Capítulo 34

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Jadeé mientras sentía a Nate acomodarse a mi lado. Subí la sábana hasta mi pecho, con la intención de cubrirme, pero mi novio me atrajo hasta él con suavidad  y beso mi frente con cariño. Logré escuchar su corazón contra mi oído, estaba notablemente acelerado. Y claro que lo estaría después de lo que habíamos estado haciendo.

-No puedo creer todavía que hayas decidido no irte, Vi...

-Lo sé, no me lo esperaba yo tampoco, pero no quería hacerlo.

Escuché a mi novio suspirar lentamente, y luego simplemente soltó el aire de una manera acelerada pero serena.

-¿Tomaste la pastilla?

Ah sí, los condones se nos habían terminado la semana pasada así que tenía que optar por las maravillosas pastillas anticonceptivas.

-Sip. La tomé en la mañana.

-Okay.

Fruncí el ceño internamente. No entendía que le pasaba a Nate. Nos habíamos graduado ayer y desde que le comenté que me quedaría, ha estado actuando de forma distante y algo más frío.

-¿Me puedes pasar mi celular?-preguntó.-Está en la mesita de noche que está a tu lado.

-Claro.

Me giré y estiré mi brazo hasta coger el dispositivo. Me acomodé de vuelta, entregándole a Nate su teléfono. Lo encendió, y maldijo por lo bajo.

-Mierda, es muy tarde.

-¿Tarde para qué?

-Em... Mi padre llegará casi a las nueve y son las ocho con treinta. Será mejor que ordenemos la habitación y lo que dejamos abajo.

No contaré que pasó abajo, sinceramente. Así que sólo me dediqué a asentir.

-Hagámoslo.

Me levanté tratando de no dejar tan expuesta mi desnudez, puesto a que todavía me avergonzaba. Cogí mis bragas y mi brasier, me los coloqué con toda la paciencia del mundo. Fui hasta el baño, tomé un cepillo y comencé a peinar mi cabello. Nate llegó y se colocó detrás de mí. Me abrazó, de tal forma, donde sus brazos quedaron alrededor de mi cintura, dándome una sensación de protección de la que nunca me cansaría. Beso mi mejilla mientras yo reía y nos observaba a través del espejo.

-Te amo demasiado, Violet. No quiero que se te olvide. Eres muy importante en mi vida, y haría lo que fuera con tal de que seas feliz y que cumplieras todos tus sueños.

-¿A qué te refieres con todo eso, Nate?

-Sólo... Vístete, iremos a mi escondite de cuando era pequeño.

Aplaudí feliz aunque aquel pequeño discurso me había dejado algo confusa. Fui a buscar por las escaleras mi ropa y me la coloqué en menos de lo que canta un gallo. Me puse las zapatillas y el resto del tiempo en el que llegaba el resto de los Archer, nos dedicamos a ordenar la casa.

La puerta sonó tres veces. Así que Mate fue y abrió.

-¿Estás listo?

Traté de escuchar algo más, pero sólo una pequeña afirmación de parte de mi novio fue el resto que logré decifrar. Saludé a mis suegros y a mi querida cuñada. Todos me miraban de una manera bastante curiosa. Deseaba tener  poderes y lograr ver cuál era el motivo de aquella extrañez en la familia.

-Bueno, Vi, ha llegado el momento de llevarte a ese lugar especial. Pero, te tengo preparada una sorpresa así que deberás cubrir tus ojos.

Asentí extrañada, pero antes de llevar a cabo aquella petición, cada uno de los Archer me dio un cálido y fuerte abrazo.

Who Says; Shawn MendesWhere stories live. Discover now