Huyendo

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Primer capítulo del especial como agradecimiento por todas sus lecturas y comentarios c:

Sé que es cortito, pero es algo como un puente<3. 

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Cuatro días después, estoy fuera del hospital junto a Nathan, que ha traído nuestras maletas aquí para que a penas firmara la alta nos largáramos de Texas para jamás volver. Esperamos un taxi que nos lleve al aeropuerto lo antes posible. Mientras antes huyamos de aquí, mejor.

Por fin, un auto amarillo con la palabra TAXI escrita a un costado aparca frente a nosotros. Subo al asiento trasero mientras Nathan sube las maletas en el faquín del auto.

Cuando arrancamos, pienso en las noches que los pensamientos no me han permitido conciliar el sueño. Cada mañana espero que ese día pase. Que toquen a la puerta y sean oficiales con una orden de arresto para Nath y para mí.

Recuesto mi cabeza en el hombro de mi novio, el cual huele tan divinamente como siempre. Ese olor a colonia y a él, que me embriaga y me hace querer vivir para siempre flanqueada por sus brazos.

Cierro los ojos e intento conciliar el sueño, pero el sonido de una patrulla hace que mis nervios se pongan de punta y mis sentidos alerta. Me tenso al instante y veo hacia todas partes, demasiado nerviosa.

Aparcada frente a un local, hay una patrulla haciendo un chequeo a un auto. Mi pulso se normaliza así como los vellos de mi nuca vuelven a la normalidad. Suelto aire, sin haberme dado cuenta que hasta ese momento lo había estado conteniendo.

Nathan parece darse cuenta, pues coloca su mano sobre la mía, que se encuentra en mi regazo.

–¿Estás bien? –pregunta, con el ceño fruncido de preocupación.

–Sí, estoy bien –mis palabras salen en jadeos.

–Jazz, debes calmarte –dice en mi oído, desconfiando del taxista–. Si te muestras tan nerviosa, harás que nos atrapen.

Definitivamente, Nathan es un misterio. A veces muestra culpa y remordimiento por lo que hicimos con Nicole, y a veces se muestra totalmente indiferente. Hay momentos en los que titubea y otros en los que es más seguro que yo.

–Tienes razón. Me relajaré –le prometo, fijando mi vista en su mirada.

Sus ojos azules me miran con cariño, amor y preocupación por mi bienestar. No recuerdo que mamá me viera así alguna vez. Sí, sé que ella me amaba y se preocupaba por mí, pero jamás tanto como Nathan lo hace. Si lo hubiera hecho, hubiera notado que algo me ocurría, y jamás pasó.

–Ya llegamos. –Avisa el taxista, hoscamente.

–Gracias. –Nathan le da el dinero, baja y me ayuda.

Mientras dejo que la cálida brisa de Texas revuelva mi cabello por última vez antes de marcharme y no volver más, Nathan va a por las maletas.

A medida que atravesamos el aeropuerto, siento más nervios. Mi mente me tortura, me hace creer que cada policía o guardia que se encuentra en el aeropuerto me leerá mis derechos mientras me esposa.

Una vez abordamos el avión, me permito relajarme.

Estamos a salvo.

Sólo por ahora.

Y me pregunto, ¿esta es la vida que quiero? ¿Siempre huyendo? ¿Temiéndole a cada patrulla que pasa? ¿Cada sirena que oiga?

Pero es el destino que escogí.

No puedo evitar pensar en si resultaría sospechoso que, justo cuatro días luego del interrogatorio, salgamos de Texas.

Pero todo lo que me interesa por ahora, es poner a salvo al chico a mi lado.

Intento dormir durante el viaje, pero mis sueños se convierten en pesadillas en las que nos atrapan, pero no veo cuando me condenan a muerte a mí. Veo sólo cómo condenan a Nathan, le declaran pena de muerte, pero es la peor: fusilamiento.

Siempre he pensado que es más sencillo y rápido si te inyectan o si incluso te meten en la cápsula de gases. Pero pensar en que esos hombres agujerearan el cuerpo de la persona que me he permitido amar, aunque me prometí no hacerlo jamás con nadie, me llena de impotencia e ira.

Ira hacia las leyes. Ira hacia Heyly. Ira hacia mí, pues soy el principal culpable si algo llegara a ocurrirle a Nathan. Sé que si lo pierdo, no podré recuperarme jamás.

Siempre creí que no tenía puntos débiles, pero Nathan es mi gran pecado. 

Revenge©.Where stories live. Discover now