Prohibido Apostar +18

Capítulo siete

—Salgamos a cenar, esta noche— le dijo James a Jessica, acariciando su espalda.

—Excelente idea, hermano— confirmó César entusiasmado—. Podemos ir a ese bonito lugar cerca de...

—No, solo Jessica y yo— lo interrumpió cortando su emoción.

—A mí también me gusta ir a cenar— murmuró viendo hacía sus zapatos, con esa actitud infantil que llamaba la atención de Nicole.

—No es para tanto, niño llorón. ¿Has visto lo impresionante que se ve la Fontana de Trevi durante la noche? Podemos ir a lanzar monedas— le sugirió comenzando con una plática sin sentido.

— ¿Qué se supone que hay entre nosotros? — Cuestionó Jessica fijando su atención en James. Él la observó tomando su barbilla, sosteniendo su mirada casi sin respirar. Amaba sus ojos y aquel brillo que se alojaba en ellos de manera natural.

—Evidentemente una fuerte atracción, sin embargo, es algo más que eso porque jodidamente estás alborotando mi mundo— acunó su rostro, murmurando muy cerca de su boca­—. Nunca había sentido esto por nadie, puedo decir que es similar a estar enamorado y sé que también lo sientes— aseguró besando sus labios, con ternura.

— Creo que realmente te gusto — susurró afectada por su beso.

—Bonita, tú realmente lo haces... Acabo de decir que era algo similar, aunque sin duda estás haciendo que me enamore de ti y estoy seguro que esto no es para nada romántico, pero tengo la impresión de que podemos avanzar al siguiente paso— sonrió y ella tomó un largo respiro entendiendo la interpretación de sus palabras.

— ¿Estás diciéndome que...?

—Resulta que trato de decirte que nos pertenecemos de la manera en la que lo estás imaginando— ante su declaración los latidos de su corazón se aceleraron.

James enredó sus brazos en la cintura de Jessica dejando ligeras presiones sobre sus labios, durante largos segundos, y luego la besó sintiendo como su piel se erizaba. Nicole los observó sorprendida mientras esperaban en la fila a ser atendidos, dejaron de besarse y giraron prestando atención al asombro de sus amigos.

— ¿Qué fue toda esa cursilería? — Sonrió cruzada de brazos frente a ellos, no era difícil darse cuenta que finalmente esas miraditas terminarían dando pasó a lo real— Hablo enserio, todo el viaje han estado salpicando miel sobre nosotros.

—Cuando obtienes buenos orgasmos puedes llegar a ser así de cursi y empalagoso. ¿Le diste un orgasmo a James? — Preguntó Collins entrecerrando sus ojos hacia Jessica, las mejillas de ella se ruborizaron.

Una señora escuchó echando un vistazo hacia ellos con su piel sonrojada y se persignó como si no diera crédito a sus palabras.

>>No se altere señora, los jóvenes hablamos sucio a cualquier hora del día. Incluso podemos mojar las bragas con pláticas calientes y divertidas. Todo lo que se necesita es crear un ambiente jodidamente caliente, sin nada de pudor.

Dijo como si nada, encogiéndose de hombros.

— ¡No seas un degenerado! — Ordenó Nicole obteniendo su comida.

—Gracias Lewis, siempre dándome buenos halagos— respondió con sorna—. Sin embargo, yo puedo darte buenos...

—Detente— anunció interrumpiendo la frase insinuante de él, conocía perfectamente como trabajaban sus ideas y aunque eso le gustase no le daría el placer de utilizarlas con ella—. Eres bastante atractivo, pero conmigo no lograrás nada.

El chico le guiñó un ojo, tomando su barbilla. La observó atento y presionó sus labios sobre los suyos mientras que de manera descarada buscó descansar sus manos sobre su trasero. La intensidad de aquello la hizo enredar sus dedos en el cabello de él, profundizando el beso, a modo que su respuesta quedó en el olvido.