DANGEROUS LOVE || MARICHAT +15 || (En Edición)

Capítulo 34

Aquel rubio con su corazón destrozado ahora estaba en el puente del Sena, sus ojos rojos demostraban que en toda la noche no paro de llorar; sus ojeras de no haber podido dormir; y cada vez perdía más peso, puesto que no tenía apetito.

Apretó el barandal con ambas manos y cerro los ojos, sintiendo su cabello (que incremento de largo) chocar contra su cara, a la vez que también sentía la fresca brisa de aquella madrugada.

No llevaba su prodigio, puesto que no lo necesitaría más y no iba a llevar a Plagg a la futura desgracia.

Abrió los ojos y miro el río. Se subió al barandal y pasó al otro lado, tan solo sujetándose con sus manos, miró hacia abajo y su corazón se aceleró. Todo su cuerpo se preparo para lo que venía.

Solo tenía que saltar.

Saltar. Y no volver a la superficie.

Cerró sus ojos de nuevo e inhaló y exhalo pesadamente.

Sus manos fueron soltando el agarre, pero mucho antes de que se soltara por completo, unas manos sujetaron sus hombros, lo jalaron hasta que sus cintura pasó  el barandal y uno de los brazos lo rodeo y jaló con más esfuerzo.

Adrien forcejeo porque aquellas manos le soltasen, pero lo único que logró fue que ambos cayeran, dando un sonido sordo, sobre el material del puente.

— Agh...— se quejó Adrien, recargándose en sus antebrazos, se giró, puesto que la persona que había impedido su suicidio estaba detrás de él.— ¿¡Quién carajo te crees para...?! — se calló de inmediato al ver quien era la persona.

¿...Ma-Marinette?

Abrió sus ojos como platos de la impresión, puesto que no esperaba verla en ese momento y en ese lugar.
Es más no esperaba verla nunca más.

— ¿Qué... Cómo... Por... Marinette?— no podía formular pregunta, incluso si tenía miles de ellas rondando por su cabeza.

Le tocó el hombro,  y ella enseguida de un manotazo le retiro.

— ¿QUÉ DIABLOS CREES QUE ESTÁS HACIENDO?— gritó, mirandolo con los ojos llenos de lágrimas.  Adrien quedo sorprendido.

¿Acaso ella sabe?

— ¿A qué te...?

— ¿¡Acaso no ibas a saltar?! ¿¡Acaso no ibas tú a...?!— lo miro directo a los ojos.

Adrien si de por si estaba destrozado por dentro, verla de esa manera le conmovió aún más.

Se veía más pálida, incluso si era de noche; sus ojos eran muy rojos y hasta sus labios tenían un tono morado.

Marinette soltó en llanto, sentándose sobre sus rodillas y ocultando su rostro en sus manos.

Supongo que aún te duele, princesa.

Con mucha inseguridad, la abrazó, soltando lágrimas silenciosas que cayeron en la cabeza de la joven.
Marinette hundió su cara en el pecho de Adrien y engarruño su camisa en sus puños.

Hubo un largo rato lleno de llanto y silencio. Cuando Marinette se calmó separó ligeramente su rostro y lo miró. Él hizo lo mismo.

— ¿¡Qué crees que estas haciendo, idiota?!— con sus puños golpeo su pecho.— ¿¡QUÉ PENSABAS?! ¿¡QUE SUICIDANDOTE TODO IBA A SER MEJOR?! ¿¡QUE ASI TU DOLOR IBA A DESAPARECER?! QUE AL FIN TODO IBA A... A...— Marinette fue bajando la cabeza.— a cambiar...

Y ahí lo vio. Vio en sus ojos azules todo el dolor por el que ha pasado. Todo el dolor  que él mismo le hizo sentir.

Pero...