Capítulo 16

1.4K 118 92
                                    

Tomé la mano de Nate mientras seguía bailando al ritmo de Feel It Still de Portugal. The Men. Amaba esa canción con mi alma, y era imposible no bailar.

Algunos compañeros, decidieron hacer una pequeña fiesta. Les dieron permiso, sólo que el alcohol estaba prohibido. Y bueno, Nate quiso venir. Quería acompañarlo como la buena novia que soy.

Todavía no me acostumbro a ese término nuevamente.

-Shawn no piensa salir de su habitación, no sé qué ocurre.-escuché a Lisa decirle a Tori. La susudicha frunció su ceño.

Si hay algo que decir sobre Tori y Lisa, deberían todos afirmar que ellas eran verdaderos ángeles. Ambas eran altas, una castaña y la otra rubia. Si se tratara de Mean Girls, serían parte de las Plásticas, estoy segura. Pero eran mis amigas, y ninguna era como esos malditos clichés donde la rubia es la tonta y la otra es adicta al sexo o qué sé yo. Aunque bueno, debemos admitir que Tori disfrutaba de su vida sexual.

-¿Y por qué no?

Miré de reojo al par de chicas. Lisa se encogió de hombros.

-Iré a hablar con él. ¡No se puede perder ésta fiesta!

-No lo hagas, yo ya lo intenté. Fue completamente en vano. Dijo que no quería ver a nadie.

Puse toda mi atención en Nate luego de oír la conversación entre mis dos amigas. Mi novio sonrió ladeadamente y acarició mi rostro.

-Deberías ir a hablar con Shawn, él te hará caso.-me aconsejó. Fruncí el ceño.

-¿Debería?

-Sip, sé que hay un pasado con él, pero nadie merece estar encerrado todos los días en una cabaña, ¿no?-asentí con la cabeza baja.

-Creo que iré... volveré en un rato.

Deposité un leve beso en sus labios y fui hasta la cabaña donde Shawn se estaba quedando. Sabía perfectamente donde era, porque hace tres días, cuando llegamos y estaba patinando con Nate, lo vi entrar en la que estaba frente a la pista. Así que caminé a paso rápido. Mientras menos me demorara, mejor sería todo.

Toqué la puerta tres veces al llegar. Escuché un leve:

-Adelante.

Tomé el pomo, lo giré y empujé hacia adelante. Me adentré en la cabaña y vi que estaban sus bolsos en un rincón, la chimenea prendida y Shawn acostado con jeans y una sudadera. No podía verlo bien, ya que estaba de espaldas.

-Shawn, soy yo. Violet.

Se volteó de inmediato y me miró algo sorprendido.

-¿Violet? ¿Qué haces aquí?-preguntó confundido. Tenía lágrimas secas al rededor de sus mejillas.

-Escuché que no querías ir a la pequeña fiesta.-me senté en la cama del frente, pero ésta estaba desocupada.

-No quiero.

-¿Por qué no?

Shawn se sentó y suspiró. Lo miré expectante, no sabía que estaba pasando aquí con exactitud, pero me hacía una idea.

-Quiero a Aaliyah conmigo, pero no es posible.

Me levanté y me puse de rodillas, tomando sus manos en el proceso. Sus grandes y frías manos que tanto extrañaba a veces.

-Shawn, debes dejar ir a Aaliyah... No le hubiera gustado verte así.

-¡Tú no entiendes nada, Violet!-me gritó. Lo miré asustada de inmediato... Por favor, no quiero volver a lo mismo de antes...-¡Aaliyah se ha ido para siempre y nadie es capaz de entender como MIERDA me siento!

-Shawn, calma...

Se levantó y sacudió mis hombros con brutalidad. Oh mierda.

-¡NO! ¡Aaliyah me abandonó! ¡Se fue! ¡Está muerta!

Me soltó cuando terminó de gritar, dejándome con un dolor en mi clavícula.

-Shawn, ¡basta!-grité.

Ni yo misma fui capaz de reconocerme. Nunca, en nuestros tres años de noviazgo, le había gritado. Ni siquiera me había arriesgado a hacerlo.

-¡Violet, te juro que...!

-¡¿Qué me harás?! ¿Eh? ¿Golpearme como lo acabas de hacer? ¿Agredirme mentalmente como lo hiciste durante tres años malditos? ¡Yo no tengo la culpa de lo que le pasó a Aaliyah!

Shawn pareció volver a la normalidad cuando repasó mis rudas palabras. Y aunque suene egocéntrico, yo tenía la razón. Mi ex novio debía conseguir algún tipo de ayuda psicológica pronto. No podía seguir así.

-Yo...-trató de hablar, pero al parecer las palabras no salían de él.-Lo siento.

Tomó mi rostro y me besó pero me aparté de inmediato.

-Vi.

Volteé y me encontré con Nate mirando la escena. Estoy jodida nuevamente. Me levanté rápidamente y fui hasta donde él estaba.

-Nate, yo... Yo...

-Vamos a la cabaña, ahí hablaremos.

Me abrazó por la cintura mientras salía por la puerta. Maldito Shawn. Yo trataba de ser buena con él, pero al parecer no tiene remedio. Pero antes de que mi novio saliera, se devolvió y apuntó a mi ex.

-Aléjate de ella, Mendes. Ya le has hecho suficiente daño.

Caminé con la mirada baja. Ni Nate ni yo éramos capaces de formular alguna frase o algo. Sólo se escuchaban nuestras respiraciones. Entré a nuestra cabaña algo mareada y nerviosa. Trataba de comprender lo que había pasado, pero no llegaba a ninguna parte.

-Está bien si estás molesto conmigo, pero...

-No estoy molesto contigo, Vi.-me cortó. Suspiré, más nerviosa que antes.-Estoy decepcionado de Shawn.

-Lo siento mucho. Yo no quería que esto ocurriera.

-Vi.-me abrazó fuertemente para luego besar mi coronilla.-No fue tu culpa. Lo vi todo. En realidad, desde que él te comenzó a gritar.

-Tenía miedo, no quería que pasara lo mismo que antes, que cuando estaba con él.-solté una leve lágrima.-Si tú no hubieras llegado, yo creo que él habría sido capaz de... Tú sabes.

-Quise que fueras a ayudarlo ya que sé lo que es perder a un hermano.-murmuró.

-¿Tenías un hermano?

Asintió con melancolía.

-Se llamaba Max. Era tres años mayor que yo. Murió en un accidente de auto hace cinco años. Yo tenía trece.

-Nate...-acaricié su suave cabello.-Lo siento mucho.

-No te preocupes. Ya eso es pasado, pero entiendo el sentimiento.

Miré la hora en mi celular, eran las doce con cuarenta y tres minutos.

-Deberíamos dormir.

Saqué mi pijama y me lo puse en el baño. Salí, abrí las sábanas y me deslicé dentro de la cama. Nate imitó mi gesto y apagó la luz que se encontraba en la mesita de noche.

-Buenas noche, Princesa.

-Buenas noches, Príncipe.

Estaba a punto de dormirme, cuando Nate volvió a hablar.

-Vi, tu período llegó, ¿cierto?

Mordí mi labio algo avergonzada, nunca me había gustado hablar sobre mi menstruación.

-Si, fue antes de Navidad.

-De acuerdo...-rió levemente.

-Gracias por preocuparte de mí.

-No hay de qué. Eres mi novia, es lo menos que puedo hacer.

Dios, Nate me matará de ternura un día de estos.

Who Says; Shawn MendesWhere stories live. Discover now