DANGEROUS LOVE || MARICHAT +15 || (En Edición)

Capítulo 27

— Adiós,  Princesa.— Hizo aquella reverencia que a ella tanto le enamoraba.

— Adiós, Chatón.— cuando él se levanto, lo abrazo y se dieron un último beso.

El tío de Marinette regresaba al día siguiente por la noche así que el gatito decidió irse (más por petición de ella) y dejar a su princesa un tiempo sola.

Marinette observó como su novio se iba saltando de tejado en tejado, añadiéndose al paisaje silencioso de la noche en París.

Su sonrisa se fue borrando al paso de los segundos.

Sabía que era lo que tenía que hacer a continuación.

Entró a su cuarto y con esa frase, invocó a la pequeña criatura rojisa para que la transformara en la súper heroína de la ciudad francesa.
Salió por el tejado y siguió los pasos que Chat.

Tiempo después, alcanzo a divisarlo.

Lo siguió con una distancia prudente para que él no la notara y echar a perder el plan.

Si Marinette no podía saber su secreto, Ladybug tendría que entrar en acción.

Después de un tiempo seguirlo, vio como Chat hacia un gran salto de una cabaña en la carretera, para adentrarse en los árboles del bosque que estaba fuera de la ciudad.

Ella también entro, pero por la parte de abajo.

Rayos, no veo nada aquí.

Y era cierto. La única luz que tenía era la luz de la luna, luz que estaba siendo tapada por los frondosos Árboles y nubes

Camino con mucho sigilo, intentando divisar alguna cosa moviéndose bruscamente y ese podría ser Chat Noir.

Pero, un gran error suyo, bajo su pie escucho el crujir de una rama.

Mierda.

Se quedo quieta escuchando solo el fuerte latir de su Corazón, duro unos largos segundos, después cuando no había moros en la costa, volvió a caminar con cuidado.

— Miren lo que trajo el viento. — escuchó justo detrás de ella.

Diablos...

— Chat Noir. — hablo, ocultando el temblor y miedo en su tono.

Es Ladybug, debía que ser firme.

Se giro, unos rayos de luna atravesaban las ramas y hojas del árbol que estaba en frente, el mismo árbol en el que su tronco se encontraba recargado ese gato negro; por lo cual, pudo divisar su contorno y al momento siguiente, pudo notar sus verdosos ojos que estaban abriéndose.

— ¿Se te perdió algo?— pregunto el minino.

Algo que preocupo internamente a la muchacha fue que el joven gatuno actuaba un tanto diferente. Este Chat Noir le causaba escalofríos. Y no de lo de los buenos.

— Hace tiempo que no te veo, gato.— fue lo único que pudo decir.

— Aww, y por no haberme visto se te ocurrió seguirme, que conmovedor.— su voz comenzó a darle cierto miedo.

El joven comenzó a caminar de manera silenciosa, como un felino al acecho.

— Si estas buscando algo Ladybug, te aseguro que no lo encontraras. Dejame en paz, que ahora no tengo tiempo para ti. — cerro los ojos, y los rayos de luz desaparecieron.

Estaba completamente a oscuras y eso le angustió. Ya no lo vio, y por miedo, se puso a la defensiva, mirando a todos lados, esperando lo inesperado.