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La cabeza de Aaron se encontraba apoyada en mi pierna y su rostro lo cubría con un abrigo, me distraje y empecé a peinar su cabello con mis dedos por pura distracción.

El coche se detuvo lo que significa que llegamos, uno por uno fue saliendo y como yo estaba junto con los dormilones seríamos los últimos en bajar, mientras los de adelante bajaban y llevaban las cosas adentro de la cabaña, suspiré me sentía confusa, sentía un nudo en mi estómago provocando que mis sensaciones no fueran claras.

Finalmente salimos del coche sin antes despertar a Aaron, Sharpay y el rubio, salí del coche y respire hondo, hacía calor pero no tan fuerte, tome mis cosas y al mirar al frente observe la cabaña.

Observe todo con detenimiento mientras imágenes aparecían frente mío, en cuanto llegaba la familia mamá y yo los recibíamos, un poco más al fondo los tíos junto con papá asaban la carne mientras los demás sasonaban la comida, mis tías hacían más comida y postres, el abuelo apartaba a sus hijos de su cuidadosa, amada y sobre todo vieja parrilla.

Camine, quería adentrarme lo más rápido a la cabaña, iba ya a la mitad pero dos pequeños cruzaron frente mío mientras corrían y a su vez reían, el niño por delante y una pequeña rubia siguiéndolo con una rama, inmediatamente me hice para atrás tambaleando me un poco, solo fue una pequeña escena realizada por mis recuerdos pero se sentía tan real, como si ellos estuvieran y hubiera la posibilidad de chocar con ellos, pero no lo era, era solo un recuerdo.

Mi distracción fue poca pero lo suficiente para caer de trasero en el pasto, seguí a los niños con la mirada, ellos seguían corriendo mientras poco a poco sus risas se escuchaban más lejanas y ellos desaparecían, ya no hubo risas ni siquiera los pequeños corriendo, se habían ido.

—Hey rubia ¿Estas bien?.

—Si, si, solo me distraje un momento — Dylan asintió poco convencido y me tendió su mano, la tome e hice impulso para levantarme.

—¿Estas bien?.

—Si, solo vamos a dentro.

—Bien.

Su rostro me decía que un simple si no lo había convencido del todo, sonreí y pase mi mano por sus hombros, tuve que ponerme de puntitas porque era más alto que yo.

—Hey, tranquilo, estoy bien solo me distrajo un recuerdo de hace años — me despeino y asintió para después caminar hacía la cabaña.

(...)

—¿Necesitas más ayuda mamá?.

—No tesoro, ve a instalarte en tu habitación y ayuda a los chicos para que se instalen — asentí.

—Deja de comer y vamos Steven — el negó.

—No gracias, yo me quedo a comer, así sabrán si su comida no es dañina — mamá lo fulminó y le dió un sape.

—Mi comida nunca es dañina.

—Por favor, es la excusa más usada.

Y valla que lo era desde pequeños lo decíamos para seguir comiendo antes de que sirvieran era la excusa perfecta, una que creamos Steven, Kate y yo.

—Uno nunca sabe — levanto los brazos, me acerque y lo tome de la oreja.

—Vamos gordo, debes ayudarme con las habitaciones de los chicos — dije apretando el agarre.

—Au, au, au, ya para — decía tomando mi mano mientras se levantaba —, bien, ya déjame, si te ayudo.

—Eso pensé — lo solté y él le robó un pedazo de carne a mi madre.

Una Nota Para DosWhere stories live. Discover now