Capítulo 9

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AMBER SULLIVAN

Mi cabeza descansa sobre el cuero del asiento mientras mis párpados reposan cansados sobre mis ojos

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Mi cabeza descansa sobre el cuero del asiento mientras mis párpados reposan cansados sobre mis ojos. En el momento en que mis ojos se encontraron con el suave matiz café en ellos, quedé sin respiración, sin pulso, sín habla, quedé en blanco.

Su mirada turbia clavandose con suma fijeza sobre mis ojos me dejó helada, estupefacta pero más allá de eso, estaba sorprendida. Era posible que mi mente me estuviese haciendo una mala jugada debido a todas las cosas que había escuchado anteriormente decir por Christina.

Algunas veces vemos lo que queremos creer. Es allí donde se encuentra el problema. No todo lo que queremos creer es real. Al igual que no todo lo real es lo que creemos creer.

Por suerte, Drac no tardó en tomar el lugar de héroe haciéndome sentir miserable al no poder dejar de llorar para contarle lo que se supone que mis ojos habían presenciado. El no me creería. Ni siquiera yo misma puedo creerme.

Por esa misma razón, decido permanecer en silencio. Sellando mis labios con fuego para no emitir ninguna palabra al respecto e intentar olvidarme de dicho suceso.

No es real. Me repito constantemente en mi fuero interior, convenciendome de ello.

El auto se detiene frente a un edificio que creo reconocer. Se trata de aquel antiguo edificio en el cual el tío del hombre a mi lado tenía un refugio además de ser el mismo lugar donde éste mismo perdió la vida.

No podía negarlo. Christina había hecho cosas imperdonables, entre ellas, la muerte de Hugo. Parecía que todo había sido en vano porque al final el maldito de su hermano logró salirse con la suya. ¿Cuándo no se sale Günter con la suya?. Pero a todas estas la pregunta del millón de dólares para mí es ¿por qué? ¿por qué encarceló Günter a su hijo por segunda vez?

Drac apaga el auto, dejando descansar sus fuertes y trabajados brazos sobre el volante. Puedo notar como los músculos de sus tríceps se contraen de una manera sensual. Muerdo mi labio y desvío mi mirada hacia la ventana. No puedo creer que después de tres años esto es lo más cerca que hemos llegado a estar. En un mismo auto, en donde la luna y las estrellas son los únicos testigos de nuestro encuentro. Un silencio sepulcral consume la estancia de manera que me permite escuchar el ruido que produce al respirar. Mi corazón bombea sangre como un desesperado mientras mis ojos se pierden en la oscuridad del ambiente.

Insegura sobre cuestionar cualquier cosa, dejo descansar mis brazos sobre mi pecho a la vez en la que giro mi rostro para mirar su perfil anguloso de naríz recta, la pequeña curva que se forma en su labio inferior, la poblada cantidad de pestañas que se adhieren a sus párpados y la sombra casí invisible de una barba incipiente. El reflejo de la luz destella en sus ojos, adquiriendo así una tonalidad más clara de la que en realidad es.

Entonces su rostro se mueve hacia mí. Haciendo que mis mejillas comiencen a calentarse e adquirir color propio. Aún así, no le puedo dejar de mirar. No quiero dejar de mirarlo.

DOMINIK© [2]✔Where stories live. Discover now