Capitulo 9

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Me levanté a regañadientes porque de todos modos nada de lo que hiciera me haría volver a verla, y ahora tendría que arreglar mis asuntos con la mano.

Ni Ashton ni Peter estaban en la habitación todo así que sería lo mas fácil, no quería ir a clases todo tieso y aun pensando ella. Podía ser que me quedara dormido entre clases y terminara lo que tenía pendiente con la chica de mi sueño, y definitivamente no me encantaba la idea de tener un orgasmo en frente de toda la clase.

(Peyton)

Harry no llegaba al salón, y el profesor Ollins, el más estúpidamente estricto de todos revisaba la habitación como asegurándose que cada partícula de polvo estuviera en su lugar, entonces clavó la mirada en la butaca vacía a lado de mí, el lugar de Harry.

—Señor Peter —me llamó. Todos en la clase se rieron de mí, y yo bajé la mirada —¿Qué pasó con Harry, por que no viene?

—No sé, creo que se quedo dormido o algo así. 

—¡Vaya por él, entonces! —me ordenó con voz dura. Me levanté de mi asiento y salí del salón sin ser perseguida con la mirada de nadie.

Lo que me gustaba de esta escuela era que no me tenia que preocupar por los maestros pedófilos y pervertidos que siempre se me insinuaban ni de los chicos calientes que no dejaban de verme. No es que no me gustara un poco de atención masculina, pero a ninguna mujer le encantaba sentirse violada. 

En la mañana me había preocupado por Harry de verdad, estaba siendo tan dulce y tierna como siempre, él estaba rojo y se movía mucho ¿qué iba a pensar yo? que estaba enfermo el pobrecito, pero no, resultó que sólo estaba teniendo un sueño caliente. 

Odio infinitamente esto de vivir entre hombres, no, ni siquiera "hombres", no son más que adolescentes con las hormonas alborotadas.

Me acerqué a la puerta de la habitación con cautela, desde que venía por el pasillo se escuchaban leves sonidos raros que venían desde adentro y entre rápido, aunque deseé inmediatamente no haberlo hecho.

Harry estaba sentado en su cama, sin camisa, con mi celular en una mano, mientras con la otra estaba... bueno, no es para tanto, no es como si yo no supiera que todos los hombres hacen eso, incluso mi hermano lo hace, pero obviamente nunca había visto a alguien haciéndolo, no es como si mis novios se masturbaran enfrente de mi todos los días, y tampoco había visto un... tan... grande.

Me quedé en shock unos segundos viéndolo, después caí en cuenta de la situación... traía mi celular en la mano y estaba viendo algo muy entretenido. Estaba tan entrado en sus movimientos de arriba abajo que no se dio cuenta de que yo estaba ahí hasta que un jadeo entrecortado salió de mi garganta, él volteó a verme de inmediato con cara de perro espantado sin dejar lo que estaba haciendo, después de unos segundos con un silencio incomodo, aventó mi celular en la cama y se encerró en el baño. Por lo menos traía su pantalón a medio poner y no me enseñó todo su trasero desnudo. Aunque tampoco era como si yo me hubiera quejado de eso. 

Me quedé observando la cama de Harry con algo de repulsión por algunos minutos, trataba de imaginar que rayos estaría viendo en mi celular, así que con todo el asco del mundo decidí tomarlo, y vi una foto mía en la pantalla, una foto ¿¡MIA!? él se estaba masturbando con fotos mías. Dios, esto me excitaba un poco y me daba miedo al mismo tiempo. El asunto me resultaba repugnante, divertido y caliente. 

Harry salió más relajado unos minutos después y me dio una mirada apenada.

—Lo siento, hombre —me dijo con una sonrisa tímida— necesitaba inspiración para ya sabes y lo único que encontré fueron las fotos de tu novia. No está nada mal, por cierto. Pero eso ya lo sabía. 

The Perfect PlanWhere stories live. Discover now