49.

65 24 1
                                    

—¡¿Tenías que dejar tu celular en el hotel?!

Ups! Tento obrázek porušuje naše pokyny k obsahu. Před publikováním ho, prosím, buď odstraň, nebo nahraď jiným.

—¡¿Tenías que dejar tu celular en el hotel?!.

—Hey no me reclames, al menos no fui yo quien... Quien... Okay, no tengo nada que reclamarte — me cruce de brazos bufando.

—Bien, veamos... Tú olvidaste tu celular y a mi me lo decomiso Asher, yo me perdí pero tú te distrajiste con un perro — me fulminó con esa mirada de aun lo recuerdo, imbécil que ahora la distinguía —, ambos traemos dinero pero ninguno sabe el nombre del hotel, estamos perdidos en Florida y específicamente en Orlando.

—Pues no se tú pero yo no me quedare aquí esperanzado a que alguien note que no estamos y nos vengan a buscar, si es que alguien nota que mi fabulosa presencia falta — sonreí al notar que rodó sus ojos —, y no Sarah, no eres más fabulosa que este tierno castaño.

—Maldito brujo de pacotilla, ¿ahora lees mentes?.

—No, solo que conozco algunas de tus expresiones, las que aprendí cuando eramos niños, como por ejemplo; te tocas tu oreja cuando estas nerviosa al igual que yo, arrugas tu nariz y ruedas tus ojos provocando que tus cejas se unan haciéndote ver tierna cuando estas pensando en algo o alguien — me acerque poco a poco hacía ella —, juegas con tus dedos cuando estas furiosa pero no quieres explotar y contienes tu ira, aplaudes en ocaciones cuando estas distraída y te quedas mirando un punto fijo, frunces tu ceño y muerdes tu labio cuando estas concentrada y juegas con tus bolsillos traseros cuando un chico esta contigo o simplemente la cercanía es mucha, como olvidar lo... Aquella navidad hasta tu nariz se puso roja cuando el mismísimo Jadeen Trullen, tu crush en ese momento, finalmente te hablo.

Murmuré con cierta diversión cerca de ella mientras recorría un cabello rebelde de su rostro y lo depositaba atrás de su pequeña oreja, esa cercanía podría acortarla si la besara pero debía controlarme, todavía no era el momento, le sonreí al notar de reojo donde se encontraban sus manos, acaricie su mejilla provocando que sus ojos se cerraran por un lacónico momento, pause ese momento donde nos encontrábamos tan cercanos el uno al otro y lo fotografié mentalmente, quería conservarlo y recordarlo cuando llegue la hora de irme.

—Si no quieres quedarte aquí... — Finalmente abrió sus ojos, dio unos pasos atrás y me miro a los ojos —, ¿que sugieres que hagamos, genio?.

Sonreí.

—Estaba esperando a que lo preguntaras — mire el lugar donde nos encontrábamos, definitivamente no podía irme sin antes visitar la ciudad de Orlando —, conoceremos algunas zonas turísticas.

—Pero...

—Sin peros, necesitas vivir, arriesgarte un poco y no te quejes, necesito conocer la ciudad de Orlando.

—No me parece buena idea...

—Ni mi pirici biini idii — agudice mi voz y luego la mire —, ahí esta de nuevo la Sarah que conocí aquel día en el autobús, vamos confía en mí — estire mi mano hacia ella.

Una Nota Para DosKde žijí příběhy. Začni objevovat