Capítulo 36 🌙

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Andrew

Jamás pensé que viviría este maravilloso momento en carne propia. Ella es mejor de lo que esperé. Es como si hubiera recibido choques eléctricos por la fuerza de su belleza. Luce como una muñeca de porcelana: cabello rubio, piel suave, ojos grises, un rubor rosa manchando sus mejillas y pecas cubriendo su nariz. Emmie Fletcher es la criatura más hermosa que he visto en mucho tiempo.

Hubo dos casos en mi familia dónde los licántropos encontraron a sus compañeras:

Mi padre conoció a mamá y quedó perdido por ella cuando sus miradas chocaron. Asher al principio no identificó a Arianne debido al escudo de protección, pero es su chica y cualquiera puede ver cuán enamorado está cada vez que la observa.

Ahora es mi turno.

Ha llegado el momento proteger y amar a la persona que está destinada a pasar la eternidad junto a mí. La haré feliz, la trataré como una reina y nunca la defraudaré. Emmie se sentirá plena a mi lado. Prometo que tendremos las mejores aventuras y más risas que llantos.

Ella se convertirá en mi todo.

La chica por quién respiro, en quién piense cuando despierte y será dueña de mis sueños.

Ella será el motivo de mi existencia.

La razón de mi felicidad.

—Wow, qué profundo —ríe al oír mis pensamientos —. Me dijeron que sería intenso, pero no imaginé a esta magnitud. Es... abrumador.

Mi risa es nerviosa y mi voz ronca. Su cercanía le provoca estragos a mi cuerpo. Quiero actuar como un animal y marcarla, pero Emmie no apreciará la idea. Es capaz de matarme si la toco.

—Lo sé —respiro —. Siento que mi ropa estorba.

Se sonroja.

—Por tu bien sugiero que te calmes. Mi padre te odiará si me marcas fuera de las tradiciones.

Me aclaro la garganta para apartar la sequedad. Su padre suena como un maldito neandertal. Se nota por las condiciones en que está hecha la manada. Las cabañas son de madera y hay escaza tecnología. Jodidos ermitaños.

—¿Tradiciones?

—Ceremonias y un acto de adoración a la diosa luna —pone los ojos en blanco —. Los irlandeses somos muy tradicionales.

—Ya me di cuenta.

—¿Qué le dirás a mi padre? —suena exasperada mientras me mira —. ¿Qué tú eres mi compañero?

Ambos estamos recostados bajo un árbol mientras los demás terminan de arreglar el desastre que provocó a Arianne. Asustó al licántropo más rudo y huyeron de ella como alma que lleva el diablo. Mi cuñada es pequeña, pero aterradora.

—Por supuesto. ¿Por qué debería perder más tiempo?

Emmie suelta un bufido irritado.

—No conoces a mi padre, Andrew.

Mis ojos se cierran ante la mención de mi nombre y sonrío. Suena tan bien en sus lindos labios.

—Dilo de nuevo.

Emmie me mira a través de sus largas pestañas.

—¿Qué?

—Mi nombre.

—Andrew...

Sin poder evitarlo, me acerco a ella y la tumbo en el suelo. Emmie suspira conmocionada por el movimiento inesperado. Yo también estoy sorprendido. Culpo a mi lobo quién está aullando en aprobación.

Dulce Maldad [En Librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora