Capítulo 1

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Suspiré mientras cerraba el pesado libro de historia. Había estado cinco horas, tomadas por reloj, estudiando para un importantísimo exámen que tenía para mañana. Así que luego de aprenderme toda la materia, prendí mi celular y me asusté demasiado al ver que tenía seis llamadas perdidas de Shawn más otros veintitrés mensajes por Whatsapp.

Estaba a punto de desbloquear la pantalla, hasta que mi padre entró por sorpresa a mi habitación, logrando que yo saltara de la impresión.

—¡Violet, he llegado!—exclamó feliz. Se acercó hasta mi escritorio, donde me encontraba sentada, y besó mi mejilla con dulzura.—¿Cómo has estado, ranita?

Ay, mi padre y sus apodos. Su cariñoso “Ranita” viene de cuando me vieron en la primera ecografía. Según él, era igual a un renacuajo, y que como a medida iba creciendo, más grande me iba poniendo; Hasta llegar al punto de ser promovida de Renacuajo a Ranita y prontamente sería una Rana en sí.

—Muy bien, papá.—respondí con una sonrisa que se asomaba lentamente en mis labios.—¿Cómo te ha ido en el trabajo el día de hoy?

—Muy bien, pequeñita.—respondió y no pude evitar ponerme nerviosa al sentir mi teléfono vibrar en mi muslo izquierdo.—Hoy tuvimos que planear un nuevo proyecto y... ¿Escuchas eso?

Negué​ rápidamente.

—No escucho nada, Papi.—reí levemente. Por suerte, Shawn dejó de marcar.

—Y bueno, como te contaba, tenemos que mandar a hacer un proyecto donde...—mi padre calló nuevamente mientras fruncía el ceño y fijaba su mirada justo en mis piernas.—Ranita, te están llamando. ¿Quién es?

Carraspeé nerviosa.

—Voy y vuelo, es Lisa. Debe querer ayuda con el proyecto de la escuela. Eso es todo...—expliqué. Mi padre asintió todavía confundido mientras salía de mi habitación. Contesté rápidamente.—Nate, ¿qué te sucede?

—¡Hasta que al fin contestas!—grita furioso. No evito alejar de mi oreja el parlante del teléfono un poco.—¿Dónde mierda estás?

—Shawn...—susurré algo incómoda y a la vez asustada.—Estoy ocupada ahora mismo.

—Si me entero de que estás con Justin, lo mato a él primero y luego veré qué hago contigo.—y sin decir una rabiosa palabra más, colgó la llamada, dejándome confundida.

Estaba harta de mi relación con Shawn. Muchas veces había intentado romper con él. Me di cuenta que él no era como yo esperaba al pasar los días y las semanas, hasta llegar al mes. Quería escapar, pero él comenzaba a amenazarme. Parecía su sumisa, cual Anastasia Steele. Tenía que hacerle caso en todo lo que él decía y si no, me empujaba y me hería psicológicamente. Estaba harta. No quería más.

—¿Era Lisa, Ranita?—preguntó mi padre una vez que entré de vuelta a mi habitación. Asentí en su respuesta y él me sonrió de vuelta.—Estás tan grande...

—¿A qué quieres llegar ésta vez, papá?—pregunté. Ya había notado lo que quería decirme. La última vez hizo lo mismo, para luego darme un largo sermón de que pronto me iría a la universidad y prácticamente me olvidaría de él y de Mamá.

—Pronto todos comenzarán a estar detrás de ti...—murmuró mientras pasaba su brazo por mi hombro y me apretaba contra él para finalmente darme un suave beso en la coronilla.—Tendrás novio y ya me tendrás olvidado. Seré un pobre viejo solitario.

Me incorporé levemente para mirarlo a los ojos, estaba haciendo un puchero muy tierno, gesto que me hizo darle un leve empujón juguetón.

—La verdad es que...—suspiré antes de confesar. Lo había estado pensando hacía dos largas semanas, y decidí que sería lo mejor.—Estoy saliendo con alguien...

Who Says; Shawn MendesWhere stories live. Discover now