Capítulo 1

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Amber Sullivan.


No podía creer que hubiesen pasado tres años desde que me mudé a Inglaterra.

Después de aquella conversación con él, había perdido toda conexión directa con Drac. Por supuesto que Gabriela solía hablar sobre el, recordándome todo lo que había sucedido desde entonces. Sabía que dentro de poco saldría de prisión, también sabía que por la manera en la que me había hablado en nuestra última conversación el debía odiarme y no es para menos, después de todo fui yo la culpable de que el estuviese en prisión.

Después de todo lo que tuvimos que pasar, la manera tan inusual en la que nos conocimos, todas esas destructivas amenazas que habían salido de nuestras bocas, las palabras empalagosas que solíamos decirnos el uno al otro, hasta que el destino nos separó en el momento en que más nos necesitábamos. Estaba conciente de que lo había abandonado pero la culpa había crecido en mi de manera radical, me sentía destrozada y no podía ni imaginar como se había sentido él.

La última vez que estuve en Oregón fue una semana después de su encarcelamiento. Me ví obligada a tomar una de las decisiones más difíciles de mi vida, necesitaba estar alejada de mi pasado. Fantasmas andaban en esa ciudad, motivo por el cual había decidido volver a Inglaterra.

Inglaterra me permitió renacer de otra manera, comenzar mi vida de nuevo aunque los demonios en mi interior me atormentaban cada día y noche de mi existencia. Me lo merecía. En este lugar terminé la universidad, me gradué dos años después de llegar al país. Por suerte, una de las compañías de diseño me adoptó como pasante poco tiempo después de graduarme y al final me establecí en la compañía como asesora de diseño. Me iba bien, si me preguntan, tenía todo lo que podría necesitar para subsistir en la vida pero había una sola cosa que no poseía.

Amor.

Pues para mí tener a Nicholas era una gran compañía. El era mi jefe cuando entré en su compañía, siempre era amable conmigo, hacía cualquier cosa para hacerme sentir cómoda, me traía café a la oficina, me compraba flores casi a diario, me hacía sentir mejor conmigo misma. Nicholas me conocía perfectamente, conocía toda mi historia y por eso siempre trataba de hacerme felíz, sacandome una sonrisa, sin duda alguna le tenía cariño. Pero no lo amaba. No como a él.

Algunas veces pensaba que jamás podría volver a abrir mi corazón a alguien como lo había hecho con Drac. Incluso cuando fui yo quien decidió mandar todo a la mierda por intentar ayudarlo.

El fue mi segunda oportunidad.

Esa oportunidad que había desperdiciado por egoísta, esa oportunidad que se había esfumado y que no regresaría. Esa oportunidad que la vida me había entregado para ser felíz.

Daría mi vida por verle una vez más pero eso jamás sucedería porque las terceras oportunidades no existen.

¿Cierto?

El día en la oficina pasaba cada vez más lento. Las agujas del reloj parecían moverse cada diez minutos, aunque sólo eran impresiones mías. El pitido de los teléfonos indicando una llamada entrante me tenían aturdida, tenía toda la tarde escuchándolos sonar a cada segundo. Dejé salir un suspiro y estiré mis brazos los cuales ya estaban rígidos por estar tanto tiempo en la misma posición. El tintineo de la puerta llamó mi atención, haciéndome girar inmediatamente.

-¿Estás ocupada? -dejé salir un suspiro al darme cuenta de que solamente había sido Nicholas.

-No mucho -le respondí sarcástica, señalando la pila de libretas que tenía que revisar para este fin de semana.

DOMINIK© [2]✔Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz