Capitulo 13: Malditas Frutas.

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Mandy Williams.-

          Mis papás acaban de dejarme sola en mi habitación para que me acomode. Hace 10 minutos llegamos del hospital y ahora lo único que quería era bañarme, así que caminé a paso tortuga hasta el baño de mi habitación, llené la tina con agua caliente, me desvestí con cuidado pues la pierna me dolía y me daba “cosita” mirar el moretón que me había quedado producto del choque. Antes de introducirme al agua puse música en mi celular y lo dejé sobre la ropa de cambio, empezó a sonar  What The hell  y me dejé reposar dentro de la bañera.

¡Cómo necesitaba esto! Relajarme, disfrutar de la tranquilidad por un rato – unté un poco de jabón y me puse a jugar con la espuma que se acumulaba cerca- esto es placentero, realmente placentero.

No me quedé mucho rato porque me estaba dando sueño ya, así que lento me salí del agua que prácticamente ya estaba muy tibia para mi gusto y me sequé. Alguien golpea la puerta.

-Te vinieron a ver –dijo mamá- ¿Hago que suba?

-Dame un minuto, acabo de bañarme –terminé de vestirme y salí del baño, mamá aun estaba ahí- ¿Quién es?

-Zayn –respondió y espero a que dijese algo, pues yo no supe que decir- abrígate y no tienes permiso para salir –me apuntó amenazante antes de salir de mi habitación.

¿Qué hace acá? ¿Por qué vino a verme? Si ya me saludó en el hospital, y no me pasó nada grave, estoy vida y con eso que le baste. Me senté en mi cama y con el celular de un lado a otro entre mis manos lo vi aparecerse por mi puerta, sonreí apenada.

-Pasa –susurré ¿desde cuándo tan tímido? Se sentó cerca de mí y sonrió- ¿Qué tal?

-¿Cómo estás? –Me miró curioso y me pareció divertida su cara así que reí- ¿Qué pasa?

-Todo bien –sonreí- tu cara es… nada, solo necesitaba reír.

-Ah ¿tengo cara de payaso? –Fingió ofenderse y estiró los labios en un gesto tan infantil- Yo que vine a ver como estabas, a conversar un poco y hacerte compañía y tú te ríes de mi… eres mala

-No, Zayn, no –volví a reír y me acerqué a abrazarlo, me dolió la pierna por el esfuerzo pero no importó tanto, lo abracé por el costado como niña pequeña y él me acogió cálidamente- no soy mala, solo que tu sonrisa... no sabes cuánto extrañaba verte sonreír.

-¿En serio? –se hizo un silencio incomodo y dejamos de abrazarnos- y yo te extraño a ti.

Mi corazón quiso escapar. Golpeaba fuerte contra mi pecho que incluso tuve miedo de que él pudiera escucharlo latir. No supe que hacer o decir y solo me acomodé en mi cama apoyando la espalda en la pared y Zayn me imitó, quedamos de lado, en silencio, lo escuché suspirar mientras miraba sus manos. Algo quería decirme.

-También te extraño –dije al segundo siguiente- pero supongo que Amy es todo tu tiempo ahora, por eso no te he buscado –mentí, aunque él tuviera más tiempo no sería capaz de acercarme, soy una cobarde.

-Amy –suspiró- no hablemos de aquella ¿bien? –me miró y sonrío de lado, cómo me gustaba cuando sonreía así, se veía tan tierno y sus labios, su boca, la manera en que me estaba mirando justo ahora.

Mamá entró en la habitación y ambos volteamos a verla, ella sonreía –ni idea por qué- pero parecía contenta. Traía consigo un plato con fruta picada y una lata de crema batida en espray.

-¡Que rico! –celebré recibiendo el plato- Gracias ma’

-Se lo comen todo –advirtió y le pasó la crema batida a Zayn- esta niñita no come casi nuca fruta si no se la traigo picada, es una mañosa.

-Oh –alegué casi riendo- no mientas mamá, amo la fruta.

-Mañosa –susurró el moreno a mi lado- Gracias Marie –y mi madre salió de mi habitación juntando la puerta.

-“Gracias Marie”, ¿desde cuándo? –lo miré amenazante poniendo el plato entre nosotros.

-Cállate y come –tomó la mitad de una frutilla y me la puso en la boca y la dejé ahí sin intención de comer aun.

-- Quedo crreha –hablé con la fruta entre los labios, Zayn tomo la lata y le puso crema suficiente y ahí me la comí, deliciosa.

-Eres una niña consentida –agarró unas uvas y se las metió a la boca- están realmente buenas -Le quité la lata de abrí la boca apretando para que la espuma blanca cayera llenándomela, amaba comerla así, la crema es mi debilidad- Mandy –apuntó mi cara, de seguro tenía crema esparcida o algo, pasé mis manos alrededor de la boca y sonrió aprobando que todo estaba perfecto.

-Prueba las frutillas, esas están de muerte –agarré una y se le puse en los labios, la recibió mirándome a la cara y de seguro me puse roja- traga.

-Mmmh –negó con la cabeza y con su mano me apunto, apuntó mi boca y luego la suya ¿Acaso quería que se la sacara con… con los labios? ¡Quiere matarme! Negué nerviosa.

-No lo haré – y con la tonta sonrisa que se formó en mis labios de seguro no me la cree- ¡Que no, Zayn!

-Se te hace agua la boca –dijo sacando la fruta de su boca y alzó las cejas- Prometo no hacer nada –si supieras que no es por ti, sino por mi y no poder aguantarme las ganas de... Suspiré.

-Dale –acepté de lo más feliz, pero traté de que no se notara- pero tú sácamela a mí.

Le quité la fruta de la mano y la puse en mis labios, Zayn se puso a reír despacio mientras se ponía frente a mí, yo aun apoyada en la pared sentada en mi cama y él de frente apoyando cada mano a un costado mío. Realmente estaba nerviosa y sentía mi cara arder y una enorme sonrisa y cosquillas en el abdomen, incluso me sentí algo mareada. El moreno se acercaba de apoco a mí, son su burlona y hermosa sonrisa, me dejaba ver sus perfectos dientes en ella. Sus ojos miraban coquetos, este chico realmente me estaba volviendo loca, y ni cuenta se daba.

Cuando ya estuvo lo suficientemente cerca, tanto así que nuestras narices se rozaban –maldita sea- y humedeció sus apetecibles labios, abrió la boca y mordió despacio una parte de la frutilla haciendo que la tortura de tenerlo y no poder besarlo fuera lentamente dolorosa. Volvió a mascar –y yo sin siquiera moverme- solo lo observaba disfrutar de esto. Una mordida mas y a la próxima estaría mordiéndome -¿Qué pretendes Malik?- la boca.

Alzó una mano y me acaricio lento, entrecerró los ojos y lo imité, su piel esta suave y áspera a la vez, empezaba a crecerle barba ya. Sin esperar me tomó del mentón y yo seguía acariciando su rostro, delineando con el pulgar su mejilla izquierda, acortó la distancia entre nosotros –él, la fruta y yo- pude sentir el roce de sus labios y su respiración a la vez, empezaba a descontrolarme y aun no se comía la fruta, volvió a morder la poca y nada de frutilla entre nosotras, quedándome yo con un trozo y el con otro. Fue todo. No hubo beso, no hubo más roces, las caricias quedaron en el aire y un incomodo silencio fue interrumpido por el sonido de su celular.

Changed my fuckin' life - #FanFicWhere stories live. Discover now