Prohibido Apostar +18

Capítulo doce

Durante varias canciones se mantuvo pegada al cuerpo de James, moviéndose al ritmo de ellas, mientras trataba de ignorar el hecho de que estaba comenzando a sentir el calor albergar su cuerpo y un molesto pálpito en su entrepierna.

Detuvo al chico con la bandeja consiguiendo nuevamente otra bebida, tomó la mitad del trago sintiendo el efecto del licor, percatándose de que se hallaba un poco achispada. Honestamente no era una chica de fiestas y alcohol, pero por alguna razón había terminado con la bebida equivocada.

Dejó su copa en la barra que estaba al lado de ellos y fijó su atención en su novio, sin poder contener el suspiro cargado de tensión que escapó de su boca cuando la intensidad de sus ojos la observaron con anhelo, causándole con ello, una perturbación a sus sentidos.

—Estás sonrojada. ¿Quieres tomar un poco de aire? — Mordió su labio, sosteniendo su mirada. Estaba segura de que sus pupilas yacían dilatadas.

Los dedos de James acariciaron su espalda haciéndola sentir su necesidad por él, logrando que sus terminaciones nerviosas se desataran. Incluso, su corazón comenzaba a hacer un revuelo al tenerlo tan cerca. Jessica se percató de que sus ojos atravesaban su alma sin que pudiera evitarlo. El joven sonrió llevando una mano hasta su mejilla, apretando la otra en su cintura y el cuerpo de ella reaccionó presionándose contra el suyo, llenando sus pulmones de aire. Gimió acercando su rostro al de James y mojó sus labios con su lengua de manera sugerente, al tiempo que él pasaba un dedo sobre ellos acariciando la zona, respiró con fuerza. Sintió que el alma se le salía del cuerpo, ansioso por sentirlos de nuevo sobre los suyos. Poco a poco, deslizó su nariz por su barbilla, aferró sus dedos al cabello de él y arrastró su boca a la suya, capturando sus labios hasta acariciar su lengua de manera inclemente.

Sonidos extraños escaparon de ella cuando el joven profundizó el beso volviéndolo más intenso. En respuesta, las manos de él se deslizaron por sus costados presionándola aún más a su cuerpo, como si aquello fuese posible, obteniendo con ello un poco de fricción. Necesitaba disfrutar ese momento, sin embargo, jadeó abriendo sus ojos, deteniéndose lentamente.

— ¿Podemos ir a algún lugar más privado? — Susurró, muy cerca de sus labios, abrumada por las emociones que se arremolinaban en su interior, James la miró con la respiración acelerada y continuó con un camino de besos húmedos desde su boca hasta su mejilla. Se hundió en su cuello absorbiendo su olor y ella pudo percatarse de la sensibilidad en su piel porque la estela de su tacto le producía una sensación calcinante.

— ¿Cómo es que contigo avanzo tan rápido? — La joven sonrió al escucharlo.

[...]

—No hagas ruido— susurró a Jessica cerrando la puerta y tomó su mano guiándola hasta su habitación.

Con sus mejillas sonrojadas comenzó a caminar detrás de James. El ritmo de su respiración se hallaba tan disparada como la de él que definitivamente su pulso no tardó en acelerarse. Se sentía ridículamente tímida y el saber que algo podía ocurrir esa noche la hacía experimentar un calor excesivo que viajaba rápidamente por todo su cuerpo. Cuando llegaron a su habitación cerró la puerta con seguro detrás de ella.

Tardó unos segundos observándola, todavía no se tocaban, pero ya se sentían aturdidos ante el deseo. Lo escuchó respirar con fuerza cuando la atrajo a su cuerpo presionando su espalda con el peso de su mano. Acarició su rostro, rozando suavemente su dedo pulgar sobre su labio inferior y su lengua salió con avidez lamiendo la punta de su dedo, tomándolo por sorpresa. James humedeció sus labios, demasiado aturdido. Parecía estar en su faceta atrevida y eso lo dejó anonadado. Pasó saliva cargado de tensión, atracción y deseo por sentirla tan cerca. Enloquecería sin dudarlo y eso no cambiaría el hecho de querer besarla hasta perderse en la impresión electrizante de cada parte de su cuerpo.