16 ❄ Un pastel de boda y un refugio nuclear.

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—Chef, ¿por qué aceptó un trabajo como este? Si no tenía el tiempo, pudo habérselo dicho al cliente. Usted no tenía la obligación de aceptar tremenda responsabilidad a última hora —Jimin resopló, con los labios abultados mientras limpiaba el desastre que provocó después de resbalar sobre el piso húmedo. Jaebum, a un lado del omega y también acuclillado, apretaba sus labios para no soltar una carcajada—. Es irrespetuoso que haya gente pidiéndole recados fuera del horario laboral.

—Pero son clientes frecuentes, y estaban en un apuro —explicó el otro, en tanto se levantaba—. Además, para cuando acepté no sabía que todos mis ayudantes estarían ocupados. Usualmente con la ayuda de Mark o Jongin los pasteles de boda tardan sólo un par de horas en prepararse.

—Y ninguno de los dos pudo venir en esta ocasión.

—Ninguno —aseguró el alfa, aunque prefirió darle la espalda antes de afirmarlo. 

Jaebum arrojó las sobras a la basura y se dio media vuelta otra vez, girándose hacia Jimin. El omega ya estaba preparando un nuevo glaseado.

La pastelería estaba vacía. Un par de los utensilios brillaban al reflejar la luz del sol. Algunos platos estaban desparramados en el lavamanos y alrededor de las mesadas, al igual que las mezclas que utilizarían para adornar.

—Chef, ¿está seguro que esto va bien?

—Sí, en serio —confirmó, asintiendo a la pregunta por tercera vez en el día—. ¿De dónde sacaste tanta desconfianza? Te he visto ayudar a Mark cuando la pastelería se llena, todo lo que preparas queda genial. Eres un buen cocinero.

Jaebum estaba siendo sincero. Jimin no era solo un muchacho dulce, trabajador y de bonitos ojos, sino también alguien muy talentoso al momento de entrar a la cocina. 

Se sorprendía que el omega aún no se hubiese dado cuenta. Tenía un potencial magnífico, uno que solo le hacía falta un par de horas de dedicación.

—No cuenta —se quejó el omega—, usted solo quiere hacerme sentir bien.

Jaebum sonrió de lado, medio burlón. —¿Cuántas veces te he dicho que dejes de tratarme de Usted? Está bien que uses el Hyung, pero no es necesario que hables conmigo como si le estuvieras hablando a un anciano. Me haces sentir viejo.

Jimin giró el rostro, buscando la mirada del chef. Se lo encontró sonriéndole abiertamente, con cierto aire coqueto que lo sacó ligeramente de onda. Rápidamente volvió la atención al glaseado que preparaba, reprimiendo una risa nerviosa.

—Lo que tú digas, Hyung.

—Así es mejor —suspiró, asintiendo. 

El alfa se afirmó en una de las mesadas y cruzó los brazos, viendo la espalda de Jimin y su silueta resaltando sobre la luz anaranjada de la pastelería. Escuchó el temporizador soltar su característico ruido, así que, luego de pararlo, fue al horno en busca del bizcocho. 

—Jimin-ah, ¿has pensado qué estudiarás?

El omega alzó las cejas una vez. —Todavía ni sé qué haré mañana. ¿Por qué?

—¿Tomarías mi consejo... si te dijera que aproveches tu potencial para estudiar gastronomía? —Jimin se giró hacia el alfa, con el glaseado aún siendo revuelto entre sus brazos—. ¿Lo has pensado?

—Honestamente, ni siquiera se me pasó por la cabeza —murmuró—. Me gusta cocinar. Lo pensaré. ¡Ah! Lo haré, sí, pero solo si ust- —Jimin se interrumpió—, solo si me prometes que pensarás en mi consejo.

—¿Consejo? ¿Tienes un consejo para mí?

—Deberías pensar en remodelar —comentó, sonriente—. Oh, ¡no digo que el local esté viejo o feo! —se apresuró en aclarar—, pero hay muchos lugares donde se podría ocupar mejor el espacio. La pastelería es muy grande y bonita. Creo que se le puede hacer mejoras significativas. Podría hasta aumentar la clientela, ¿cómo sabes si no? Pienso que, al igual como dices de mí, este lugar tiene potencial. Puede convertirse en una zona muy reconocida.

01 || KINTSUGI: "Mi alfa" || YM || ~MilaWhere stories live. Discover now