo a su alrededor en busca de su nuevo amigo, al no encontrarlo ella simplemente se aleja por el pasillo.

Respiró profundamente y regreso a mi habitación, cierro la puerta y tomó asiento en la orilla de mi cama.

Miro fijamente a mi alrededor, no hay ninguna señal de Progenito, me recuesto en la cama e intento recordar como era mi vida antes de Progenito.

Nunca me perdonaré lo que le hice a Marcos, por mi culpa él esta en la habitación aislada, él no tuvo la culpa, tan sólo Progenito y yo. Algunas lágrimas caen por mis mejillas al recordar como debe estar en este momento.

También recuerdo las palabras de Carlos, él me ayudará a deshacerme de Progenito, espero no llamar su atención y poder lograr nuestro objetivo, seria increíble salir de aquí y vivir una vida normal sin Progenito.

Aveces me arrepiento de haber ido con la abuela a escoger una nueva casa, en esa casa fue donde todo empezó, Progenito me conoció en esa casa y la abuela me regalo la cama donde él habitaba, intento no culpar a la abuela, pero si tan sólo hubiera comprado una cama nueva y no regalarme esa cama vieja esto no estaría pasando. Toda mi familia y mis amigos estuvieran vivos y yo no estaría aquí en este momento.

Pero si todo esto no hubiera pasado, nunca hubiera conocido a Martha, Isabel, Tony y Mauricio.

—Daniel, él hubiera nunca existirá —me digo a mi mismo.

Siento como algunas lágrimas caen por mis mejillas y yo las limpio rápidamente, cierro mis ojos deseando soñar con un día sin Progenito.



No mires bajo tu cama 2 - El regreso de Progenito.Where stories live. Discover now