Prohibido Apostar +18

Capítulo dos

— ¿Por qué esa cara Sparks? — Preguntó Nicole llegando hasta ella.

—Nada, es solo que... ¿Alguna vez James te ha invitado un café?

Nicole la observó con sorpresa.

>>No importa, he de haber escuchado mal.

— ¿James te invitó a tomar algo con él? — Cuestionó sin creer lo que había escuchado.

—No lo creo, estaba despertando de una siesta, puede que esté malinterpretado lo que hablamos.

— ¿Entonces tú y él sostuvieron una conversación? — Quiso saber y por un momento Jessica sintió sus mejillas arder.

— ¿Por qué tanto interés en saber que sucede con la vida aburrida de Sparks? — Cuestionó Ivanna posándose frente a ellas, las observó con desagrado evitando mostrar sus modales. Algo que hacía con frecuencia, sin importar si eras parte de su círculo de amistades.

>>La verdad es que no me importa, solo sé que últimamente eres tema de conversación entre Collins y mi James. Por lo que debo decirte que él es mío así que no creo que tengas oportunidad de salir con él.

James era de esos chicos que Jessica consideraba como platónicos. Sabía que había varias chicas suspirando por él, hablaban de lo caballeroso que era y lo guapo que lucía. Secretamente ella lo consideraba como su estro, pero eso era algo que nadie podía saber. Incluyendo a Nicole, su mejor amiga.

—Tú tampoco tendrías oportunidad con él— le dijo Nicole frunciendo el ceño—. Ni siquiera te mira, porque ningún chico te toma enserio. Lo único que haces es mostrar tus pechos y alardear con quién te has acostado esta semana.

>>Además, mi amiga no quiere salir con James y no sé porque tenemos que darte explicaciones.

[...]

Apenas llegó a su casa y su madre ya estaba subiendo al auto con dos maletas y la oreja al teléfono. Tomó un respiro y se plantó frente a ella esperando se diese cuenta que ya había llegado.

Lo único que detestaba de sus padres era el poco tiempo que pasaban juntos. Su madre se la vivía atendiendo asuntos del trabajo por teléfono o frente a su computadora, mientras que su padre pasaba más tiempo en su oficina y en viajes de trabajo que en su propia casa. Lo que hacía que la palabra hogar siempre estuviese distante y en el olvido.

Su nana solía hornear galletas todos los días porque decía que el olor a cardamomo y jengibre era tan agradable como un buen recuerdo y a veces eso lograba marear a Jessica dado que era extraño recordar algún momento a lado de sus padres, sin embargo, su madre había intentado olvidarse del trabajo un par de ocasiones, enfocándose en las tareas del hogar y en su hija. Nada de eso había salido como lo planeado, se había dado por vencida continuando con atender los negocios y su apretada agenda, de todos los días, tan pronto como comenzaba a necesitar escuchar sonar su celular con alguna llamada del trabajo.

— Es lindo verte, cariño— besó su mejilla sin desatender a la persona que estaba al teléfono—. Nana llegará en un instante, tú padre y yo regresamos pronto, tal vez podamos vernos el fin de semana...

El rostro de Jessica se sonrojó de molestia, era increíble ver lo mucho que le importaba saber a su madre qué tal le había ido en su día. Al menos pudo sentir un poco de alivio cuando la rodeó con sus brazos en un abrazo que para su gusto no duró mucho.

>> Necesitamos cerrar el contrato. El corporativo ha enviado al agente está mañana... Comunícalo al departamento de Mercadotecnia, Dallas debía enviar los prototipos...