Capítulo 18

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Dominik.

Me encuentro sentado frente al escritorio de Joe. Esta mañana recibí una llamada telefónica en la que me pidió, sin un ápice de amabilidad, que me pasara por su oficina en la comisaría.

En un principio me negué, pero el insistió en que se trataba de un hecho importante. Conocía a Joe, puede ser un maldito hijo de perra la mayor parte del tiempo pero nunca decía una mentira, por lo que si el decía que era importante, debía ser realmente importante.

No podía ni imaginarme que acusaciones habría inventando ahora.

Llevo más de quince minutos en la comisaría, esperando por su llegada pero aún no ha hecho su anhelada aparición. Estiro mis piernas frente a mi, y fijo mi mirada en una taza sucia sobre su escritorio.

El fatídico sonido que hacen las agujas del reloj al moverse, me aturde, me causa dolor de cabeza, podría estar ocupado en cualquier otro lugar pero en lugar de ello me encontraba allí, esperando a Joe.

Lo escucho llegar, abriendo la puerta con brusquedad y paseando su cuerpo con despreocupación hasta su silla.

Hago una mueca, reprimiendo mis ofensas. No me cae bien. Lo he dicho antes, y lo seguiré diciendo.

-Llegaste tarde -murmuro, apretando los dientes, pero sin alzar la voz.

Joe no me mira. Está ocupado rebuscando en un cajón lleno de carpetas amarillas con distintivas etiquetas en su parte superior.

-O tal vez tu llegaste antes.

Ruedo los ojos, recogiendo mis piernas. Siento una leve descarga de pereza recorrer mi espalda.

-¿Por qué me citaste aquí? -le pregunto sin esforzarme por sonar amable. El se da cuenta de ello, y sonríe.

-¿Estás admitiendo que esto es una cita? -dice burlón, elevando sus espesas cejas con complicidad.

Que gay.

Suspiro, sacudiendo la cabeza y agrandando los ojos, sin poder dar respuestas a eso. No podría ser cortez con una pregunta como esa.

-¿Qué quieres, Joe?

Joe traslada sus orbes curiosas hacia una carpeta, la toma entre sus manos, arrastrando unos cuantos papeles sueltos y dejando caer otros al suelo. Se levanta de su silla, rebuscando alguna información en la carpeta, segundos después parece encontrar lo que busca pues sus ojos brillan.

-Creo que querrás ver esto -dice, deslizando la carpeta sobre la superficie metálica de la mesa para acercarla a mí.

Primero, le hago una rápida inspección, parece ser una carpeta común y silvestre, pero la etiqueta en ella capta mi atención. Lo escrito en la etiqueta, en realidad.

Robert Sullivan Expediente #668.

Mis cejas se elevan con interés, y procedo a mirar la carpeta con detenimiento. Mi estómago se revuelve al leer ese nombre, y una chispa de culpabilidad invade mi organismo. Un marrón oscuro llamativo hace su aparición en mi cabeza, nubla mis sentidos, al igual que mis acciones.

Levanto mi cabeza en dirección a Joe. El me mira circunspecto, como si estuviese esperando para ver mi reacción.

-¿Qué se supone que debo hacer con esto, Joe?

-Ábrelo -me ordena con voz baja.

Le obedezco, solo porque no puedo comprender qué demonios quiere probar con todo esto. Suspirando, cojo la carpeta entre mis manos, acaricio la superficie con las yemas de mis dedos, es plana, sin ondulaciones.

DOMINIK© [2]✔Where stories live. Discover now