Capítulo 7 🌙

324K 32K 26.1K
                                    

Arianne

Me despierto en la comodidad de unos fuertes brazos y aroma a cítricos rodeándome. Gimo, hundiéndome más en la sensación de protección. Escondo mi rostro en su camiseta y ruego en silencio que no me suelte nunca.

¿Dónde estoy?

Poco a poco soy consciente de mi entorno cuando oigo voces desconocidas y una risa ronca que me obliga a abrir los ojos. Pretendo moverme, pero los brazos me impiden hacerlo.

—Shh... quédate quieta. Estás a salvo.

Soy depositada sobre algo cálido mientras poco a poco mi cabeza se enfoca. Grandes ojos azules con largas pestañas se encuentran con mi mirada. Un chico de cabello rubio platino se cierne sobre mí y toca mi mejilla.

—Ella está bien, Asher.

¿Asher?

Aguanto la respiración en el instante que me encuentro con el rostro de Asher Karlsson. Luce preocupado y alarmado. La emoción nada en sus hermosos ojos. Va más allá de la sorpresa desconocida.

—¿Recuerdas lo que sucedió? —pregunta.

Me apoyo sobre mis codos en el húmedo pasto con una mueca de dolor.

—Yo... salí a caminar —respondo, avergonzada de mis acciones —. Me detuve un momento aquí y fui atacada por un oso salvaje.

—Quedaste inconsciente —habla el chico de ojos azules que no conozco —. Te golpeaste con una piedra al caer.

Las manos me tiemblan y la sangre se siente muy caliente en mis venas. Estoy conmocionada por lo que vi esta noche. Esperaba ver algo extraño y lo logré. No puedo borrar la imagen del lobo blanco de mi mente. ¿Por qué tuve que tropezar con esa maldita piedra?

—¿Qué ha pasado con el oso? —cuestiono, mi estómago está hecho nudos —. ¿Y el lobo?

Asher me ayuda a levantarme con una mano en mi cintura.

—Olvídate de ellos —manifiesta Asher —. Lo que importa es que estás bien. ¿Cómo pudiste venir al bosque en medio de la noche? Debiste llamarme, te di mi número por esa razón.

Mi cuerpo se siente rígido y adolorido. Mi cabeza palpita y una gota de sangre cae por mi sien.

—Yo... —me callo sin energías para formular una oración.

Tampoco quiero admitir que fui lo suficientemente estúpida por venir sola a un bosque dónde asesinaron a mi hermano y omito comentar que vi a la bestia de ojos rojos.

—Atraes a las bestias, ¿eh? —Se burla el rubio.

Me río de lo irónico que suena.

—Al parecer es uno de mis talentos —concuerdo —. ¿Qué hacen aquí?

Asher se rasca la nuca.

—Estás en nuestro territorio, Arianne. Hay cámaras en el bosque que alertan la presencia de los intrusos.

Oh, mierda. Me hago una idea de que vieron todo, ¿incluso a la bestia?

—Auch —me quejo con una mueca.

—Te llevaremos a casa —insiste Asher sin soltarme.

Niego.

—Yo... no estoy en condiciones.

—Y con más razones debes venir con nosotros —El rubio me sonríe con la palma extendida —. Soy Andrew Karlsson, por cierto. Encantado de conocerte finalmente.

¿Karlsson? ¿Acaso están relacionados? Lo veo entonces... Comparten varios rasgos: nariz perfecta, mandíbula cincelada, boca llena y sonrisa deslumbrante. Las diferencias están en la altura y el cabello. Asher es un poco más alto y Andrew tiene el cabello rubio casi blanco.

Dulce Maldad [En Librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora