01 || KINTSUGI: "Mi alfa" || YM || ~Mila

06 🍁 La chica a su lado.

—... combatiendo los organismos infecciosos antes de que provoquen un daño temporal o permanente en el cuerpo —El hombre de corbata apretada y semblante cansino, el que estaba pasando su tiempo frente a un salón de clases que sólo escribía y escribía, de pronto bostezó—. Esto entrará en el examen, ¿escucharon?, quiero ver a todos anotándolo.

Las repentinas voces que se esparcieron en el salón hicieron que Jimin levantara su mirada de la mesa por primera vez.

Había vuelto de aquel último receso con el alma en los pies. No había prestado atención durante toda la clase y aquella última frase que el profesor explicó fue la única escritura en su hoja de cuaderno. Recibió una mirada poco disimulada del hombre durante las dos horas, pero ser buen estudiante tenía sus ventajas. El profesor dejó que el muchacho no escribiera nada. Si el chico más aplicado en su materia no estaba prestando atención, no era por pereza.

—Y eso es todo, escuincles, que tengan un buen fin de semana. Nos vemos el lunes.

Jimin levantó la cabeza cuando una mano se posó sobre su hombro. Parpadeó y observó la larga cabellera castaña de Yonhee, su últimamente compañera de conversaciones.

—¿Te parece bien mañana en la noche? —preguntó ella—. Te enviaré la dirección de mi casa, no queda tan lejos de la preparatoria.

—¿A tu casa? ¿Yo? ¿Por qué?

La chica le miró con diversión. —Porque nos tocó hacer el trabajo juntos, claro.

—Oh..., bien —Jimin asintió, perdido. Inmediatamente frunció el entrecejo—. ¿Qué trabajo?

Jimin volvió a casa a paso lento, con la esperanza de prepararse lo suficiente como para actuar feliz frente a Nana. Jungkook volvió temprano también, lo suponía porque no hubo rastro de él o su aroma en el establecimiento. Quizá se fue de fiesta.

Suspiró, cruzando el portón de la casa. 

Después golpeó la puerta, demasiado exhausto para buscar sus llaves, y esperó a que Nana le abriera. Para su sorpresa el rostro aliviado de Jungkook fue el que apareció a cambio.

—¡Gracias al cielo llegaste!

El omega arqueó una ceja, pasando a un lado del más alto. —¿Qué pasa? No sueles extrañarme tanto.

—Los gemelos se han presentado hace un par de horas —Jimin se giró a Jungkook de golpe, con ojos imitando dos huevos fritos adheridos en la sartén—. Yeon está tranquilo, pero...

—¿Pero? ¿Pero qué? —Jimin terminó de deshacerse de su chaqueta, zapatos y mochila, y miró a Jungkook con el rostro serio—. ¿Cómo está Bae?

Jungkook comenzó a caminar hacia el salón principal con Jimin a su lado. Este último entendió el silencio y miró hacia los sillones con anticipación. En cuanto vio a Jin abrazando al menor de los gemelos destrozado en sollozos, suspiró.

Jimin se acercó lentamente a Seokjin, pasando a un lado de Yon y su concentrada mirada en su reflejo atrapado en el pequeño espejo rosa. Nana, a un lado de la adolescente, miraba la silenciada televisión en la pared.

Jungkook, por mucho que quiso ocultarlo, mostró una pequeña sonrisita. —Bae se ha presentado como alfa.

—Tendremos más perros sin cerebro corriendo por la casa —murmuró Yon, pasando una pinza cerca de sus cejas. Nana rio por la broma, ignorando los ojos del molesto Jungkook.

Un fuerte sollozo hizo a los presentes dar un respingo. Yon incluso chilló, habiéndose pellizcado con las pinzas por accidente.

—Jimin, ¿vas a tomarlo? —El mencionado prestó atención a las palabras urgidas de Jin, rogando con la mirada ser ayudado—. En serio, yo ni siquiera tengo cómo calmarlo. El niño me está gruñendo y llorando encima desde hace más de una hora. Me rompe el corazón no poder ayudar.