Capitulo 3

638 28 4
                                    

Sólo desde la estación hasta el colegio fue una hora de viaje a través de un extenso bosque. Yo comencé a ponerme nerviosa, cada vez más conforme más nos íbamos acercando. Me di cuenta de que en el momento en que llegara ya no habría vuelta atrás de ninguna manera, y si alguien descubría mi secreto me metería en graves problemas. Cambiar de identidad era muy penado en mi país, no sabía si lo era aquí también, pero no quería comprobarlo. 

Cuando bajamos del auto nos quedamos los dos solamente parados frente al instituto, observándolo bien. Era como una cárcel de buen gusto, como para reos muy ricos, no era tan feo como pensé. Caminamos hacia dentro lentamente, contemplando las paredes azules y las fotos de futbolistas en cada pared. Estaba más desesperada con cada paso y sabía que mi hermano estaba igual o más nervioso que yo.

—Buenos días, jóvenes ¿En qué les puedo ayudar? —nos preguntó la secretaria desde su escritorio. Me aclaré la garganta e intenté poner mi voz de macho.

—Eh... sí, buenos días, vengo a entregar mis papeles de inscripción, mi madre olvido enviarlos por correo —mentí, sintiendo mi voz quebrarse al final. Le entregué a la mujer un carpeta gruesa con todo el papeleo, falso por supuesto, que habíamos impreso. La secretaria se paró rápidamente de su escritorio murmurando que esperáramos un segundo y entró a una oficina

—Mejor no hables, suenas como marica —susurró Ashton negando con la cabeza. Antes de que pudiera defenderme la secretaria salió de la oficina y nos ordenó que pasáramos a la oficina del director.

—Buenas tardes —saludé cuando entré, tratando de esconderme detrás de mi hermano. 

—Tomen asiento por favor —dijo el hombre, no poniéndonos nada de atención. Nos sentamos y por fin nos miró, totalmente serio y si mis cálculos no me fallan, a juzgar por las lineas duras en su frente, también estaba molesto— ¿Cómo es que a su madre se le ha olvidado mandar sus papeles de inscripción?

—Es que todo esto salió de improvisto, cuando él se metió en problemas mi mamá ya había mandado mis papeles y después ya no pudimos hacer nada, porque todo era muy...

—Le pregunté a… —interrumpió a Ashton, revisando los papeles en busca de mi nombre. Carraspeé bajito, anticipándome –¿Peter Johnson?

—Sí, lo... lo que él dijo —contesté, tratando de no quebrar la voz.

—… parece que todos los papeles están bien, pero las fechas de inscripción ya pasaron desde hace mucho y...

Hora del plan B, al parecer este estúpido no se da cuenta de que sería un honor tenerme en su sucia escuela para animales y tendré que recurrir a la corrupción. Saqué de mi mochila un montón de billetes enrollados, los sostuve en el aire unos segundos y se los entregué al director.

—Creo que esto cubre la inscripción, el primer semestre y un traje nuevo —murmuré, deseando poder usar mi voz de mujer, puedo apostar que esto del convencimiento me saldría mejor si fuera Peyton y no Peter. 

—Claro, claro, entonces todo está perfecto —tomó el dinero y nos dedicó una sonrisa. Cuando terminó de contar el dinero nos hizo una seña como para que nos fuéramos de ahí —Rose les entregará la llave de su nueva habitación que compartirán con otro joven.

Ouh, todo iba tan perfecto.

—Su habitación es la 269 —nos dijo Rose entregándonos dos llaves a cada uno. Ashton sonrió con picardía cuando la mujer dijo el numero, yo sólo revoleé los ojos y me recordé que a la próxima, a cualquier mención del numero 69 debía hacer esa cara de perversión. 

Rose se agachó un momento y nos preguntó nuestras tallas. Luego nos dio nuestros uniformes y un mapa del edificio, y por fin pudimos irnos al infierno de ahí. Sólo suspiré y respiré normalmente cuando salimos de la dirección. Eso fue más fácil de lo que pensé. 

Después de tres perdidas y quince minutos, llegamos a nuestra habitación. Era muy espaciosa porque no tenía nada de decoración, sólo habían tres camas alineadas frente a la puerta, un mueble horrible donde supongo deberíamos de poner nuestras pertenencias y dos puertas, un armario y un baño, supongo. Le di gracias a Dios por tener un baño propio. Mi hermano caminó rápidamente para tomar la cama que daba a una gran ventana, con vista al bosque y sólo se dejó caer ahí. Refunfuñando dejé mis maletas en el mueble y me dejé caer en la cama del medio. 

