Capítulo 43 🌙

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Arianne

La semana pasa volando como un relámpago.

Mi transformación está a la vuelta de una esquina así que entreno hasta quedarme sin fuerzas. Kellan cumple muy bien su papel de maestro mientras Asher ha estado ocupado con su padre. Sé que hoy entierran a Julianne y se siente mal por no poder estar presente. Anoche dormimos abrazados, perdidos en el otro. No le comenté las cosas desagradables que me dijo su madre. Ya no quiero agregarle más drama al asunto. Me ocuparé de mis asuntos y que el resto siga su curso. No me enfocaré en lo negativo porque atraerá a las malas energías. Es lo que Emmie me aconsejó.

—Estoy esperando, Laroux —Kellan me provoca y rebota en sus pies —. Vuelve aquí y pelea.

Oigo el silbido del viento cuando me abalanzo sobre él y un fuerte puñetazo desencaja su rostro un segundo. Hace una mueca y me devuelve el golpe mucho más duro. Mi espalda golpea el suelo y el entorno da vueltas debido al mareo.

—¿Eso es todo? —ríe —. Muévete mejor la próxima vez. Lee los movimientos de tu enemigo.

Me incorporo, formo dos orbes de fuego en las palmas para lanzárselo y él esquiva con mucha facilidad. El siguiente ataque es con la tierra de por medio. Las enredaderas se aferran a sus piernas, pero Kellan logra cortarlos con facilidad gracias al fuego.

Genial.

—Vamos, Laroux. Imagina que quiero matarte. ¿Qué harás?

Me lanzo sobre él sin ningún poder esta vez. Sostengo su brazo derecho en alto y le clavo varios codazos en las costillas que lo dejan sin aire. Suelta un gruñido doblándose y con la frente sudorosa. Pensó que usaría algún elemento. No predijo que sería un combate de cuerpo a cuerpo.

—Estuvo mejor. Sigue así, Arianne.

Soy más agresiva después y le doy uso a los poderes psíquicos. Me quedo quieta, mi visión se torna oscura mientras Kellan se cae de rodillas con los huesos quebrándose. Imagino mi primer encuentro con Abigail, la vez que tomó posesión de mamá y la mató. Recuerdo a mamá llorando y diciéndome que su lucha no fue suficiente. El asesinato de Theo, Julianne burlándose, la señora Aria...

—Suficiente —Josh me interrumpe cuando Kellan está casi muerto en el suelo —. Lo has hecho muy bien, Arianne, pero es suficiente.

Me muerdo el labio inferior y sacudo la cabeza para calmar el odio dentro de mí. La furia, el rencor, la desesperación. Quiero tener a esa bruja de frente y masacrarla parte por parte. Quiero verla sangrar.

—Lo siento —musito.

—No —Kellan me corta —. Nunca te disculpes por lo que eres. ¿De acuerdo?

Asiento con dificultad y él limpia la sangre de su nariz.

—Puedo notar la energía en ti y sé con certeza que el cambio de forma será un completo éxito. Has ganado, Arianne. No tienes nada que temer ese día.

Me paso un brazo por la frente para atrapar el sudor que se me acumula en la piel.

—No es nada atractivo saber que mis huesos se romperán.

Josh resopla.

—Cuando tu lado licántropo al fin salga a la luz te darás cuenta que todo ha valido la pena.

Mi sonrisa es cansada.

—Eso espero.

Kellan se pone en posición nuevamente, enseñándome los puños.

—Aún no he terminado de patear tu trasero, Laroux. Ven aquí y pelea como la guerrera que eres.

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Dulce Maldad [En Librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora