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Estaba en casa, me había despertado al oír unos gritos, me levanté y me puse mis pantuflas.

¿Papi?. — Escuché que una dulce voz decía, y volteé, ahora comprendí de dónde provenía esa voz, era de mi yo pequeña.

Ella se levantó frotándose sus pequeños ojitos, la mini yo escucho muchos gritos al igual que yo que provenían de la sala, todo pasó muy rápido en un momento a otro los gritos eran más fuertes y después se escuchó un ruidoso estruendo.

La pequeña yo salió de inmediato corriendo y antes de bajar divisó a un joven de espaldas parado y a otro en el suelo, la pequeña rápidamente diviso a su padre en el suelo y él la miró, ella se escondió, pero yo estaba impactada y no me podía mover.

Lo siento de verdad señor... Yo n... No quería que esto pasará. — Decía el joven entre sollozos.

N... No importa... Todo hemos cometido errores y te perdonó... Mi hija pequeña está arriba su nombre es Sarah y no quiero que vea a el joven que ha lastimado a su padre... Pronto llegará la policía... Y eres muy joven para ir preso... Sal de aquí... Corre y no vuelvas a repetir esta acción con otras personas. — Decía mi padre entrecortada mente, la pequeña asomo su cabeza pero al instante volteo y solo se veía su cabello, el joven la vio tristemente y agudizó un leve ''lo siento'' a la pequeña pero ella no lo pudo ver y luego miro a mi padre el cual seguía en el suelo.

Lo... Siento. — Mi padre asintió y después el joven salió corriendo de la casa.

La pequeña volvió a ver para comprobar que el joven ya se hubiese ido y acertó, acción seguida bajo rápidamente las escaleras hasta llegar donde su padre.

¡Papa, papá, no me dejes!. — Gritaba la pequeña desgarradora mente.

—¡NO PAPÁ!. — Grite agitada mente, había sido una pesadilla, otra vez la misma pesadilla, otra vez no tuve la valentía de ver hasta el final.

A veces soñaba con ese día pero siempre despertaba cuando gritaba, nunca he podido aguantar hasta el final, todavía estaba asustada y sudada, escuché que mi puerta se abrió y vi quien era, era mi mamá que me veía preocupada rápidamente me vió y corrió a abrazarme.

—Tranquila pequeña, todo estará bien, aquí estoy y nunca te dejaré. — Decía mi madre mientras me abrazaba.

Pero no, no solo era un sueño, sino que todo fue real en su momento, realmente lo vi y viví cada momento y segundo, otra vez esa promesa, no quería que ella me prometiese algo que en cualquier momento rompería, no podía reclamarle, ella no tenía la culpa de ese trauma que viví.

—Mamá... Simplemente lo... Ex... Extraño. — Decía entre sollozos.

—Yo también pequeña, yo también, pero él hubiese querido que seamos fuertes por él y que tú sigas siendo la misma Sarah de antes. — Decía mi mamá, la mire y ella igual estaba llorando.

La abracé aún más fuerte aferrando me a ella, estuvimos así como 5 minutos en silencio hasta que ella lo rompió.

—Levántate y ducha te o se te hará tarde y no queremos eso ¿cierto?. — Dijo secándose los ojos yo solo asentí. — Te espero para desayunar juntas.

Y salió, me metí al baño y tome una ducha un poco relajante.

(...)

Al terminar de ducharme y vestirme baje para desayunar.

—Hoy desayunaras hot-cakes linda. — Dijo mi mamá un tanto feliz.

—Mmm huele delicioso mami. — Dije y tome tres hot-cakes y les eché lechera y un poco de fruta (prefiero mil veces la lechera que la miel) y empecé a desayunar con mi mamá.

Una Nota Para DosWhere stories live. Discover now