Unas horas después el sonido de la puerta hizo que saltara de la cama completamente exaltada. Primero me quedé desconcertada, luego eché un vistazo y vi a un chico, entonces recordé como un flash que me había quitado el gorro. Sería tan estúpido y patético que alguien me descubría en mi primer día que sólo tomé el gorro y salí corriendo al baño.

—Creo que le caí mal —escuché que el tipo dijo, mi hermano sólo rió y yo me acomodé el gorro lo más rápido y bien que pude. Buena suerte que no quise quitarme la cosa que estruja mis senos, eso sí sería difícil de ocultar. 

—No, él siempre es así de raro —contestó Ashton, traicionándome. Escuché un golpe fuerte, como si el chico hubiera aventado sus maletas al piso con todas sus fuerzas.

—Soy Ashton.

—Harry —murmuró. Wow. Nota para mí misma: no seas fraternal ni siquiera con ese tipo. Los hombres no son amables entre ellos. 

Salí del baño unos minutos después, cuadrando mis hombros, levantando mi pecho y caminando con las piernas abiertas. Ashton estaba sentado en su cama platicando como si fueran amigos de la infancia con el tipo nuevo parado, recargado en el mueble. Les pasé por el medio sin mirar a ninguno de los dos, con la cabeza gacha pero el cuerpo tenso. No quise pensar lo ridícula que me veía. 

—Hola hombre, igualmente un gusto —dijo el tipo con voz de burla y con una sonrisa autosuficiente que me molestó al instante—. Un aplauso para la buena educación de hoy en día.

Él y Ashton empezaron a aplaudir fuertemente y a reír como si de verdad hubiera sido gracioso. Mi cara ya estaba roja del coraje, ellos cada vez se reían más malditamente fuerte y en ese momento supe que Harry sería una molestia todo el año. Mi hermano se dio cuenta de mi estado, reconociendo mi cara de furia.

—Vamos, no seas niña, hermanito —me dijo, y luego empezó a reír de nuevo, con la broma que sólo nosotros entendíamos. 

—¿Y qué si no quiero perder mi valioso tiempo saludándote? —hablé fuerte, y me puse de espaldas a arreglar mi cama— ¿Te vas a poner a llorar?

—Um, heriste mis sentimientos, pero no es para tanto —aseguró divertido.

—Me alegro, porque tienes cara de marica y me daba miedo hacerte llorar —dije, y me volteé por fin, para matarlo con la mirada. Él tipo clavó sus ojos verdes en mí y se quedó mirándome fijamente un minuto. 

—Y tú tienes cara de niña bonita —murmuró, sonriendo de lado. De golpe la habitación se quedó en un silencio incómodo, después de unos segundos Harry soltó una suave carcajada, sin darse cuenta muy bien de lo que había dicho. Ashton nos miró preocupado, no quería tuviera problemas con nadie y mucho menos con nuestro compañero de habitación, pero yo sólo sonreí en mis adentros y tomé eso como un halago.

—En ese caso, espero que no te enamores de mi —murmuré y me dejé caer en la cama, dando por terminada la conversación. 

--------------------------------------------

En la madrugada me desperté de un salto, asustada por la tormenta. Sí, me daban mucho miedo los jodidos truenos, y no podía negar que estar en un lugar extraño tan lejos de mi casa me ponía muy nerviosa. Lo único que me reconfortaba un poco era estar con mi hermano, y eso no era tan bueno, nunca antes me había alegrado de estar con él. Me senté en la cama medio dormida, me levanté a cerrar a la ventana y me metí a la cama de a lado, con Ashton. 

—¿Peyton? —preguntó medio dormido. 

—No, soy Harry —susurré irónica abrazándome a su cuerpo.

—No puedes seguirte metiendo así a mi cama —me regaño con voz baja para no despertar a nuestro compañero —recuerda que ahora eres “hombre”.

—Ow, pero ese idiota está bien dormido, y tengo mucho miedo —lloriqueé, negándome a volver yo sola a esa cama. Mi hermano soltó el aire, derrotado, y se volteó para abrazarme. Algunas veces era un amor conmigo. Algunas, muy poquitas.

The Perfect PlanWhere stories live. Discover now