Capítulo 37

817 76 8
                                    

Abrí mis ojos con pereza. Podía sentir atrás mío a Shawn, me abrazaba con delicadeza. No quería levantarme pero mi alarma no paraba de sonar, indicándome que debía prepararme para mi clase de latín. Así que saqué el brazo de mi ex novio y, tal vez, amigo y lo miré atentamente. Extrañaba estar tan tranquila con él. Sin tener que estar con miedo de que me hiciera algo. Era algo diferente, pero me encantaba. Dicen que los cambios son buenos. Cubrí su cuerpo con la manta y besé su mejilla por unos segundos. Saqué de mi closet mis sustancias de baño, escribí una nota para Shawn, diciéndole que iría a clase y que lo vendría a buscar para ir a desayunar; Agarré ropa interior y un nuevo conjunto junto con un par de zapatillas y calcetines, y con todas mis cosas en mano, me fui a las duchas.

Sinceramente, las duchas públicas del campus se hacían bastante incómodas. No me gustaban para nada, pero no tenía otra opción más que bañarme. No podía estar sucia, era algo que iba en contra de mis principios de higiene. Así que me duché lo más rápido posible, me vestí y volví una vez más a mi habitación  a por mi mochila y libros. Noté que Shawn se había dado vuelta y gruñía de vez en cuando. Reí suavemente mientras agarraba mis pertenencias, salí de los dormitorios y me fui caminando hasta el salón. Me demoraba unos diez o quince minutos en llegar. Este campus era gigante y hasta a veces me perdía entre salones y pasillos. Las cafeterías eran unas de las mejores. No me podía quejar.

La clase de Latín no me tocaba ni con Maxine ni con Elliot, ellos tenían Lenguaje y Gramática. Esta clase era en la que más ponía atención, ya que me costaba el triple que las otras. Era difícil. Pero entre varias preguntas, confusiones y oraciones creadas en latín, la clase por fin había llegado a su fin. Busqué a Shawn a eso de las diez de la mañana, ya estaba despierto y haciendo dibujos en mis papelitos de colores con adhesivos.

-¿Qué es esto?-pregunté quitándoselo.

-Un elefante. Me lo quiero tatuar.

-Debes estar bromeando, Mendes.-reí.-Ya, vamos, que no quedará nada para comer.

Caminamos hasta la cafetería en completo silencio, sólo con los árboles y los pájaros de fondo.

-¿Qué pedirás? O mejor dicho, ¿qué me recomienda la chica universitaria?

Reí negando mientras tomaba una bandeja y comenzaba a avanzar en la fila.

-Pues, si quieres algo dulce, te recomiendo los panqueques con dulce de leche o también... Um... Puedes probar los waffles con crema batida. ¡Son deliciosos!

-¿Tanto como los del Mother's Bistro?

-No hay mejores waffles que aquellos, Peter Raul.

-¡Hey! El nombre es Shawn, señorita.

-Y Peter Raul también. No me contradigas.

Tomé un plato de panqueques y lo deposité en mi bandeja. Estiré mi brazo, cogiendo una porción de gofres, pasándosela a Shawn.

-Aquí tienes.

Avanzamos un poco, llegando a los bebestibles. Pedí un latte de vainilla, mientras que Shawn ordenó un jugo de naranja. Ya teníamos lo que sería nuestro desayuno, así que pagamos y buscamos un lugar para sentarnos.

-¿Y bien?-preguntó cogiendo el tenedor y cortando un pedazo de masa crujiente.-¿Te has podido adaptar a Cali?

-Es difícil, a decir verdad. Y vamos, llevo sólo seis meses por aquí. Extraño a todos por allá. Recordar las calles es un dilema gigantesco. No lo sé... Pero no he tenido tiempo ni de conocer la famosa playa de Santa Mónica. Muero por ir.

-Podemos ir, si quieres.

Lo miré sorprendida. ¿A qué se refiere con "Podemos ir, si quieres"?.

-¿A qué te refieres?

-Renté un auto. Puedo llevarte y aprovecho yo también.

-Sería geni...

-¡Shawnie, primo!

Miro hacia arriba, encontrándome con Elliot. Se lanzó sobre Shawn, abrazándolo fuertemente. Mi amigo me miró algo incómodo.

-Hey, Elliot... ¿Qué tal todo?

-Mi Dios, no puedo creer que estés aquí en la soleada California. ¿Qué te trae por acá?

Rodé los ojos mientras mordía mi panqueque número uno.

-La verdad, es que todavía no puedo compartir esa información.

-Viniste a ver a Violet, ¿cierto?-preguntó.-Que tierno eres...

Negué.

-No, no ha venido por eso. Ya podremos saber, en un tiempo, supongo.-me encogí de hombros mientras mentía. No quería llegar a esto.

Mi teléfono vibró. Así que lo saqué de mi bolsillo trasero y lo encendí.

"Hola, Vi. Sé que no hemos hablado mucho en estos meses... Pero la Universidad me está consumiendo vivo jaja. Espero saber más sobre ti. Te quiero :)"

Era Nate. Me limité a suspirar y a teclear con algo de miedo las siguientes palabras:

"Hola, Nate... Primero que todo, espero que logres descansar. Sé como te pones cuando estás frustrado y no es bueno. Segundo, creo que necesitamos tener una charla. ¿Te puedes conectar en la noche por Skype?"

Me respondió a los minutos. Era algo molesto escuchar los discretos mensajes, o más bien, gritos desesperados de: "¡Fóllame!" de parte de Elliot.

"Claro. ¿Todo bien, cierto? Eso espero. ¿Te parece bien como a las nueve o diez?"

"A las diez es mejor. A las nueve salgo de una clase y quiero descansar un poco."

"Está bien. Nos vemos."

"Ah, por cierto... Tu madre dice que es una lástima que no hayas podido pasar Acción de Gracias por allá. Dice que cuando vayas, te dejará una porción de pavo especial para ti."

Pero... Si comí del pavo de mi madre. Anoche. ¿Es lo que estoy pensando? Más vale que no.

Por tu bien, mendes.

"¿Eso dijo? Ow. ¿No me pudo enviar una porción? Ya no me quiere :("

"Dice que le hubiera encantado, pero no tenía cómo u.u"

Apagué mi celular furiosa. Me levanté de la mesa con rabia, dejando mi comida de lado. Ignoré el hecho de que Elliot estaba encima de Shawn casi babeando su camiseta. Abrí la conversación con Nate y se la puse enfrente a Shawn.

Y yo que pensé que había cambiado. Soy muy tonta.

-Me mentiste.

Who Says; Shawn MendesWhere stories live. Discover now