Capítulo 22 🌙

266K 25.8K 14.2K
                                    

Arianne

Irlanda.

Josh mencionó que la persona indicada para enseñarme a usar mis poderes está en Irlanda y viajaré al país lo antes posible. Es un buen paso que le interese mi futuro, aunque no me haré ilusiones. Él aún debe demostrar que vale la pena recuperar el tiempo perdido.

Será un trabajo complicado. Sus años de ausencia me marcaron muchísimo y espero que pueda remediarlo. No sé con exactitud si irá conmigo, pero me gustaría que Asher estuviera presente. Me acostumbré a su presencia y hacerlo sin él sería extraño. Me duele pensar en la idea de separarnos. Ha sido mi soporte y mi antorcha cuando creía que me perdía en la oscuridad. Ha demostrado ser un fantástico novio, compañero y amigo. Asher es todo lo que necesito sin saber que lo estaba buscando. Este proceso sería devastador si no lo tuviera a mi lado. Estaría hundida y acabada. Sola.

—Claro que iré contigo —responde cuando le comento sobre mi conversación con Josh —. Esto no se trata solo de ti, Arianne. Un demonio está suelto y es un peligro para el mundo.

—Eh... bueno. Sí, claro.

Lo miro embobada desde la cama. Tiene puesto una toalla alrededor de su cintura y deduzco que ha tomado una ducha mientras dormía. Hemos estado días en este hotel y duermo mucho. Inconsciente, es la única forma de escapar de mi dura realidad. Asher es bueno aliviando mi dolor.

—Andrew te compró dos combos de McDonald's y una gaseosa. ¿Aún no tienes apetito?

Puede que de otra cosa sí... Deja caer la toalla como si fuera lo más natural del mundo. Mis mejillas arden y evito mirar más abajo. Él no está avergonzado de mostrarse desnudo. ¿Por qué debería? Su cuerpo es digno para admirar, esculpido por los mismos dioses. Sus tatuajes lo hacen ver más atractivo. Su cabello está mojado y colgando en su frente. Su pecho brilla por unas gotas de agua. La palabra sexy no es suficiente para describirlo. Cuando se pone un bóxer negro y una camiseta del mismo color me mira fijamente.

—¿Ari?

Me cubro la cara con una almohada y oigo su carcajada. Por primera vez en días me siento un poco más ligera.

—¡No puedes hablarme así!

—¿Así cómo?

—¡Desnudo! —protesto —. Es... cruel.

En un instante su cuerpo está sobre el mío en la cama y una necesidad cruda me ciega. Empiezo a temblar de deleite, placer y deseo. Me pregunto si perderme en sus besos me hará olvidar el horror de los últimos días. Quiero perderme y él es una forma muy dulce.

—Puedo ayudarte a comprobarlo —susurra cerca de mis labios.

—Ash...

Me toma la cara con las dos manos y omito reclamarle que oyó nuevamente mis pensamientos. Mi apego hacia él es fuerte, un equilibro para mi oscuridad. Asher es la luz en medio de tanto odio. No importa cuánto luche, he caído muy duro bajo su hechizo. El efecto Karlsson es imposible de resistir.

Mi boca se abre y aprovecha para introducir su lengua. Me besa a un ritmo dolorosamente lento que disfruto demasiado. Mi deseo sexual hacia él es desenfrenado y con un par de besos no es suficiente para saciar la adicción.

Quiero más.

Estoy vestida, pero con él me siento expuesta por culpa de mis pensamientos indiscretos. No puedo ocultarme por mucho que lo intente. Es difícil disimular mis ganas de tocar su piel, besarlo, abrazarlo y olerlo.

Asher Karlsson es... adictivo.

Los pequeños mordiscos en mis labios me hacen gemir con suavidad y le ofrezco mi cuello. Él toma la invitación con prolongados besos en mi piel. Desliza sus dedos dentro de mi ropa interior para encontrarme vergonzosamente excitada.

Dulce Maldad [En Librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora