36

415 52 3
                                    

Narra Daniel.

Los segundos, minutos, horas y días pasan y yo aun sigo en este horrible lugar, todas las noches sueño con poder salir de aquí, pero sólo es eso, un sueño.

Me pongo de pie y caminó por toda la habitación, unos ruidos provenientes del pasillo llaman rápido mi atención. Me acercó a la puerta y veo a la enfermera Kinney trayendo a Marcos a su habitación.

—Marcos, que gusto verte de nuevo —sonrió un poco.

Marcos voltea a verme con odio, luego me señala con su mano, mientras la otra la pasa de un extremo de su cuello al otro.

Me alejo de la ventana un poco asustado, tomó asiento en el suelo y respiró profundamente. Cierro mis ojos e intento relajarme y olvidar la amenaza que me acaba de hacer Marcos.

—Tu te lo buscaste —mencionan desde abajo de la cama.

Me pongo de pie rápidamente y veo a Progenito salir de ahí, arrastrándose hasta mi. Lo miró fijo y él me observa de igual manera.

—Tranquilo puedo deshacerme del problema, no creo que tengas problemas con esconder un cadáver, ¿O si? —Progenito me observa sonriendo.

Yo no le respondo nada, ya que aún se escucha ruido en la habitación de Marcos, no quiero que la enfermera Kinney piense que estoy loco y hablo solo.

—Vete —le susurró en la voz más baja que puedo hacer.

Progenito empieza a reír sin parar, luego me toma del brazo y lo aprieta demasiado fuerte.

—Nadie me corre —agrega él, esfumándose.

Rápido acarició mi brazo, me duele un poco. Me pongo de pie y caminó hasta la puerta, miro por la pequeña ventana y no logro ver a nadie.

—Marcos, ¿Me perdonas? —mencionó hacia su habitación.

No escuchó respuesta, pero si escuchó pasos acercándose a la puerta, luego logró verlo por la pequeña ventana.

—Claro que no, por tu culpa pasé dos semanas en esa horrible habitación aislada, yo no quería golpearte, tu me obligaste —añade el, agachando su mirada.

—Lo siento, es solo que... Mejor olvidalo, ya no importa.

Regreso a mi cama y me recuesto en ella, miró hacia el techo intentando no llorar y ser fuerte, pero estar aquí es horrible, quisiera morir.

La puerta de la habitación se abre y por ella entra la enfermera Kinney con una sonrisa en el rostro, al igual que una pastilla y un vaso de agua en las manos.

—Daniel tomate esto, luego vienes conmigo, tienes visitas —menciona ella emocionada.

Me pongo de pie y tomo la pastilla, luego le doy un sorbo al agua, siento un desagradable sabor. La enfermera Kinney sale por la puerta y yo detrás de ella.

Caminó por el largo pasillo, puedo ver a Milena en su habitación, recostada en el suelo como acostumbra, Evelyn presentándose con todos como acostumbra.

Entró a la habitación de visitas y una gran sonrisa se dibuja en mi rostro al ver a todos mis amigos aquí, junto a Martha, Carlos e Isabel.

—¡Daniel! —gritan todos y corren a darme un fuerte abrazo.

Siento el cariño de todos, incluso Beth está aquí, me pone muy contento verlos a todos aqui, ya tenia mucho tiempo que no los veía juntos a todos.

—Se fuerte Daniel —menciona Nadia frunciendo el ceño.

Asiento con la cabeza, mientras le vuelvo a dar un abrazo, podría estar así todo el día, abrazando a mis amigos.

Llegó hasta la mesa, le doy un fuerte abrazo a Martha y Carlos, miró fijamente a Isabel, por un momento pienso en que ella me dará un abrazo, pero esa idea la descartó al verla alejarse de mi.

—Yo sólo vine a traer a Tony —dice ella, manteniendo distancia.

Volteo y observo a todos, Carmen, Ángel, Omar, Pablo, Beth, Nadia y Tony, todos ellos están aqui hoy conmigo, algunas lágrimas resbalan por mis mejillas.

—No llores Daniel, todos estamos aquí para apoyarte —comenta Carmen moviéndome el cabello.

—Me alegra mucho verlos, son lágrimas de felicidad —añado con una sonrisa en el rostro.

—Te extraño mucho Daniel, ¿Cuando regresarás a casa? —pregunta Tony mirándome brevemente.

Me quedo en silencio algunos segundos, luego volteo a ver a Martha y a Carlos, ellos no me dicen nada, tan sólo me observan.

—Pronto —sonrió mirando a Tony.

Él asiente con la cabeza y se acerca a darme un abrazo. Luego camina hacia Isabel y los dos se alejan de la habitación de visitas, al igual que Carmen, Pablo y Omar.

—Bueno chicos, creo que tenemos que irnos —dice Martha poniéndose de pie.

Les doy un abrazo nuevamente a Beth, Nadia y Angel, luego a Martha y Carlos.

—Adiós, nos vemos pronto —mencionó despidiéndome de ellos con la mano.

Veo que están por salir, sólo que Carlos voltea a verme y corre rápidamente hasta mi.

—Daniel estoy haciendo lo posible por encontrar la manera de deshacernos de Progenito, pronto vendré con una respuesta —él me da un abrazo y luego se va.

Yo volteo a mis alrededores checando qué Progenito no haya escuchado nada de lo que Carlos dijo, sino estaría en graves problemas.

La enfermera Kinney se acerca a mi, me toma del brazo y nos alejamos hacia mi habitación. Siento un poco de felicidad al saber que Carlos investiga sobre Progenito, en unos días más espero tener la respuesta.

Entro a mi habitación y me recuesto sobre mi cama, una sonrisa se dibuja en mi rostro aun sabiendo que estoy en este lugar, puedo vivir aqui en paz, sin Progenito todo sera posible.

Me pongo de pie rápidamente al ver que la puerta de mi habitación se abre de golpe, veo a Marcos entrar y mirarme con odio.

—¿Qué haces aquí? —le preguntó lleno de confusión.

—Vengo a aclarar unas deuda que tengo contigo —dice él y comienza a acercarse a mi.

—No me golpees, no querrás terminar de nuevo en la habitación aislada, ¿O si? —lo observó con miedo, incluso he comenzado a temblar.

Puedo ver a Progenito observarme con un sonrisa en el rostro, yo tengo que enfrentar mis problemas.

—Entonces hazlo, golpéame —le digo frunciendo el ceño.

Marcos prepara su puño, yo cierro los ojos y esperó el golpe, escuchó un grito y escuchó a alguien caer al suelo. Abro los ojos y veo a Evelyn sobre el suelo, ella se interpuso entre Marcos y yo recibiendo ella él golpe.

—Evelyn ¿Estás bien? —pregunta Marcos asustado.

Evelyn parece estar inconsciente, veo que Milena llega acompañada por la enfermera Kinney a ver lo sucedido.

—¿Qué le pasó? —pregunta la enfermera mirándonos a todos.

Un profundo silencio inunda la habitación, mientras todos nos miramos los unos a los otros.

—Se cayó y se golpeo con el mueble —agrega Milena guiñando el ojo.

Miró fijamente a Marcos, él me observa con tristeza en el rostro. La enfermera Kinney carga a Evelyn en sus brazos y sale de la habitación.

—¿Por qué dijiste eso? —pregunta Marcos confundido.

—Porque tu ya sufriste mucho en la habitación aislada, Daniel sufrió mucho por los golpes que le diste hace días y Evelyn habrá olvidado todo cuando despierte.

Milena sonríe, Marcos intenta sonreír y yo tan sólo los observó con angustia, sólo espero que Evelyn esté bien.


.............

¡Últimos capítulos!

No mires bajo tu cama 2 - El regreso de Progenito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora