Capítulo diecinueve

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"Verónica tiró de su mano con fuerzas y la abrazó deteniendo que la dejasen sola, atrapada en sus recuerdos. Estaba desmoronada y muy asustada de arruinar el amor que Jessica sentía por ella, aunque podía verla a los ojos y observar que todo lo que había ocultado la estaba lastimando.

—Lo lamento mucho Andrea. No quería hacerlo. Yo no quería lastimarte— le confesó con voz temblorosa tratando de borrar su comportamiento de hace unos minutos—. Te perdí una vez, pero no me permitiré hacerlo nuevamente. ¡Tú no la vas a alejar de mi vida!

Arthur la observó aturdido. Las lágrimas comenzaron a caer por su rostro, estaba furioso de haberle permitido vivir una vida que no le pertenecía, pero no tenía idea de lo que realmente había sido capaz de hacer aquella mujer que juraba amor por Jessica.

—Verónica...

—No puedo seguir mintiendo, me consume tanto tener que herirte, pero no puedo fingir que no me odio por haberte alejado de mi vida. Yo lo arruiné, siempre fui yo la culpable...— negó sacudiendo la cabeza y la liberó alejándose un poco. Verónica notó casi de inmediato el miedo en los ojos de Jessica y llevó sus manos temblorosas hasta sus mejillas, limpiando con ternura el rastro de sus lágrimas. Al parecer no tenían la intención de quedarse a su lado y no podía culparlos, sabía que desde hace años debía haber curado sus heridas, esas que ahora le arrebataban el control absoluto de su vida, por lo que estaba consciente de que jamás diluirían los tormentos de su pasado.

—No. No es tu hija. Jessica nunca fue parte de ti. Ellos murieron por tú culpa y tú estás aquí con vida volviéndome loco.

—Arthur, yo perdí a mi hija del mismo modo en el que tú perdiste a tu esposa. Mi niña nos abandonó.

— ¡No! ¡Tú mataste a mí familia! ¡Me quitaste al amor de mi vida! ¡Carajo Verónica! ¡Mataste a mi bebé! ¡Andrea estaba esperando otro hijo mío! — Sacudió su cabeza mientras un ruido salió de él. Sus hombros se sacudieron y de sus ojos comenzaron a caer más lágrimas, incluyendo sollozos con mucho dolor—. ¡¿Por qué carajos nadie me dijo que tú estabas loca?! Jessica iba a tener un hermano, pero tu esquizofrenia teñida de egoísmo se lo arrebató.

— ¿Qué...? — Vislumbró desconcierto en los ojos de su abuela antes de comenzar a llorar con más intensidad.

—Papá...— susurró, pero él no la escuchó.

Permaneció aturdida unos minutos observando a Verónica caminar con cautela hasta ella. No sabía cuántas mentiras más tenía que descubrir antes de dejar de sentir que estaban matando lo que conocía como su familia. Todos esos años nadie se había atrevido a mencionar lo que en realidad sucedía a su alrededor y descubrir todo de esa manera la encolerizaba. Necesitaba con urgencia alejarse de todo eso porque le estaban destruyendo el corazón.

—Nunca podré olvidar lo aterrada que me sentí cuando te vi inconsciente en el suelo. Yo no quería creer que te habías ido. Andrea, cariño, me abandonaste. Nos abandonaste...— la observó con tristeza, las palmas de Jessica se sentían sudorosas y una corriente de escalofríos recorrieron su cuerpo. Su abuela cerró sus ojos abriéndolos casi de inmediato, pudiendo revivir el ataque que le había quitado la vida a su hija.

>>La bebé temblaba y le dije que todo estaría bien, pero claramente ya nada estaba bien porque tus ojos ya no tenían vida y eso me partió el corazón. Me dolió tanto que no he podido olvidar tu última mirada. Realmente te amé, no puedes imaginar cuánto... Siempre te amaré, cariño...

Controló su respiración agitada sintiendo como su corazón ardía ante sus palabras. Turbada buscó la mirada de su padre, pero en su mente solo podía ver el vago recuerdo de ella empujando a la que una vez conoció como su madre por las escaleras. Todo lo que pudo hacer fue sollozar alejándose de ella, limpiando sus lágrimas asimilando lo que significa su pasado, sin embargo, todo pasó tan rápido, pero a la vez tan lento que no supo cuando fue que perdió el conocimiento".

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