Capítulo 11 🌙

292K 30.5K 18.2K
                                    

Arianne

Mientras mi corazón se tranquiliza y mi respiración recupera su ritmo normal, trato de comprender qué ocurrió hace minutos. Asher ha ido a buscar un poco de ropa y agradezco que tenga guaridas en cada parte del bosque. Cuando cambia a su forma humana se ve como dios lo trajo al mundo. Ese pensamiento provoca que mis mejillas se sonrojen, pero lo descarto rápidamente. No es momento de pensar en Asher desnudo.

Cuando vuelve nuevamente está vestido y mantiene sus ojos sobre mí. Su atención me calienta la sangre y me sonroja las mejillas. Sin embargo, no sé decir si me mira con deseo o desdén. No logro interpretar su penetrante mirada. Todavía siento un hormigueo en mis labios a causa del casi beso y maldigo a esos bravucones por habernos interrumpido.

«Concéntrate, Arianne»

Asher luce campante y no veo ningún rastro de sangre en su cuerpo. Mi ceño se frunce, pero él responde a mi pregunta no formulada:

—Los licántropos podemos curarnos rápidamente. También somos capaces de regenerar partes de nuestros cuerpos si han sido cortadas.

—Vaya, eso es impresionante —musito —. Me imagino que rompes más de cien ropas al año.

Él se encoge de hombros.

—Antes de cambiar a mi forma lobuna suelo desnudarme, pero la ocasión de hoy no me dio tiempo.

—¿Por qué te atacaron de esa forma? Ellos te habrían matado.

—No sucedió nada malo —Me sonríe —. No te preocupes.

—Estaba tan asustada.

Asher se vuelve hacia mí. Lo tengo tan cerca que puedo sentir su aliento caliente en la mejilla.

—Estoy bien, bonita —afirma con voz ronca.

Amo que me diga bonita, pero no voy a admitirlo en voz alta.

—Estuviste en mi mente —expongo, aún sorprendida —. Si no fuera por ti, tal vez habría incendiado el bosque.

—Me hago una idea exacta de lo que está pasando entre tú y yo.

—¿De qué se trata, Asher? —pregunto —. Es como si pudiera sentir la forma que late tu corazón.

Su mirada se dirige al techo y suelta un largo suspiro.

—Y yo sentí tus emociones.

Hay algo aquí que no puedo explicar. Es casi como si estuviéramos vinculados de alguna forma.

—¿Volverá a suceder? —cuestiono.

Una sonrisa levanta sus labios.

—¿Qué cosa?

Me toco la sien.

—Escuchar tu voz en mi mente.

Abrocha los botones de su camisa blanca y veo su imponente tatuaje de lobo en el pecho que enseña sus dientes. Es aterrador, pero atractivo. Queda bien en él.

—Probablemente —dice con simpleza.

—¡¿Probablemente?! —Mi voz alterada hace eco en la cueva —. Esto es serio, Asher. Te escuché en mi cabeza y apagué un incendio gracias a ti. Dame algo más que esa respuesta.

Se agacha y ata los cordones de su bota de combate.

—¿Qué quieres oír? Porque estoy seguro como el infierno que no te gustará mi teoría.

El enojo bulle en mi sangre y tuerzo la boca con disgusto.

—¿Qué teoría? ¿Eh?

Hace un sonido de protesta.

Dulce Maldad [En Librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora