Capítulo 17

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Abrí los ojos lentamente gracias al repetitivo e insistente sonido de mi alarma de las diez con quince minutos. Me encontré con Nate frente a mí, estaba observándome mientras dormía. Se encontraba sentado en el suelo y su cabeza descansaba en un hueco de mi cama. Me sonrió en cuanto abrí mis ojos.

-Buenos días, preciosa.

Besó mis labios lentamente para luego acariciar mi cabello. Nadie me lograría quitar la sonrisa que llevaba plasmada.

-Hey, ojitos azules.

-¡Eh!-me reclamó riendo.-¿Cómo dormiste?

-Muy bien, a pesar de todo. ¿Tú?

-Lo mismo digo.

Me levanté con algo de pereza. Me hubiera gustado quedarme acostada junto a Nate todo el día, pero hoy llegaba el entrenador y nos haría ejercicios. No quería enfrentarme a Shawn lurgo de lo que ocurrió anoche, pero tarde o temprano pasaría, pero tenía a mi principe de ojos azules a mi lado, nunca me pasaría algo malo.

Tomé de mi bolso unos leggins negros simples, una sudadera sin mangas y mis zapatillas deportivas. Fui hasta el baño y me di una corta ducha. Me vestí con mis prendas y salí. Nate ya estaba vestido, asi que supuse que había usado el baño que quedaba a unos pasos de nuestra cabaña. Tomé una liga e intenté hacer una coleta con mi cabello, pero era imposible. Cuando lo lograba sostener, un cabello se soltaba de un lado. Gruñí mirándome en el espejo.

-¿Necesitas ayuda?

Miré a Nate algo enfadada conmigo misma. ¿Cómo era posible que no lo lograra hacer?

-Sip.

Me senté en mi cama mientras escuchaba como mi novio se ponía atras mío. Tomó mi cabello entre sus manos y comenzó a ordenarlo.

-No soy un peluquero, pero de algo debo ayudar.

Reí mientras le entregaba la liga. La ató en mi cabello para luego darme un beso en mi mejilla.

-Estás lista.

Revisé mi cabello, estaba perfecto. Aún mejor de cuando yo lo peinaba.

-Muchas gracias, Nate.-besé sus labios.

Tomé mi botella de agua y le hice una seña para que saliera junto a mí. Caminamos con frío hasta el pequeño tipo de gimnasio que el recinto contaba. Ahí estaban todos nuestros compañeros esperando.

-Archer, Allen. Están muy lentos. Espero que no hayan estado haciendo cosas como Deutch y Mendes en los baños.-nos regañó el entrenador al entrar. Maldición, callen a este hombre.

-Claro que no.-respondí avergonzada. Sentí la mirada de Shawn sobre mí, pero la ignoré por completo.

Miré algo nerviosa a Nate, él estaba sonrojado. Que ternura, señor mío. Se ve hermoso. Fui y dejé mi botella en un lado de la sala. Me senté junto a Tori y Lisa.

-Hola, chicas.-las saludé animadamente. Shawn estaba cerca de nosotras, desgraciadamente.

-Hola, nena.

-Hey, Violet.-me sonrieron ambas al mismo tiempo. Si no fuera porque son diferentes por afuera, juraría que son gemelas.-Por cierto, ¿tienes algo con Nate?

Mordí mi labio queriendo sonreír, pero sabía que Shawn estaba cerca y escuchando. Soy una tonta, terminamos y yo me preocupo de que puede esxuchar. Pf.

-Es mi novio.-respondí.

Ambas soltaron un pequeño chillido de felicidad. Reí avergonzada.

-¡Ya era hora!

-¡Son el uno para el otro!

-Oh, vamos Lisa. No exageres.

-¿Es en serio?-preguntó Shawn disgustado.-¿Ya es tu novio?

-Así es, Shawn.-respondí secamente.

-Vaya, veo que no dudaste un sólo segundo en olvidarme.

-Lo tenía que hacer por mi propia salud, Mendes. Tú sabes muy bien de que hablo. Además, yo no te puse los cuernos.

Un fuerte y ridículo 'Uhhh' se escuchó por todo el lugar.

-Violet, yo... No has leído la carta, por lo que veo.

-No. No lo he hecho, y no lo haré. No me interesa saber nada de ti.

Shawn apretó los puños, me pegaría, yo lo sabía. Pero simplemente, tomó aire y suspiró de manera fuerte. Estaba aprendiendo a controlarse por lo que vi, ojalá lo hubiera hecho la noche anterior. Ya era muy tarde. Todo el daño estaba hecho.

-Meow, Violet.-ronroneó Lisa mirándome.-Así se hace.

Ignoré su comentario mirando como el entrenador intentaba calmar todo el alboroto que se había formado. Luego de lograr su meta, le pidió a Josh, un compañero, que lo ayudara a colgar una soga en el techo. Le hicieron nudos en cada cierta medida, asi que supuse que deberíamos subirla.

-Lo haría con él.-murmuró Tori. Golpeé su brazo riendo.

-Ew.

-¡LLÁMAME JOSH!-gritó. Gracias a su exclamación, mis carcajadas aumentaron.

Sentí a alguien sentarme atrás mío así que volteé y me encontré con el guapo chico de ojos azules que se hace llamar mi novio.

-Lo siento, estaba hablando con Val y Justin.-se disculpó.-¿Estás bien?

-No te preocupes, Nate. Y sí, Shawn no me volverá a derrumbar.

-Esa es mi chica.-besó mis labios.

El entrenador sopló su silbato, llamando la atención de todos los presentes. Nos dio las instrucciones de la actividad, las cuales consistían en que dos estudiantes debían ayudarse a subir la soga el uno al otro. Era sencillo, pero lo mas difícil era que cuando llegaramos al final de la cuerda, debíamos dejarnos caer en un colchón gigante y el otro debía ayudar a bajar. Por suerte, nos dejó escoger nuestras parejas. Así que, obviamente, lo haría con Nate.

Nuestros compañeros fueron pasando y pasando, todos ilesos gracias a Beyoncé, hasta que nos llamaron. Mi corazón palpitaba fuertemente.

-Vamos, Allen. Tú puedes.-me animó el profesor.

Asentí mientras Nate entrelazaba sus manos bajo uno de mis pies. Me apoyé y afirmé en la cuerda. Hice fuerza y comencé a subir. Cada vez debía poner más esfuerzo, y de esa forma, mis manos se cansaban mas rápidamente. Me faltaban dos nudos para llegar a lo más alto, pero mis manos ardían. Gimoteé agotada. Miré hacia abajo y me preocupé, veía a todos muchos más pequeños.

-¿Todo bien allá arriba?-gritó Nate desde abajo. Ladeé mi cabeza en respuesta.

-¡Lindo trasero!-escuché que alguien gritó.

Ay, mierda. No quiero que vean mi trasero.

-¡Hey!-mi novio lo regañó.

-Yo lo toqué.-presumió Shawn. Estaba perdiendo toda mi decencia.

-¡Por alguna vez en tu vida, cierra la puta boca, Shawn!-grité.

-¡Ese lenguaje, señorita Allen!

-¡Pero si es verdad! ¡Dormimos juntos!

Iba a responder, pero mis manos cedieron, cayendo en el aire mientras gritaba. Nate intentó atraparme, pero gracias a la fuerza del vuelo, caí encima de él. Pero me quitó de inmediato. Lo miré sorprendida, estaba molesto. Lo sabía ya que tenía la mandíbula apretada.

Se dirigió a paso rápido donde Shawn y lo golpeó.

-Te dije que dejaras a mi novia en paz.

Vi que Shawn lo golpeó de vuelta, tenía el labio roto. El entrenador corrió hacia donde estaban, queriendo separarlos pero era imposible.

No quería llegar a este punto, pero Shawn Mendes... Has cruzado la línea.

Who Says; Shawn MendesWhere stories live. Discover now