Capítulo 4

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Dominik

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Dominik


Por un momento, solo por un doloroso momento pensé que estaba alucinando. La idea de encontrarme a Amber Sullivan después de tres años en los cuales no dejó rastro sobre su paradero, continuaba siendo un enigma para mí.

Todos los recuerdos, emociones, sentimientos que había llegado a sentir en algún punto de mi vida habían trepado por las paredes de mi cerebro hasta salir a tierra firme. Sentía un profundo pinchazo en el pecho, cuando mis manos tocaron su suave piel de porcelana, la cual seguía intacta, sin arrugas, sin desperfectos, sus ojos se clavaron en los míos por dolorosos segundos de tortura, ella era la viva reencarnación de la confusión. Su rostro había adquirido un gesto aludido, confunso, inquietante, hasta que para mi sorpresa sus labios emitieron un sonido que me erizó la piel. Todo había resultado extraordinariamente difícil para ambos, quizás, en ningún momento planeamos encontrarnos y solo el hecho de plantear un reencuentro me daba escalofríos.

Además, por otro lado, mantuve firme mi posición, me sentía diferente, como si un huracán de emociones hubiese estado torturandome durante los cinco minutos que estuvimos frente a frente hasta que Gabriela apareció. Ella también parecía sorprendida, pero su sorpresa se debía a mi presencia en la fiesta de sus hijos.

Durante lo que restó de fiesta me mantuve impasible, estuve a segundos de esfumarme hasta que Derek se precipitó a lo sucedía en mí cabeza, así que me obligó a permanecer en la fiesta durante unas horas más. Me encantaría decir que después de aquel encuentro con Amber, todo seguía igual, que seguía sin pensar en ella, sin recordarla, sin observarla, pero cada segundo que pasaba bajo el mismo techo que ella, respirando el mismo aire que ella respiraba, no podía evitar sentir una incomodidad en el fondo de mí. Un vacío de apariencia sombría.

Pero en fin, ella había sido la culpable de que mi vida se hubiese terminado en cuestión de segundos. Mi libertad estaba en sus manos, y ella decidió mandarme al mismísimo infierno con el propósito de vengar la muerte de un fastasma que ni siquiera valía la pena continuar viviendo.

...

El domingo por la mañana no tenía planes de asomar mi cabeza fuera de casa, por lo cual, decidí quedarme a dormir un poco más. Mientras estuve en prisión las noches en las que no pegaba mis párpados eran incesantes, me mantenía despierto escarbando en mis pensamientos junto con un pequeño cubo de rubik que Brand me había obsequiado. Brand fue el único preso que logró simpatizarme, los demás entraban en el mismo vasto territorio de egoísmo, crueldad y maldad.

El solía contarme las cosas que había logrado hacer en su vida antes de entrar injustamente a prisión, a pesar de ser un jóven de veintiún años de edad, era muy maduro y conciente para su edad. Me había explicado la razón por la cual se encontraba en prisión, y no pude evitar compararme con el hace más de tres años, cuando era tan solo un crío de nueve años y entré al único lugar en el que menos desearía estar. Brand fue acusado de asesinar a su madrastra esquizofrénica, después de que su padre murió no tuvo opción que permanecer bajo el mismo techo que la desquiciada de su madrastra. Pero los días de felicidad no fueron eternos para nadie.

DOMINIK© [2]✔Where stories live. Discover now