Who Says; Shawn Mendes

Capítulo 8

Sentí la puerta de mi habitación tocar tres veces, estuve acostada todo el día y no me atreví a pisar la escuela. Soy una cobarde. Tengo miedo de lo que depara mi futuro, tengo miedo de ver a Shawn, de arruinar mi relación con Nate y además de no haber ganado el  papel en la obra. Mi vida era un completo enredo. Con suerte había comido, si no hubiera sido por las súplicas de mi padre, no lo hubiera hecho. Según yo, eran alrededor de las cuatro de la tarde.

-Adelante.-respondí desganada.

Ni siquiera fui capaz de voltear a ver quien era. Sólo sentí un peso en el otro lado de la cama y como se acomodaba.

-¿Por qué no fuiste a clases?-sentí la voz de Nate a mi lado.

Me volteé sorprendida. No podía creerlo.

-¿Nate? ¿Qué haces aquí?

Él me sonrió levemente y acarició mi cabello.

-Quería saber como estabas y que te había ocurrido.

Me senté en la cama y lo miré atentamente. Estaba preocupado por mí. Oh por Dios.

-Tuve un... problema.-medio mentí. La posibilidad de estar embarazada era la verdad en un cincuenta por cuento, pero el resto era ver a Shawn.

-¿Por qué algo me dice que no es eso?-tomó mi mano y la acarició. Mi corazón palpitó rápidamente.

-Es que...-suspiré saludé y bajé mi mirada. Vi que la mano de Nate se dirigía a mi pecho y subía mi camiseta de dormir. Era de mangas largas y botones.-Tengo mucho miedo.

Nate frunció el ceño, confundido.

-¿De verlo?-preguntó pero negué. Las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos.

-No es eso, aunque si está relacionado con él.-respondí para luego sorber mi nariz.

Pasamos unos segundos en silencio, donde yo tragaba mi dolor y mi miedo. Necesitaba hablar con alguien urgentemente. Y sabía que podía contar con alguien.

-Vamos Violet, puedes decirme. No le diré a nadie.

Respiré profundamente y luego lo solté todo.

-Creo que... puedo estar embarazada de... de él.-jadeé.

Nate me miró sorprendido.

-¿Estás segura?

Negué de inmediato.

-Mi... periodo debió haber llegado hace dos semanas.-admití algo avergonzada, era raro hablar de esto.

-Debes hacerte un test, debes estar segura. También creo que deberías decirle porqu...

-¡No!-exclamé.-Eso sí que no. Ni siquiera soy capaz de ir a la escuela con tal de no verlo, ¿y le diré que tal vez será padre?

-Violet, puede estar contento con esta noticia...

Negué nuevamente.

-Tú no sabes como es Shawn, como puede reaccionar a las cosas que le molestan.-gemí. Por suerte la puerta estaba cerrada.

Nate me jaló en sus brazos, dejándome apoyar mi cabeza en su pecho y comenzó a acariciar mi espalda.

-¿Y cómo es él?

Suspiré y limpié mis lágrimas. No sabía si debía confesarme de una vez por todas. Ya lo había hecho con Karen, y todo fue malo. Pero... creo poder hacerlo con Nate. Confío en él.

-¿Tienes tiempo?-pregunté con la voz quebrada, debía tener los ojos rojos y la nariz también.

-Todo el del mundo para ti, Violet.-aseguró, apoyó su cabeza en la mía, sin dejar de acariciarme. Estaba acurrucada a su lado.

-Shawn era... abusivo conmigo.- tragué en seco.-Él... me abusaba psicológicamente. Me despreciaba. Y yo estaba con él. Seguía con él a pesar de todo lo que pasaba. Una vez me empujó... Se lo toleraba todo, Nate, todo.

-Joder... Violet... Y-yo... No sé que decir.-negué mientras hundía mi cabeza en su fuerte pecho.

-Estuve con él tres años. El día de nuestro último aniversario, perdí mi virginidad con él. No me obligó, tuvimos un lapso donde todo era de color rosa... Él me juraba amor eterno de aquí hasta las nubes, y yo le creí.

-¿Así que tú tampoco eres virgen?-preguntó con un tono burlón. Golpeé su pecho suavemente.

-Eso no va al caso. Y bueno, Shawn y yo tuvimos una complicada relación que me afectó demasiado. Pero aún así lo amaba, no entiendo todavía porqué lo hacía. Ahora veo que estuvo cariñoso conmigo para que me alivianara el golpe de saber la realidad.

-Lo siento mucho, nena.-besó mi frente con cariño, cambió sus caricias de mi espalda a mi brazo.

-Yo también lo hago.

Nate me distrajo de mi realidad durante el resto de la tarde. Vimos una película, le ayudé con química y algunas cosas que no entendía. No nos dimos cuenta y ya eran las nueve de la noche. Mi madre entró en la habitación, traía dos platos con sopa. Hacía demasiado frío.

-¿Quieres que mi padre te vaya a dejar a tu casa?-pregunté para luego darle un sorbo a mi tazón.

-No será necesario.-se encogió de hombros mientras reía. Fruncí el ceño.-Me quedaré a dormir.

Lo miré sorprendida, ¿Sus padres sabían de esto? ¿Y los míos?

-¿Por qué?-pregunté.

-De acuerdo, me iré.-dejó su plato en la mesita de noche y se levantó, comenzó a caminar hacia la puerta. Dejé mi tazón al lado del de él y me subí a su espalda.

-¡No he dicho eso!-exclamé riendo. Me tomó en brazos y me lanzó en mi cama. Comenzó a hacerme cosquillas por todas partes.-¡No por favor, detente!

-¡Arg!-gruñó para luego reír.-¡Di que soy el chico más guapo y tierno de la historia y te soltaré!

-¡Eso es mentira!-exclamé. Nate se detuvo y me miró, estaba sobre mí.-¿Por qué te debo mentir?

-En ese caso...-dirigió sus manos lentamente a mis pies, que se encontraban cubiertos con unos calcetines.

-No. Te. Atrevas.-advertí. Sentí sus dedos moverse ágilmente. Comencé a patear con tal de que me soltara.-¡NATE ES EL CHICO MÁS TIERNO, GUAPO Y PERFECTO DE LA HISTORIA!

Nate me miró jadeando.

-Me halagas pero... ¿Piensas que soy perfecto? Digo, eso no estaba en el plan...-rió mientras veía que mis mejillas adquirían un tono rosáceo.

-No, digo si... Es decir... Um...-carraspeé algo nerviosa.

-Está bien, yo pienso lo mismo de ti.

Sentí sus labios sobre los míos. Dulce gloria.

Pero de un momento a otro, me tomó en brazos, dejándome en su hombro. Abrió la cama y me metió ahí. Me tapó con las sábanas y me besó nuevamente.

-Es hora de ir a la cama, porque mañana...-se sacó los zapatos y se puso al lado mío.-Tú y yo iremos a clases.

Bufé.

-¿Y si no quiero?-pregunté desafiantemente.

-Oh, pues irás igual. Y no te pasará nada malo porque estaré contigo siempre que me necesites.

Estaré contigo siempre que me necesites... Eso es... Precioso.

¿Qué está pasando entre nosotros?