Capítulo 45

746 66 5
                                    

Abrí la puerta de casa con rapidez, quería ver a Nate lo más pronto posible. Pasar mi día libre de fin de semana con él y disfrutar cada minuto.

-¿Hola?-pregunté mientras lanzaba mi bolso sobre el sillón.-¿Nate? Ya llegué.

Fruncí el ceño. No lograba escuchar un sólo pequeño ruido. No me dijo que saldría o algo parecido. Caminé hasta la cocina, al parecer había cocinado, pero tampoco estaba ahí. Observé el patio por la ventana, todo estaba igual que cuando me fui. Subí las escaleras rápidamente.

-Nate, ¿estás aquí?

Nada. Sólo silencio.

Entré a nuestra habitación. La cama estaba tendida y todo en un perfecto orden. Noté que en la papelera estaba la nota que le había dejado. Estaba muy confundida. Iba a abrir la ventana, que se encontraba al lado del armario, pero unos brazos se enrollaron en mi cintura, jalándome. Solté un grito de sorpresa.

-¡Eh!

Me giré molesta. Nate estaba enfrente con una sonrisa burlona en sus lanios. Golpeé su brazo con fuerza. Comenzó a reír como desquiciado.

-¿Qué haces?-pregunté.

-Asustarte. Te extrañé demasiado.

-Me fui unas pocas horas solamente.

Unió sus labios con los míos. Reí mientras correspondía. Puse mis manos  en su cuello y suspiré. Nate atrajo mi cuerpo contra el suyo, pegando nuestras caderas, una contra la otra. Podía sentir todo. Su pecho estaba contra el mío. Estábamos unidos.

-¿Cómo te fue?

-Todo bien, a decir verdad.-sonreí.

-¿Qué hiciste? Digo, se me es raro ya que desperté y sólo estaba tu nota.

-Fui a almorzar con Tori, está de visita en la casa de su prima.

Mi corazón ardió. Aquella mentira me dolía como una llaga ardiente. La culpa estaba saliendo a flote poco a poco. Tragué en seco y sonreí. Pero me tranquilicé un poco al sentir las caricias que Nate depositaba en mi mejilla. Comenzó a descender por mi cuello hasta llegar mis pechos. Me dio la vuelta, abrazó fuertemente mi cintura para luego comenzar a subir ambas palmas.

-Nate...-susurré.

-¿No quieres? Si es así, no haré nada.

-Calla y bésame.

Y es así como una larga sesión de hacer el amor comenzó. Estaba agotadísima, así que me coloqué su camisa junto con mis bragas, Nate llevaba sus jeans y una suave camiseta que cogió del armario. Estábamos en el primer piso, cocinando una de los platillos nuevos que Nate había aprendido. Acercó la cuchara hasta mi boca.

-Vamos, dame tu opinión.

Me encontraba sentada en una de las encimeras que teníamos. Degusté la salsa e hice una mueca de asco. Nate frunció el ceño, preocupado.

-Esto es... Horrible.-mentí. Estaba completamente delicioso.-Puaj.

-Oh no. Me esforcé en prepararla... Maldición.

Reí mientras me bajaba, abracé su espalda y acaricié su pecho. Nate giró, mirándome fijamente.

-Es una bromita, tontín. Está deliciosa.

-¿Es en serio?-hizo una mueca triste mientras me miraba.-No quiero que lo hagas por obligación o para que no me sienta mal.

-Claro que no. Lo único que quiero hacer ahora, es lamer la cuchara.

Who Says; Shawn MendesWhere stories live. Discover now