DANGEROUS LOVE || MARICHAT +15 || (En Edición)

Epílogo

— Y el ganador de esta competencia de diseño es...— el presentador tomó él sobre y lo abrió. — ¡Jeff Hutson!

El público comenzó a aplaudir y gritar emocionados por el concursante ganador.

Debió haber ganado ella.

Yo no aplaudí, ese chico castaño presumido y vanidoso no se merecía ganar; pero lo que me mantiene tranquilo y sin enfado es el hecho que ella está feliz, se mantiene sonriente en el escenario y yo sé que es una sonrisa sincera porque conozco perfectamente cuando la fuerza.

Eso es una de las cosas que aprendí y recordaré sobre Marinette.

Está feliz. Y eso me hace alegrarme.

Bueno, quedó en segundo puesto, por lo que no se irá a casa con las manos vacías. Sé que eso también le alegra.

Le veo bajar del escenario e irse tras Bambalinas, sus amigas la siguen.

Han de pensar que esta rota, decepcionada. Solo yo sé que no es así.

Ahora que lo pienso, desearía que Alya estuviera ahí para ella. Pero eso no es posible. Y todo gracias a mi.

Me voy de donde estoy sentado. No fue un buen lugar, a decir verdad. No quise irme con él, que estaba hasta al frente, en los mejores lugares. Como siempre.
Creo que ni siquiera sabe que vine.

Y no quiero que sepa, pues solo vine a verla.

Mi princesa.

Con dificultad logré que el guardia me dejara pasar, una vez vio mi rostro, como todo un lame-suelas balbuceo, se disculpó y me dejo pasar.

Pase entre modelos anoréxicas y vanidosas que reprochaban, entre los demás concursantes que se encontraban lloriqueando y siendo regañados por sus representantes.

Los conozco a casi todos; tan patéticos e hipócritas.

Pero entonces, como si todo desapareciese, como si los sonidos irritantes se disiparan, como si una luz la alumbrara, la vi.

Tan sonriente, tan alegre, roja de la pena de estar en un escenario.

Me río ligeramente, pues ha estado en tantos escenarios que me cuesta creer que no se ha acostumbrado. Yo lo hice desde muy chico, pero bueno, siempre ha sido muy penosa.

Me acerco con tranquilidad, seguro.

Pero después, vuelven a mi esas imágenes:

El como la traicioné.

La forma en que lloró para después apartarme con desprecio.

La manera tan estúpida en la que le lastime y le hice sufrir tanto que por un momento pensé en dañarme. En desaparecer por completo para que mi princesa dejara de sufrir por una persona tan repugnante como yo.

Me detuve en seco ya sin sonreír.

No puedo verle sabiendo que yo la lastimé.

Quisiera que me comprendiera, pero sé que es imposible, porque incluso si yo estuviera en su lugar, hubiera hecho lo mismo.

No merezco su perdón. Prefiero no tenerlo a que siga arriesgando su vida así por mi. Prefiero que me odie a que siga viviendo con este hijo de puta que al llegar a su vida, solo causó dolor, temor y riesgo.

Fue un amor peligroso.

Yo que soy una farsa, una vil mentira elaborada por su propio padre y que a pesar de eso decidió ir de mal en peor...

Hasta que llego a mi vida.

Todavía recuerdo cuando la conocí. Era diferente. Y eso me gustó, bueno, aún me gusta.
Muchos dirían que se acobardo, pero no, actuaba tan valiente y justa...